1 Jehová dijo a mi Señor:
Siéntate a mi diestra,
Hasta que
ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.(A)
2
Jehová enviará desde Sion la vara de tu poder;
Domina en
medio de tus enemigos.
3 Tu
pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder,
En la hermosura de la santidad.
Desde el seno de la aurora
Tienes tú el rocío de tu
juventud.
4
Juró Jehová, y no se arrepentirá:
Tú eres sacerdote para
siempre
Según el orden de Melquisedec.(B)
5 El
Señor está a tu diestra;
Quebrantará a los reyes en el
día de su ira.
6
Juzgará entre las naciones,
Las llenará de cadáveres;
Quebrantará las cabezas en muchas tierras.
7 Del
arroyo beberá en el camino,
Por lo cual levantará la
cabeza.
1 Alabaré a Jehová con todo
el corazón
En la compañía y congregación de los rectos.
2
Grandes son las obras de Jehová,
Buscadas de todos los
que las quieren.
3
Gloria y hermosura es su obra,
Y su justicia permanece
para siempre.
4 Ha
hecho memorables sus maravillas;
Clemente y
misericordioso es Jehová.
5 Ha
dado alimento a los que le temen;
Para siempre se
acordará de su pacto.
6 El
poder de sus obras manifestó a su pueblo,
Dándole la
heredad de las naciones.
7 Las
obras de sus manos son verdad y juicio;
Fieles son todos
sus mandamientos,
8
Afirmados eternamente y para siempre,
Hechos en verdad y
en rectitud.
9
Redención ha enviado a su pueblo;
Para siempre ha
ordenado su pacto;
Santo y temible es su nombre.
10 El
principio de la sabiduría es el temor de Jehová;(C)
Buen entendimiento tienen todos los que practican sus
mandamientos;
Su loor permanece para siempre.
1 Bienaventurado el hombre
que teme a Jehová,
Y en sus mandamientos se deleita en
gran manera.
2 Su
descendencia será poderosa en la tierra;
La generación de
los rectos será bendita.
3
Bienes y riquezas hay en su casa,
Y su justicia permanece
para siempre.
4
Resplandeció en las tinieblas luz a los rectos;
Es
clemente, misericordioso y justo.
5 El
hombre de bien tiene misericordia, y presta;
Gobierna sus
asuntos con juicio,
6 Por
lo cual no resbalará jamás;
En memoria eterna será el
justo.
7 No
tendrá temor de malas noticias;
Su corazón está firme,
confiado en Jehová.
8
Asegurado está su corazón; no temerá,
Hasta que vea en
sus enemigos su deseo.
9
Reparte, da a los pobres;
Su justicia permanece para
siempre;(D)
Su poder será exaltado en gloria.
10 Lo
verá el impío y se irritará;
Crujirá los dientes, y se
consumirá.
El deseo de los impíos perecerá.
1 De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre.(A)
2 Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción?
3 Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho.
4 En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo,
5 el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.
6 No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa?(B)
7 Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua,(C) que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.
8 Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura,(D) de sinceridad y de verdad.
9 Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios;
10 no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo.
11 Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis.
12 Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro?
13 Porque a los que están fuera, Dios juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros.