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Plan para leer toda la Biblia en un Año

Para esto he venido

Leviticus 25, Mark 1:23-45(Reina-Valera 1960)

Levítico 25

El año de reposo de la tierra y el año del jubileo

   1 Jehová habló a Moisés en el monte de Sinaí, diciendo:

    2 Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, la tierra guardará reposo para Jehová.

    3 Seis años sembrarás tu tierra, y seis años podarás tu viña y recogerás sus frutos.

    4 Pero el séptimo año la tierra tendrá descanso, reposo para Jehová; no sembrarás tu tierra, ni podarás tu viña.

    5 Lo que de suyo naciere en tu tierra segada, no lo segarás, y las uvas de tu viñedo no vendimiarás; año de reposo será para la tierra.

    6 Mas el descanso de la tierra te dará para comer a ti, a tu siervo, a tu sierva, a tu criado, y a tu extranjero que morare contigo;

    7 y a tu animal, y a la bestia que hubiere en tu tierra, será todo el fruto de ella para comer.(A)

    8 Y contarás siete semanas de años, siete veces siete años, de modo que los días de las siete semanas de años vendrán a serte cuarenta y nueve años.

    9 Entonces harás tocar fuertemente la trompeta en el mes séptimo a los diez días del mes; el día de la expiación haréis tocar la trompeta por toda vuestra tierra.

    10 Y santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra a todos sus moradores; ese año os será de jubileo, y volveréis cada uno a vuestra posesión, y cada cual volverá a su familia.

    11 El año cincuenta os será jubileo; no sembraréis, ni segaréis lo que naciere de suyo en la tierra, ni vendimiaréis sus viñedos,

    12 porque es jubileo; santo será a vosotros; el producto de la tierra comeréis.

    13 En este año de jubileo volveréis cada uno a vuestra posesión.

    14 Y cuando vendiereis algo a vuestro prójimo, o comprareis de mano de vuestro prójimo, no engañe ninguno a su hermano.

    15 Conforme al número de los años después del jubileo comprarás de tu prójimo; conforme al número de los años de los frutos te venderá él a ti.

    16 Cuanto mayor fuere el número de los años, aumentarás el precio, y cuanto menor fuere el número, disminuirás el precio; porque según el número de las cosechas te venderá él.

    17 Y no engañe ninguno a su prójimo, sino temed a vuestro Dios; porque yo soy Jehová vuestro Dios.

    18 Ejecutad, pues, mis estatutos y guardad mis ordenanzas, y ponedlos por obra, y habitaréis en la tierra seguros;

    19 y la tierra dará su fruto, y comeréis hasta saciaros, y habitaréis en ella con seguridad.

    20 Y si dijereis: ¿Qué comeremos el séptimo año? He aquí no hemos de sembrar, ni hemos de recoger nuestros frutos;

    21 entonces yo os enviaré mi bendición el sexto año, y ella hará que haya fruto por tres años.

    22 Y sembraréis el año octavo, y comeréis del fruto añejo; hasta el año noveno, hasta que venga su fruto, comeréis del añejo.

    23 La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es; pues vosotros forasteros y extranjeros sois para conmigo.

    24 Por tanto, en toda la tierra de vuestra posesión otorgaréis rescate a la tierra.

    25 Cuando tu hermano empobreciere, y vendiere algo de su posesión, entonces su pariente más próximo vendrá y rescatará lo que su hermano hubiere vendido.

    26 Y cuando el hombre no tuviere rescatador, y consiguiere lo suficiente para el rescate,

    27 entonces contará los años desde que vendió, y pagará lo que quedare al varón a quien vendió, y volverá a su posesión.

    28 Mas si no consiguiere lo suficiente para que se la devuelvan, lo que vendió estará en poder del que lo compró hasta el año del jubileo; y al jubileo saldrá, y él volverá a su posesión.

    29 El varón que vendiere casa de habitación en ciudad amurallada, tendrá facultad de redimirla hasta el término de un año desde la venta; un año será el término de poderse redimir.

    30 Y si no fuere rescatada dentro de un año entero, la casa que estuviere en la ciudad amurallada quedará para siempre en poder de aquel que la compró, y para sus descendientes; no saldrá en el jubileo.

    31 Mas las casas de las aldeas que no tienen muro alrededor serán estimadas como los terrenos del campo; podrán ser rescatadas, y saldrán en el jubileo.

    32 Pero en cuanto a las ciudades de los levitas, éstos podrán rescatar en cualquier tiempo las casas en las ciudades de su posesión.

    33 Y el que comprare de los levitas saldrá de la casa vendida, o de la ciudad de su posesión, en el jubileo, por cuanto las casas de las ciudades de los levitas son la posesión de ellos entre los hijos de Israel.

    34 Mas la tierra del ejido de sus ciudades no se venderá, porque es perpetua posesión de ellos.

    35 Y cuando tu hermano empobreciere y se acogiere a ti, tú lo ampararás; como forastero y extranjero vivirá contigo.(B)

    36 No tomarás de él usura ni ganancia, sino tendrás temor de tu Dios, y tu hermano vivirá contigo.

    37 No le darás tu dinero a usura,(C) ni tus víveres a ganancia.

    38 Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para daros la tierra de Canaán, para ser vuestro Dios.

    39 Y cuando tu hermano empobreciere, estando contigo, y se vendiere a ti, no le harás servir como esclavo.

    40 Como criado, como extranjero estará contigo; hasta el año del jubileo te servirá.

    41 Entonces saldrá libre de tu casa; él y sus hijos consigo, y volverá a su familia, y a la posesión de sus padres se restituirá.

    42 Porque son mis siervos, los cuales saqué yo de la tierra de Egipto; no serán vendidos a manera de esclavos.

    43 No te enseñorearás de él con dureza, sino tendrás temor de tu Dios.

    44 Así tu esclavo como tu esclava que tuvieres, serán de las gentes que están en vuestro alrededor; de ellos podréis comprar esclavos y esclavas.

    45 También podréis comprar de los hijos de los forasteros que viven entre vosotros, y de las familias de ellos nacidos en vuestra tierra, que están con vosotros, los cuales podréis tener por posesión.

    46 Y los podréis dejar en herencia para vuestros hijos después de vosotros, como posesión hereditaria; para siempre os serviréis de ellos; pero en vuestros hermanos los hijos de Israel no os enseñorearéis cada uno sobre su hermano con dureza.(D)

    47 Si el forastero o el extranjero que está contigo se enriqueciere, y tu hermano que está junto a él empobreciere, y se vendiere al forastero o extranjero que está contigo, o a alguno de la familia del extranjero;

    48 después que se hubiere vendido, podrá ser rescatado; uno de sus hermanos lo rescatará.

    49 O su tío o el hijo de su tío lo rescatará, o un pariente cercano de su familia lo rescatará; o si sus medios alcanzaren, él mismo se rescatará.

    50 Hará la cuenta con el que lo compró, desde el año que se vendió a él hasta el año del jubileo; y ha de apreciarse el precio de su venta conforme al número de los años, y se contará el tiempo que estuvo con él conforme al tiempo de un criado asalariado.

    51 Si aún fueren muchos años, conforme a ellos devolverá para su rescate, del dinero por el cual se vendió.

    52 Y si quedare poco tiempo hasta el año del jubileo, entonces hará un cálculo con él, y devolverá su rescate conforme a sus años.

    53 Como con el tomado a salario anualmente hará con él; no se enseñoreará en él con rigor delante de tus ojos.

    54 Y si no se rescatare en esos años, en el año del jubileo saldrá, él y sus hijos con él.

    55 Porque mis siervos son los hijos de Israel; son siervos míos, a los cuales saqué de la tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios.

   


Marcos 1

23 Pero había en la sinagoga de ellos un hombre con espíritu inmundo, que dio voces,

    24 diciendo: !!Ah! ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios.

    25 Pero Jesús le reprendió, diciendo: !!Cállate, y sal de él!

    26 Y el espíritu inmundo, sacudiéndole con violencia, y clamando a gran voz, salió de él.

    27 Y todos se asombraron, de tal manera que discutían entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es esta, que con autoridad manda aun a los espíritus inmundos, y le obedecen?

    28 Y muy pronto se difundió su fama por toda la provincia alrededor de Galilea.

   

Jesús sana a la suegra de Pedro

   

(Mt. 8.14-15; Lc. 4.38-39)

   29 Al salir de la sinagoga, vinieron a casa de Simón y Andrés, con Jacobo y Juan.

    30 Y la suegra de Simón estaba acostada con fiebre; y en seguida le hablaron de ella.

    31 Entonces él se acercó, y la tomó de la mano y la levantó; e inmediatamente le dejó la fiebre, y ella les servía.

   

Muchos sanados al ponerse el sol

   

(Mt. 8.16-17; Lc. 4.40-41)

   32 Cuando llegó la noche, luego que el sol se puso, le trajeron todos los que tenían enfermedades, y a los endemoniados;

    33 y toda la ciudad se agolpó a la puerta.

    34 Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y echó fuera muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios, porque le conocían.

   

Jesús recorre Galilea predicando

   

(Lc. 4.42-44)

   35 Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.

    36 Y le buscó Simón, y los que con él estaban;

    37 y hallándole, le dijeron: Todos te buscan.

    38 El les dijo: Vamos a los lugares vecinos, para que predique también allí; porque para esto he venido.

    39 Y predicaba en las sinagogas de ellos en toda Galilea, y echaba fuera los demonios.(A)

   

Jesús sana a un leproso

   

(Mt. 8.1-4; Lc. 5.12-16)

   40 Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme.

    41 Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio.

    42 Y así que él hubo hablado, al instante la lepra se fue de aquél, y quedó limpio.

    43 Entonces le encargó rigurosamente, y le despidió luego,

    44 y le dijo: Mira, no digas a nadie nada, sino ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación lo que Moisés mandó,(B) para testimonio a ellos.

    45 Pero ido él, comenzó a publicarlo mucho y a divulgar el hecho, de manera que ya Jesús no podía entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera en los lugares desiertos; y venían a él de todas partes.









































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