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Plan para leer toda la Biblia en un Año

Para el Señor vivimos

Psalm 89-90, Romans 14(Reina-Valera 1960)

Salmos 89

Pacto de Dios con David

   

Masquil de Etán ezraíta.(A)

   1 Las misericordias de Jehová cantaré perpetuamente;
    De generación en generación haré notoria tu fidelidad con mi boca.

   
   2 Porque dije: Para siempre será edificada misericordia;
    En los cielos mismos afirmarás tu verdad.

   
   3 Hice pacto con mi escogido;
    Juré a David mi siervo, diciendo:

   
   4 Para siempre confirmaré tu descendencia,
    Y edificaré tu trono por todas las generaciones.(B) Selah

   
   5 Celebrarán los cielos tus maravillas, oh Jehová,
    Tu verdad también en la congregación de los santos.

   
   6 Porque ¿quién en los cielos se igualará a Jehová?
    ¿Quién será semejante a Jehová entre los hijos de los potentados?

   
   7 Dios temible en la gran congregación de los santos,
    Y formidable sobre todos cuantos están alrededor de él.

   
   8 Oh Jehová, Dios de los ejércitos,
    ¿Quién como tú? Poderoso eres, Jehová,
    Y tu fidelidad te rodea.

   
   9 Tú tienes dominio sobre la braveza del mar;
    Cuando se levantan sus ondas, tú las sosiegas.

   
   10 Tú quebrantaste a Rahab como a herido de muerte;
    Con tu brazo poderoso esparciste a tus enemigos.

   
   11 Tuyos son los cielos, tuya también la tierra;
    El mundo y su plenitud, tú lo fundaste.

   
   12 El norte y el sur, tú los creaste;
    El Tabor y el Hermón cantarán en tu nombre.

   
   13 Tuyo es el brazo potente;
    Fuerte es tu mano, exaltada tu diestra.

   
   14 Justicia y juicio son el cimiento de tu trono;
    Misericordia y verdad van delante de tu rostro.

   
   15 Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte;
    Andará, oh Jehová, a la luz de tu rostro.

   
   16 En tu nombre se alegrará todo el día,
    Y en tu justicia será enaltecido.

   
   17 Porque tú eres la gloria de su potencia,
    Y por tu buena voluntad acrecentarás nuestro poder.

   
   18 Porque Jehová es nuestro escudo,
    Y nuestro rey es el Santo de Israel.

   
   19 Entonces hablaste en visión a tu santo,
    Y dijiste: He puesto el socorro sobre uno que es poderoso;
    He exaltado a un escogido de mi pueblo.

   
   20 Hallé a David(C) mi siervo;
    Lo ungí con mi santa unción.(D)

   
   21 Mi mano estará siempre con él,
    Mi brazo también lo fortalecerá.

   
   22 No lo sorprenderá el enemigo,
    Ni hijo de iniquidad lo quebrantará;

   
   23 Sino que quebrantaré delante de él a sus enemigos,
    Y heriré a los que le aborrecen.

   
   24 Mi verdad y mi misericordia estarán con él,
    Y en mi nombre será exaltado su poder.

   
   25 Asimismo pondré su mano sobre el mar,
    Y sobre los ríos su diestra.

   
   26 El me clamará: Mi padre eres tú,
    Mi Dios, y la roca de mi salvación.

   
   27 Yo también le pondré por primogénito,
    El más excelso de los reyes de la tierra.(E)

   
   28 Para siempre le conservaré mi misericordia,
    Y mi pacto será firme con él.

   
   29 Pondré su descendencia para siempre,
    Y su trono como los días de los cielos.

   
   30 Si dejaren sus hijos mi ley,
    Y no anduvieren en mis juicios,

   
   31 Si profanaren mis estatutos,
    Y no guardaren mis mandamientos,

   
   32 Entonces castigaré con vara su rebelión,
    Y con azotes sus iniquidades.

   
   33 Mas no quitaré de él mi misericordia,
    Ni falsearé mi verdad.

   
   34 No olvidaré mi pacto,
    Ni mudaré lo que ha salido de mis labios.

   
   35 Una vez he jurado por mi santidad,
    Y no mentiré a David.

   
   36 Su descendencia será para siempre,
    Y su trono como el sol delante de mí.

   
   37 Como la luna será firme para siempre,
    Y como un testigo fiel en el cielo. Selah

   
   38 Mas tú desechaste y menospreciaste a tu ungido,
    Y te has airado con él.

   
   39 Rompiste el pacto de tu siervo;
    Has profanado su corona hasta la tierra.

   
   40 Aportillaste todos sus vallados;
    Has destruido sus fortalezas.

   
   41 Lo saquean todos los que pasan por el camino;
    Es oprobio a sus vecinos.

   
   42 Has exaltado la diestra de sus enemigos;
    Has alegrado a todos sus adversarios.

   
   43 Embotaste asimismo el filo de su espada,
    Y no lo levantaste en la batalla.

   
   44 Hiciste cesar su gloria,
    Y echaste su trono por tierra.

   
   45 Has acortado los días de su juventud;
    Le has cubierto de afrenta. Selah

   
   46 ¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿Te esconderás para siempre?
    ¿Arderá tu ira como el fuego?

   
   47 Recuerda cuán breve es mi tiempo;
    ¿Por qué habrás creado en vano a todo hijo de hombre?

   
   48 ¿Qué hombre vivirá y no verá muerte?
    ¿Librará su vida del poder del Seol? Selah

   
   49 Señor, ¿dónde están tus antiguas misericordias,
    Que juraste a David por tu verdad?

   
   50 Señor, acuérdate del oprobio de tus siervos;
    Oprobio de muchos pueblos, que llevo en mi seno.

   
   51 Porque tus enemigos, oh Jehová, han deshonrado,
    Porque tus enemigos han deshonrado los pasos de tu ungido.

   
   52 Bendito sea Jehová para siempre.
    Amén, y Amén. ms LIBRO IV

   

Salmos 90

La eternidad de Dios y la transitoriedad del hombre

   

Oración de Moisés, varón de Dios.

   1 Señor, tú nos has sido refugio
    De generación en generación.

   
   2 Antes que naciesen los montes
    Y formases la tierra y el mundo,
    Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.

   
   3 Vuelves al hombre hasta ser quebrantado,
    Y dices: Convertíos, hijos de los hombres.

   
   4 Porque mil años delante de tus ojos
    Son como el día de ayer, que pasó,(F)
    Y como una de las vigilias de la noche.

   
   5 Los arrebatas como con torrente de aguas; son como sueño,
    Como la hierba que crece en la mañana.

   
   6 En la mañana florece y crece;
    A la tarde es cortada, y se seca.

   
   7 Porque con tu furor somos consumidos,
    Y con tu ira somos turbados.

   
   8 Pusiste nuestras maldades delante de ti,
    Nuestros yerros a la luz de tu rostro.

   
   9 Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira;
    Acabamos nuestros años como un pensamiento.

   
   10 Los días de nuestra edad son setenta años;
    Y si en los más robustos son ochenta años,
    Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo,
    Porque pronto pasan, y volamos.

   
   11 ¿Quién conoce el poder de tu ira,
    Y tu indignación según que debes ser temido?

   
   12 Enséñanos de tal modo a contar nuestros días,
    Que traigamos al corazón sabiduría.

   
   13 Vuélvete, oh Jehová; ¿hasta cuándo?
    Y aplácate para con tus siervos.

   
   14 De mañana sácianos de tu misericordia,
    Y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días.

   
   15 Alégranos conforme a los días que nos afligiste,
    Y los años en que vimos el mal.

   
   16 Aparezca en tus siervos tu obra,
    Y tu gloria sobre sus hijos.

   
   17 Sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros,
    Y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros;
    Sí, la obra de nuestras manos confirma.

   


Romanos 14

Los débiles en la fe

   1 Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones.

    2 Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres.

    3 El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido.

    4 ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme.

    5 Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente.

    6 El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios.(A)

    7 Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí.

    8 Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos.

    9 Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven.

    10 Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.(B)

    11 Porque escrito está:
    Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla,
    Y toda lengua confesará a Dios.(C) m

    12 De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.

    13 Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.

    14 Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es inmundo en sí mismo; mas para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es.

    15 Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió.

    16 No sea, pues, vituperado vuestro bien;

    17 porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.

    18 Porque el que en esto sirve a Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por los hombres.

    19 Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.

    20 No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son limpias; pero es malo que el hombre haga tropezar a otros con lo que come.

    21 Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite.

    22 ¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.

    23 Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado.









































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