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Plan para leer toda la Biblia en un Año

Armas de nuestra milicia

Proverbs 27-29, 2 Corinthians 10(Reina-Valera 1960)

Proverbios 27


   1 No te jactes del día de mañana;
    Porque no sabes qué dará de sí el día.(A)

   
   2 Alábete el extraño, y no tu propia boca;
    El ajeno, y no los labios tuyos.

   
   3 Pesada es la piedra, y la arena pesa;
    Mas la ira del necio es más pesada que ambas.

   
   4 Cruel es la ira, e impetuoso el furor;
    Mas ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia?

   
   5 Mejor es reprensión manifiesta
    Que amor oculto.

   
   6 Fieles son las heridas del que ama;
    Pero importunos los besos del que aborrece.

   
   7 El hombre saciado desprecia el panal de miel;
    Pero al hambriento todo lo amargo es dulce.

   
   8 Cual ave que se va de su nido,
    Tal es el hombre que se va de su lugar.

   
   9 El ung:uento y el perfume alegran el corazón,
    Y el cordial consejo del amigo, al hombre.

   
   10 No dejes a tu amigo, ni al amigo de tu padre;
    Ni vayas a la casa de tu hermano en el día de tu aflicción.
    Mejor es el vecino cerca que el hermano lejos.

   
   11 Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón,
    Y tendré qué responder al que me agravie.

   
   12 El avisado ve el mal y se esconde;
    Mas los simples pasan y llevan el daño.

   
   13 Quítale su ropa al que salió fiador por el extraño;
    Y al que fía a la extraña, tómale prenda.

   
   14 El que bendice a su amigo en alta voz, madrugando de mañana,
    Por maldición se le contará.

   
   15 Gotera continua en tiempo de lluvia
    Y la mujer rencillosa, son semejantes;

   
   16 Pretender contenerla es como refrenar el viento,
    O sujetar el aceite en la mano derecha.

   
   17 Hierro con hierro se aguza;
    Y así el hombre aguza el rostro de su amigo.

   
   18 Quien cuida la higuera comerá su fruto,
    Y el que mira por los intereses de su señor, tendrá honra.

   
   19 Como en el agua el rostro corresponde al rostro,
    Así el corazón del hombre al del hombre.

   
   20 El Seol y el Abadón nunca se sacian;
    Así los ojos del hombre nunca están satisfechos.

   
   21 El crisol prueba la plata, y la hornaza el oro,
    Y al hombre la boca del que lo alaba.

   
   22 Aunque majes al necio en un mortero entre granos de trigo majados con el pisón,
    No se apartará de él su necedad.

   
   23 Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas,
    Y mira con cuidado por tus rebaños;

   
   24 Porque las riquezas no duran para siempre;
    ¿Y será la corona para perpetuas generaciones?

   
   25 Saldrá la grama, aparecerá la hierba,
    Y se segarán las hierbas de los montes.

   
   26 Los corderos son para tus vestidos,
    Y los cabritos para el precio del campo;

   
   27 Y abundancia de leche de las cabras para tu mantenimiento, para mantenimiento de tu casa,
    Y para sustento de tus criadas.

   

Proverbios 28

Proverbios antitéticos

   1 Huye el impío sin que nadie lo persiga;
    Mas el justo está confiado como un león.

   
   2 Por la rebelión de la tierra sus príncipes son muchos;
    Mas por el hombre entendido y sabio permanece estable.

   
   3 El hombre pobre y robador de los pobres
    Es como lluvia torrencial que deja sin pan.

   
   4 Los que dejan la ley alaban a los impíos;
    Mas los que la guardan contenderán con ellos.

   
   5 Los hombres malos no entienden el juicio;
    Mas los que buscan a Jehová entienden todas las cosas.

   
   6 Mejor es el pobre que camina en su integridad,
    Que el de perversos caminos y rico.

   
   7 El que guarda la ley es hijo prudente;
    Mas el que es compañero de glotones averg:uenza a su padre.

   
   8 El que aumenta sus riquezas con usura y crecido interés,
    Para aquel que se compadece de los pobres las aumenta.

   
   9 El que aparta su oído para no oír la ley,
    Su oración también es abominable.

   
   10 El que hace errar a los rectos por el mal camino,
    El caerá en su misma fosa;
    Mas los perfectos heredarán el bien.

   
   11 El hombre rico es sabio en su propia opinión;
    Mas el pobre entendido lo escudriña.

   
   12 Cuando los justos se alegran, grande es la gloria;
    Mas cuando se levantan los impíos, tienen que esconderse los hombres.

   
   13 El que encubre sus pecados no prosperará;
    Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.

   
   14 Bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios;
    Mas el que endurece su corazón caerá en el mal.

   
   15 León rugiente y oso hambriento
    Es el príncipe impío sobre el pueblo pobre.

   
   16 El príncipe falto de entendimiento multiplicará la extorsión;
    Mas el que aborrece la avaricia prolongará sus días.

   
   17 El hombre cargado de la sangre de alguno
    Huirá hasta el sepulcro, y nadie le detendrá.

   
   18 El que en integridad camina será salvo;
    Mas el de perversos caminos caerá en alguno.

   
   19 El que labra su tierra se saciará de pan;
    Mas el que sigue a los ociosos se llenará de pobreza.

   
   20 El hombre de verdad tendrá muchas bendiciones;
    Mas el que se apresura a enriquecerse no será sin culpa.

   
   21 Hacer acepción de personas no es bueno;
    Hasta por un bocado de pan prevaricará el hombre.

   
   22 Se apresura a ser rico el avaro,
    Y no sabe que le ha de venir pobreza.

   
   23 El que reprende al hombre, hallará después mayor gracia
    Que el que lisonjea con la lengua.

   
   24 El que roba a su padre o a su madre, y dice que no es maldad,
    Compañero es del hombre destruidor.

   
   25 El altivo de ánimo suscita contiendas;
    Mas el que confía en Jehová prosperará.

   
   26 El que confía en su propio corazón es necio;
    Mas el que camina en sabiduría será librado.

   
   27 El que da al pobre no tendrá pobreza;
    Mas el que aparta sus ojos tendrá muchas maldiciones.

   
   28 Cuando los impíos son levantados se esconde el hombre;
    Mas cuando perecen, los justos se multiplican.

   

Proverbios 29


   1 El hombre que reprendido endurece la cerviz,
    De repente será quebrantado, y no habrá para él medicina.

   
   2 Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra;
    Mas cuando domina el impío, el pueblo gime.

   
   3 El hombre que ama la sabiduría alegra a su padre;
    Mas el que frecuenta rameras perderá los bienes.

   
   4 El rey con el juicio afirma la tierra;
    Mas el que exige presentes la destruye.

   
   5 El hombre que lisonjea a su prójimo,
    Red tiende delante de sus pasos.

   
   6 En la transgresión del hombre malo hay lazo;
    Mas el justo cantará y se alegrará.

   
   7 Conoce el justo la causa de los pobres;
    Mas el impío no entiende sabiduría.

   
   8 Los hombres escarnecedores ponen la ciudad en llamas;
    Mas los sabios apartan la ira.

   
   9 Si el hombre sabio contendiere con el necio,
    Que se enoje o que se ría, no tendrá reposo.

   
   10 Los hombres sanguinarios aborrecen al perfecto,
    Mas los rectos buscan su contentamiento.

   
   11 El necio da rienda suelta a toda su ira,
    Mas el sabio al fin la sosiega.

   
   12 Si un gobernante atiende la palabra mentirosa,
    Todos sus servidores serán impíos.

   
   13 El pobre y el usurero se encuentran;
    Jehová alumbra los ojos de ambos.

   
   14 Del rey que juzga con verdad a los pobres,
    El trono será firme para siempre.

   
   15 La vara y la corrección dan sabiduría;
    Mas el muchacho consentido avergonzará a su madre.

   
   16 Cuando los impíos son muchos, mucha es la transgresión;
    Mas los justos verán la ruina de ellos.

   
   17 Corrige a tu hijo, y te dará descanso,
    Y dará alegría a tu alma.

   
   18 Sin profecía el pueblo se desenfrena;
    Mas el que guarda la ley es bienaventurado.

   
   19 El siervo no se corrige con palabras;
    Porque entiende, mas no hace caso.

   
   20 ¿Has visto hombre ligero en sus palabras?
    Más esperanza hay del necio que de él.

   
   21 El siervo mimado desde la niñez por su amo,
    A la postre será su heredero.

   
   22 El hombre iracundo levanta contiendas,
    Y el furioso muchas veces peca.

   
   23 La soberbia del hombre le abate;
    Pero al humilde de espíritu sustenta la honra.

   
   24 El cómplice del ladrón aborrece su propia alma;
    Pues oye la imprecación y no dice nada.

   
   25 El temor del hombre pondrá lazo;
    Mas el que confía en Jehová será exaltado.

   
   26 Muchos buscan el favor del príncipe;
    Mas de Jehová viene el juicio de cada uno.

   
   27 Abominación es a los justos el hombre inicuo;
    Y abominación es al impío el de caminos rectos.

   


2 Corintios 10

Pablo defiende su ministerio

   1 Yo Pablo os ruego por la mansedumbre y ternura de Cristo, yo que estando presente ciertamente soy humilde entre vosotros, mas ausente soy osado para con vosotros;

    2 ruego, pues, que cuando esté presente, no tenga que usar de aquella osadía con que estoy dispuesto a proceder resueltamente contra algunos que nos tienen como si anduviésemos según la carne.

    3 Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne;

    4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,

    5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,

    6 y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.

    7 Miráis las cosas según la apariencia. Si alguno está persuadido en sí mismo que es de Cristo, esto también piense por sí mismo, que como él es de Cristo, así también nosotros somos de Cristo.

    8 Porque aunque me gloríe algo más todavía de nuestra autoridad, la cual el Señor nos dio para edificación y no para vuestra destrucción, no me avergonzaré;

    9 para que no parezca como que os quiero amedrentar por cartas.

    10 Porque a la verdad, dicen, las cartas son duras y fuertes; mas la presencia corporal débil, y la palabra menospreciable.

    11 Esto tenga en cuenta tal persona, que así como somos en la palabra por cartas, estando ausentes, lo seremos también en hechos, estando presentes.

    12 Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son juiciosos.

    13 Pero nosotros no nos gloriaremos desmedidamente, sino conforme a la regla que Dios nos ha dado por medida, para llegar también hasta vosotros.

    14 Porque no nos hemos extralimitado, como si no llegásemos hasta vosotros, pues fuimos los primeros en llegar hasta vosotros con el evangelio de Cristo.

    15 No nos gloriamos desmedidamente en trabajos ajenos, sino que esperamos que conforme crezca vuestra fe seremos muy engrandecidos entre vosotros, conforme a nuestra regla;

    16 y que anunciaremos el evangelio en los lugares más allá de vosotros, sin entrar en la obra de otro para gloriarnos en lo que ya estaba preparado.

    17 Mas el que se gloría, gloríese en el Señor;(A)

    18 porque no es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba.









































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