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Psalm 119:1-88, 1 Corinthians 7:20-40(Reina-Valera 1960)

Salmos 119

Excelencias de la ley de Dios

   

Alef

   1 Bienaventurados los perfectos de camino,
    Los que andan en la ley de Jehová.

   
   2 Bienaventurados los que guardan sus testimonios,
    Y con todo el corazón le buscan;

   
   3 Pues no hacen iniquidad
    Los que andan en sus caminos.

   
   4 Tú encargaste
    Que sean muy guardados tus mandamientos.

   
   5 !!Ojalá fuesen ordenados mis caminos
    Para guardar tus estatutos!

   
   6 Entonces no sería yo avergonzado,
    Cuando atendiese a todos tus mandamientos.

   
   7 Te alabaré con rectitud de corazón
    Cuando aprendiere tus justos juicios.

   
   8 Tus estatutos guardaré;
    No me dejes enteramente.

   

Bet

   9 ¿Con qué limpiará el joven su camino?
    Con guardar tu palabra.

   
   10 Con todo mi corazón te he buscado;
    No me dejes desviarme de tus mandamientos.

   
   11 En mi corazón he guardado tus dichos,
    Para no pecar contra ti.

   
   12 Bendito tú, oh Jehová;
    Enséñame tus estatutos.

   
   13 Con mis labios he contado
    Todos los juicios de tu boca.

   
   14 Me he gozado en el camino de tus testimonios
    Más que de toda riqueza.

   
   15 En tus mandamientos meditaré;
    Consideraré tus caminos.

   
   16 Me regocijaré en tus estatutos;
    No me olvidaré de tus palabras.

   

Guímel

   17 Haz bien a tu siervo; que viva,
    Y guarde tu palabra.

   
   18 Abre mis ojos, y miraré
    Las maravillas de tu ley.

   
   19 Forastero soy yo en la tierra;
    No encubras de mí tus mandamientos.

   
   20 Quebrantada está mi alma de desear
    Tus juicios en todo tiempo.

   
   21 Reprendiste a los soberbios, los malditos,
    Que se desvían de tus mandamientos.

   
   22 Aparta de mí el oprobio y el menosprecio,
    Porque tus testimonios he guardado.

   
   23 Príncipes también se sentaron y hablaron contra mí;
    Mas tu siervo meditaba en tus estatutos,

   
   24 Pues tus testimonios son mis delicias
    Y mis consejeros.

   

Dálet

   25 Abatida hasta el polvo está mi alma;
    Vivifícame según tu palabra.

   
   26 Te he manifestado mis caminos, y me has respondido;
    Enséñame tus estatutos.

   
   27 Hazme entender el camino de tus mandamientos,
    Para que medite en tus maravillas.

   
   28 Se deshace mi alma de ansiedad;
    Susténtame según tu palabra.

   
   29 Aparta de mí el camino de la mentira,
    Y en tu misericordia concédeme tu ley.

   
   30 Escogí el camino de la verdad;
    He puesto tus juicios delante de mí.

   
   31 Me he apegado a tus testimonios;
    Oh Jehová, no me averg:uences.

   
   32 Por el camino de tus mandamientos correré,
    Cuando ensanches mi corazón.

   

He

   33 Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos,
    Y lo guardaré hasta el fin.

   
   34 Dame entendimiento, y guardaré tu ley,
    Y la cumpliré de todo corazón.

   
   35 Guíame por la senda de tus mandamientos,
    Porque en ella tengo mi voluntad.

   
   36 Inclina mi corazón a tus testimonios,
    Y no a la avaricia.

   
   37 Aparta mis ojos, que no vean la vanidad;
    Avívame en tu camino.

   
   38 Confirma tu palabra a tu siervo,
    Que te teme.

   
   39 Quita de mí el oprobio que he temido,
    Porque buenos son tus juicios.

   
   40 He aquí yo he anhelado tus mandamientos;
    Vivifícame en tu justicia.

   

Vau

   41 Venga a mí tu misericordia, oh Jehová;
    Tu salvación, conforme a tu dicho.

   
   42 Y daré por respuesta a mi avergonzador,
    Que en tu palabra he confiado.

   
   43 No quites de mi boca en ningún tiempo la palabra de verdad,
    Porque en tus juicios espero.

   
   44 Guardaré tu ley siempre,
    Para siempre y eternamente.

   
   45 Y andaré en libertad,
    Porque busqué tus mandamientos.

   
   46 Hablaré de tus testimonios delante de los reyes,
    Y no me avergonzaré;

   
   47 Y me regocijaré en tus mandamientos,
    Los cuales he amado.

   
   48 Alzaré asimismo mis manos a tus mandamientos que amé,
    Y meditaré en tus estatutos.

   

Zain

   49 Acuérdate de la palabra dada a tu siervo,
    En la cual me has hecho esperar.

   
   50 Ella es mi consuelo en mi aflicción,
    Porque tu dicho me ha vivificado.

   
   51 Los soberbios se burlaron mucho de mí,
    Mas no me he apartado de tu ley.

   
   52 Me acordé, oh Jehová, de tus juicios antiguos,
    Y me consolé.

   
   53 Horror se apoderó de mí a causa de los inicuos
    Que dejan tu ley.

   
   54 Cánticos fueron para mí tus estatutos
    En la casa en donde fui extranjero.

   
   55 Me acordé en la noche de tu nombre, oh Jehová,
    Y guardé tu ley.

   
   56 Estas bendiciones tuve
    Porque guardé tus mandamientos.

   

Chet

   57 Mi porción es Jehová;
    He dicho que guardaré tus palabras.

   
   58 Tu presencia supliqué de todo corazón;
    Ten misericordia de mí según tu palabra.

   
   59 Consideré mis caminos,
    Y volví mis pies a tus testimonios.

   
   60 Me apresuré y no me retardé
    En guardar tus mandamientos.

   
   61 Compañías de impíos me han rodeado,
    Mas no me he olvidado de tu ley.

   
   62 A medianoche me levanto para alabarte
    Por tus justos juicios.

   
   63 Compañero soy yo de todos los que te temen
    Y guardan tus mandamientos.

   
   64 De tu misericordia, oh Jehová, está llena la tierra;
    Enséñame tus estatutos.

   

Tet

   65 Bien has hecho con tu siervo,
    Oh Jehová, conforme a tu palabra.

   
   66 Enséñame buen sentido y sabiduría,
    Porque tus mandamientos he creído.

   
   67 Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba;
    Mas ahora guardo tu palabra.

   
   68 Bueno eres tú, y bienhechor;
    Enséñame tus estatutos.

   
   69 Contra mí forjaron mentira los soberbios,
    Mas yo guardaré de todo corazón tus mandamientos.

   
   70 Se engrosó el corazón de ellos como sebo,
    Mas yo en tu ley me he regocijado.

   
   71 Bueno me es haber sido humillado,
    Para que aprenda tus estatutos.

   
   72 Mejor me es la ley de tu boca
    Que millares de oro y plata.

   

Yod

   73 Tus manos me hicieron y me formaron;
    Hazme entender, y aprenderé tus mandamientos.

   
   74 Los que te temen me verán, y se alegrarán,
    Porque en tu palabra he esperado.

   
   75 Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos,
    Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.

   
   76 Sea ahora tu misericordia para consolarme,
    Conforme a lo que has dicho a tu siervo.

   
   77 Vengan a mí tus misericordias, para que viva,
    Porque tu ley es mi delicia.

   
   78 Sean avergonzados los soberbios, porque sin causa me han calumniado;
    Pero yo meditaré en tus mandamientos.

   
   79 Vuélvanse a mí los que te temen
    Y conocen tus testimonios.

   
   80 Sea mi corazón íntegro en tus estatutos,
    Para que no sea yo avergonzado.

   

Caf

   81 Desfallece mi alma por tu salvación,
    Mas espero en tu palabra.

   
   82 Desfallecieron mis ojos por tu palabra,
    Diciendo: ¿Cuándo me consolarás?

   
   83 Porque estoy como el odre al humo;
    Pero no he olvidado tus estatutos.

   
   84 ¿Cuántos son los días de tu siervo?
    ¿Cuándo harás juicio contra los que me persiguen?

   
   85 Los soberbios me han cavado hoyos;
    Mas no proceden según tu ley.

   
   86 Todos tus mandamientos son verdad;
    Sin causa me persiguen; ayúdame.

   
   87 Casi me han echado por tierra,
    Pero no he dejado tus mandamientos.

   
   88 Vivifícame conforme a tu misericordia,
    Y guardaré los testimonios de tu boca.

   


1 Corintios 7

20 Cada uno en el estado en que fue llamado, en él se quede.

    21 ¿Fuiste llamado siendo esclavo? No te dé cuidado; pero también, si puedes hacerte libre, procúralo más.

    22 Porque el que en el Señor fue llamado siendo esclavo, liberto es del Señor; asimismo el que fue llamado siendo libre, esclavo es de Cristo.

    23 Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres.

    24 Cada uno, hermanos, en el estado en que fue llamado, así permanezca para con Dios.

    25 En cuanto a las vírgenes no tengo mandamiento del Señor; mas doy mi parecer, como quien ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel.

    26 Tengo, pues, esto por bueno a causa de la necesidad que apremia; que hará bien el hombre en quedarse como está.

    27 ¿Estás ligado a mujer? No procures soltarte. ¿Estás libre de mujer? No procures casarte.

    28 Mas también si te casas, no pecas; y si la doncella se casa, no peca; pero los tales tendrán aflicción de la carne, y yo os la quisiera evitar.

    29 Pero esto digo, hermanos: que el tiempo es corto; resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la tuviesen;

    30 y los que lloran, como si no llorasen; y los que se alegran, como si no se alegrasen; y los que compran, como si no poseyesen;

    31 y los que disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutasen; porque la apariencia de este mundo se pasa.

    32 Quisiera, pues, que estuvieseis sin congoja. El soltero tiene cuidado de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor;

    33 pero el casado tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer.

    34 Hay asimismo diferencia entre la casada y la doncella. La doncella tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en cuerpo como en espíritu; pero la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.

    35 Esto lo digo para vuestro provecho; no para tenderos lazo, sino para lo honesto y decente, y para que sin impedimento os acerquéis al Señor.

    36 Pero si alguno piensa que es impropio para su hija virgen que pase ya de edad, y es necesario que así sea, haga lo que quiera, no peca; que se case.

    37 Pero el que está firme en su corazón, sin tener necesidad, sino que es dueño de su propia voluntad, y ha resuelto en su corazón guardar a su hija virgen, bien hace.

    38 De manera que el que la da en casamiento hace bien, y el que no la da en casamiento hace mejor.

    39 La mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor.

    40 Pero a mi juicio, más dichosa será si se quedare así; y pienso que también yo tengo el Espíritu de Dios.









































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