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Plan para leer toda la Biblia en un Año

Jehová Te Oiga

Psalm 20-22, Acts 21:1-17(Reina-Valera 1960)

Salmos 20

Oración pidiendo la victoria

   

Al músico principal. Salmo de David.

   1 Jehová te oiga en el día de conflicto;
    El nombre del Dios de Jacob te defienda.

   
   2 Te envíe ayuda desde el santuario,
    Y desde Sion te sostenga.

   
   3 Haga memoria de todas tus ofrendas,
    Y acepte tu holocausto. Selah

   
   4 Te dé conforme al deseo de tu corazón,
    Y cumpla todo tu consejo.

   
   5 Nosotros nos alegraremos en tu salvación,
    Y alzaremos pendón en el nombre de nuestro Dios;
    Conceda Jehová todas tus peticiones.

   
   6 Ahora conozco que Jehová salva a su ungido;
    Lo oirá desde sus santos cielos
    Con la potencia salvadora de su diestra.

   
   7 Estos confían en carros, y aquéllos en caballos;
    Mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria.

   
   8 Ellos flaquean y caen,
    Mas nosotros nos levantamos, y estamos en pie.

   
   9 Salva, Jehová;
    Que el Rey nos oiga en el día que lo invoquemos.

   

Salmos 21

Alabanza por haber sido librado del enemigo

   

Al músico principal. Salmo de David.

   1 El rey se alegra en tu poder, oh Jehová;
    Y en tu salvación, !!cómo se goza!

   
   2 Le has concedido el deseo de su corazón,
    Y no le negaste la petición de sus labios. Selah

   
   3 Porque le has salido al encuentro con bendiciones de bien;
    Corona de oro fino has puesto sobre su cabeza.

   
   4 Vida te demandó, y se la diste;
    Largura de días eternamente y para siempre.

   
   5 Grande es su gloria en tu salvación;
    Honra y majestad has puesto sobre él.

   
   6 Porque lo has bendecido para siempre;
    Lo llenaste de alegría con tu presencia.

   
   7 Por cuanto el rey confía en Jehová,
    Y en la misericordia del Altísimo, no será conmovido.

   
   8 Alcanzará tu mano a todos tus enemigos;
    Tu diestra alcanzará a los que te aborrecen.

   
   9 Los pondrás como horno de fuego en el tiempo de tu ira;
    Jehová los deshará en su ira,
    Y fuego los consumirá.

   
   10 Su fruto destruirás de la tierra,
    Y su descendencia de entre los hijos de los hombres.

   
   11 Porque intentaron el mal contra ti;
    Fraguaron maquinaciones, mas no prevalecerán,

   
   12 Pues tú los pondrás en fuga;
    En tus cuerdas dispondrás saetas contra sus rostros.

   
   13 Engrandécete, oh Jehová, en tu poder;
    Cantaremos y alabaremos tu poderío.

   

Salmos 22

Un grito de angustia y un canto de alabanza

   

Al músico principal; sobre Ajelet-sahar. Salmo de David.

   1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?(A)
    ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?

   
   2 Dios mío, clamo de día, y no respondes;
    Y de noche, y no hay para mí reposo.

   
   3 Pero tú eres santo,
    Tú que habitas entre las alabanzas de Israel.

   
   4 En ti esperaron nuestros padres;
    Esperaron, y tú los libraste.

   
   5 Clamaron a ti, y fueron librados;
    Confiaron en ti, y no fueron avergonzados.

   
   6 Mas yo soy gusano, y no hombre;
    Oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo.

   
   7 Todos los que me ven me escarnecen;
    Estiran la boca, menean la cabeza,(B) diciendo:

   
   8 Se encomendó a Jehová; líbrele él;
    Sálvele, puesto que en él se complacía.(C)

   
   9 Pero tú eres el que me sacó del vientre;
    El que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre.

   
   10 Sobre ti fui echado desde antes de nacer;
    Desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.

   
   11 No te alejes de mí, porque la angustia está cerca;
    Porque no hay quien ayude.

   
   12 Me han rodeado muchos toros;
    Fuertes toros de Basán me han cercado.

   
   13 Abrieron sobre mí su boca
    Como león rapaz y rugiente.

   
   14 He sido derramado como aguas,
    Y todos mis huesos se descoyuntaron;
    Mi corazón fue como cera,
    Derritiéndose en medio de mis entrañas.

   
   15 Como un tiesto se secó mi vigor,
    Y mi lengua se pegó a mi paladar,
    Y me has puesto en el polvo de la muerte.

   
   16 Porque perros me han rodeado;
    Me ha cercado cuadrilla de malignos;
    Horadaron mis manos y mis pies.

   
   17 Contar puedo todos mis huesos;
    Entre tanto, ellos me miran y me observan.

   
   18 Repartieron entre sí mis vestidos,
    Y sobre mi ropa echaron suertes.(D)

   
   19 Mas tú, Jehová, no te alejes;
    Fortaleza mía, apresúrate a socorrerme.

   
   20 Libra de la espada mi alma,
    Del poder del perro mi vida.

   
   21 Sálvame de la boca del león,
    Y líbrame de los cuernos de los búfalos.

   
   22 Anunciaré tu nombre a mis hermanos;
    En medio de la congregación te alabaré.(E)

   
   23 Los que teméis a Jehová, alabadle;
    Glorificadle, descendencia toda de Jacob,
    Y temedle vosotros, descendencia toda de Israel.

   
   24 Porque no menospreció ni abominó la aflicción del afligido,
    Ni de él escondió su rostro;
    Sino que cuando clamó a él, le oyó.

   
   25 De ti será mi alabanza en la gran congregación;
    Mis votos pagaré delante de los que le temen.

   
   26 Comerán los humildes, y serán saciados;
    Alabarán a Jehová los que le buscan;
    Vivirá vuestro corazón para siempre.

   
   27 Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines de la tierra,
    Y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti.

   
   28 Porque de Jehová es el reino,
    Y él regirá las naciones.

   
   29 Comerán y adorarán todos los poderosos de la tierra;
    Se postrarán delante de él todos los que descienden al polvo,
    Aun el que no puede conservar la vida a su propia alma.

   
   30 La posteridad le servirá;
    Esto será contado de Jehová hasta la postrera generación.

   
   31 Vendrán, y anunciarán su justicia;
    A pueblo no nacido aún, anunciarán que él hizo esto.

   


Hechos 21

Viaje de Pablo a Jerusalén

   1 Después de separarnos de ellos, zarpamos y fuimos con rumbo directo a Cos, y al día siguiente a Rodas, y de allí a Pátara.

    2 Y hallando un barco que pasaba a Fenicia, nos embarcamos, y zarpamos.

    3 Al avistar Chipre, dejándola a mano izquierda, navegamos a Siria, y arribamos a Tiro, porque el barco había de descargar allí.

    4 Y hallados los discípulos, nos quedamos allí siete días; y ellos decían a Pablo por el Espíritu, que no subiese a Jerusalén.

    5 Cumplidos aquellos días, salimos, acompañándonos todos, con sus mujeres e hijos, hasta fuera de la ciudad; y puestos de rodillas en la playa, oramos.

    6 Y abrazándonos los unos a los otros, subimos al barco y ellos se volvieron a sus casas.

    7 Y nosotros completamos la navegación, saliendo de Tiro y arribando a Tolemaida; y habiendo saludado a los hermanos, nos quedamos con ellos un día.

    8 Al otro día, saliendo Pablo y los que con él estábamos, fuimos a Cesarea; y entrando en casa de Felipe(A) el evangelista, que era uno de los siete, posamos con él.

    9 Este tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban.

    10 Y permaneciendo nosotros allí algunos días, descendió de Judea un profeta llamado Agabo,(B)

    11 quien viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles.

    12 Al oír esto, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiese a Jerusalén.

    13 Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y quebrantándome el corazón? Porque yo estoy dispuesto no sólo a ser atado, mas aun a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús.

    14 Y como no le pudimos persuadir, desistimos, diciendo: Hágase la voluntad del Señor.

    15 Después de esos días, hechos ya los preparativos, subimos a Jerusalén.

    16 Y vinieron también con nosotros de Cesarea algunos de los discípulos, trayendo consigo a uno llamado Mnasón, de Chipre, discípulo antiguo, con quien nos hospedaríamos.

   

Arresto de Pablo en el templo

   17 Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con gozo.









































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