Luis Enrique Llanes Contesta

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Director del Ministerio Luz y Verdad en Argentina


Reflexiones


Isa 51:23 Y lo pondré en mano de tus angustiadores, que dijeron a tu alma: Inclínate, y pasaremos por encima de ti. Y tú pusiste tu cuerpo como tierra, y como camino, para que pasaran.

Antiguamente, a los reyes vencidos se los tiraba en tierra y los pies de los vencedores eran colocados sobre sus cuellos como señal de derrota y humillación. En esta ocasión Israel estaba cautivo en Babilonia, humillado hasta lo sumo y en medio de su condición Dios trae palabras de aliento, prometiéndoles que su liberación estaba cercana y el juicio contra sus opresores era inminente. En estas palabras la palabra alma (nefesh-heb.) está siendo tomada representando al hombre como un todo. El mismo contexto lo aclara cuando dice: “…y pasaremos por encima de ti. Y pusiste tu cuerpo como tierra, y como camino, para que pasaran sobre ti”.

La desobediencia trae como resultado sufrimiento y oprobio. En esa condición el enemigo se siente con derechos y autoridad sobre los desobedientes y los sume en un estado de humillación y sufrimientos indecibles. Pero no tienes por qué permanecer en esa condición, Dios es un Dios bueno, misericordioso, que trabaja a favor de sus hijos caídos, para libertarlos y restaurarlos a su condición anterior.

Permítele a Dios que haga algo en tu vida ahora.




ANTROPOLOGÍA E HISTORIA (LLANES)

“Los tiempos cambian”, dice un dicho popular muy antiguo. Pero el tiempo es algo subjetivo. Lo contamos en términos de años, meses, días, horas, etc.. Tal parece que le dejamos al tiempo, o le echamos la culpa, de los cambios históricos que se producen. Pero no somos justos, pues cuando las cosas cambian para mal, se lo atribuimos a él y cuando las cosas cambian para bien, siempre aparecerá un “chapulín colorado” que atribuirá el éxito a su “astucia con la cual nadie contaba”.

Sin embargo, pensándolo bien, las cosas cambian, no porque el tiempo como lapso tenga algo que ver con ello, sino porque nosotros las hacemos cambiar. Entonces, la responsabilidad del cambio siempre recaerá sobre el hombre. Por esta razón, no podemos soslayar nuestra parte en este asunto.

Todo cambio es historia. La historia es el relato de los cambios, y el hombre no está fuera de ello. El hombre es parte de la historia y como tal cumple su rol. Sacas al hombre de la escena y la historia se para; metes al hombre dentro y la historia continúa. Hay historias detenidas en el hombre, porque hay hombres que se han detenido, o han sido detenidos por otros hombres o por la misma muerte. Con todo ello, se terminó su historia. En cambio, hay otros que continúan la historia, y la historia dentro del tiempo continúa.

El curso de la historia del hombre está regido por dos fuerzas que se conjugan. Son inseparables. Las dos se complementan e introducen al hombre en su historia. Una fuerza es el mismo hombre. Este no es, ni posee una fuerza ciega, sin control. Él posee una fuerza controlada por su capacidad personal constituida en parte por una mente, que es la que, en última instancia, emplea su fuerza para fines constructivos, a no ser que esa mente, afectada y desequilibrada, utilice mal esa fuerza. Todo lo que no ha sido provechoso en la historia del hombre es producto de la mala utilización de esta fuerza o de haber prescindido de la otra fuerza. La otra fuerza es mayor que él pero quiere incluirlo a él. Esa fuerza tampoco es ciega. La fuerza ciega no produce nada provechoso. La fuerza controlada, la fuerza dirigida, la fuerza constructiva, la fuerza creadora tiene su fuente en Dios. Todo lo que es Dios, con todas sus capacidades cognoscitivas, afectivas y volitivas actúan para bendición y beneficio del hombre.

En nuestro propósito de hacer historia, tenemos que elegir por cual fuerza optar. A través de los tiempos, hubo hombres que se levantaron y trataron de hacer historia, prescindiendo de Dios, confiando en sus capacidades humanas y mal utilizando los dotes concedidos por Dios. Hicieron historia, sí, pero terrorífica, negra, triste, luctuosa. Todos los que cooperaron con ellos, experimentaron el fracaso rotundo y, cual Nabucodonosor, tuvieron que comer los fardos del pasto de la humillación. Dios se rió de ellos y exhibió públicamente su fracaso.

Esta verdad se traslada desde el plano político al filosófico, y del filosófico al religioso. En el plano político: ¿dónde están los grandes imperios y emperadores de la antigüedad? Asiria con su “glorioso” Assurbanipal; Babilonia con su “dios” Nabucodonosor”; Media y Persia con su pomposo Assuero; Grecia con su “magno” Alejandro; Roma con su “genial” Julio César o su “divino” Augusto. ¿Dónde están los Napoleones, los Bismarck, los Hitler, los Mussolinis, los Stalin y los Mao?

Y en el plano intelectual, ¿dónde están los “grandes” y “sabios” filósofos de antaño, como Sócrates, Platón, Aristóteles y Epicuro? ¿Los grandes oradores como Demóstenes y Cicerón?

¿Dónde los grandes creadores de religiones: Lao Tsé, Buda, Zoroastro, Mahoma? Y esto, sin mencionar a los “pichichos” modernos como Russel, José Smith, Elena White y otros de su misma “especie”.

“¡¿DÓNDE ESTÁN USTEDES?!” Y en respuesta, se oye un coro de voces cavernosas, lúgubres, luctuosas, sepulcrales, desfallecientes y lánguidas, que desde las profundidades seólicas exclaman: “HENOS AQUÍ FRACASADOS, SIN ESPERANZAS, PREOCUPADOS POR TODOS LOS IMBÉCILES QUE AÚN SIGUEN NUESTRAS NECIAS ENSEÑANZAS, EN EL MUNDO”.

El hombre, con todo su poder, con toda su capacidad y con todas sus posibilidades es un fracasado. Es un fracasado porque ha sustituido la fuerza y capacidad de su Dios, por la fuerza y capacidad propia o de otro hombre de carne y hueso igual que él y que como él, fracasó en su obstinación. Fracasados confiando en las palabras de otros fracasados. Fracasados colocando su fe y esperanza en sus iguales. Pero tal es la obstinación del hombre que a estas alturas, en su fracaso no perciben la voz de su propia historia que le grita: ¡FRACASÉ!

En en su fracaso y obstinación, el hombre todavía espera que se levante otra figura... alguien en quien confiar, en quien aunar fuerzas para lograr. La figura se levantará y de nuevo humillación y fracaso. Entonces, hombre fracasado, impotente, inútil, desvirtuado, ¿no te das cuenta que tu misma historia y condición exige un cambio y que ese cambio exige la magnitud de la OTRA FUERZA, y que esa fuerza no puede ser otra que Dios? ¿No te das cuenta que solo Dios es el único capaz de darle sentido a tu vida? ¿Por qué te obstinas a descender a la estatura de las bestias, teniendo la posibilidad de levantarte a la altura de hijo de Dios?

Concluimos, entonces, que el hombre si puede cambiar su historia y la historia de una forma benefactora para todos, si en este tiempo, tiempo de Dios, renuncia a todos los andrajos de filosofías o religiones de las cuales está vestido y se viste del ropaje de justicia provisto por Dios en Cristo Jesús. Lee esto, hombre deambulante, Jesús es supremamente y absolutamente exclusivo, lee lo que El dice: YO SOY EL CAMINO, YO SOY LA VERDAD, YO SOY LA VIDA, YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA,LuisLlanes YO SOY EL BUEN PASTOR, YO SOY LA LUZ DEL MUNDO, YO SOY EL PRINCIPIO Y EL FIN, YO SOY EL PRIMERO Y EL ÚLTIMO,

Si tu líder, quienquiera que sea o hubiere sido, dijo algo semejante, yo renuncio a Jesucristo y me cambio, pero si tu líder no fue capaz de decir semejantes declaraciones, estás en la obligación moral de cambiar ya, quitarte tus andrajos y aceptar a Cristo, porque esto es serio y se constituye en un desafío para ti. ¿Te prendí, verdad?

Sin otro particular Luis Llanes




Gén 34:8 Y Hamor habló con ellos, diciendo: El alma de mi hijo Siquem se ha apegado a vuestra hija; os ruego que se la deis por mujer.

El amor, como cualquier otro sentimiento tiene dos caras, una buena y otra mala. De acuerdo a como lo manifiestes y apliques, así serán los resultados que has de obtener. Los buenos sentimientos pueden degenerarse y convertirse en un arma mortal. El celo puede convertirse en un fantasma acosador, si no está centrado y controlado por el temor de Dios. El amor, puede convertirse en un sentimiento pasional si ese amor no tiene su fuente en Dios. El pecado tiene sus raíces en los afectos degradados. Esto lo podemos comprobar con un estudio sobre las técnicas usadas por Satanás aplicadas a Eva y a Jesucristo en el desierto.

Él apeló a sentimientos correctos pero mal encaminados, con Eva tuvo éxito, con Jesús, fracaso. En el caso de Siquem, al igual que muchos casos actuales, podemos notar como las relaciones descontroladas, desiguales y despojadas del temor de Dios, traen como consecuencias males que a veces no se pueden superar. La Biblia es muy escueta en su relato, pero la experiencia nos indica que estas relaciones entre Dina y Siquem, fueron un proceso de tiempo, de relación en fiestas populares, paseos, grupos de amistades, etc.

No se puede precisar hasta qué punto Siquem le atraía a Dina, siendo este el hijo del principal del pueblo, pero sí se ve a las claras la fuerte atracción que Dina ejercía sobre este hombre. Posibles insinuaciones y rechazos, pero lo cierto es que al darse la ocasión de estar solos, él abusó de la chica desplegando sobre ellas toda la fuerza de la pasión inhibida hasta ese momento.

Triste la historia, pero ella se repite, y tal parece que, en algunos casos, no enseñan nada las experiencias y lecciones experimentadas y aprendidas por otros.

Cuantas veces se le aconseja al joven que el yugo desigual en el noviazgo y el matrimonio es contra y voluntad de Dios. Sin embargo no parecen percibir el peligro que se cierne detrás de todas esas relaciones que parecen inofensivas pero, cual anzuelo, envuelto y escondido dentro de la carnada entra no sale. Ya es demasiado tarde.

Tal parece que el chico se apego afectivamente, o sea, “se enamoró”. ( Heb. “kjashac” = amar, deleitarse.)

Su el alma espiritual quedó afectada por este experiencia. Esta es el asiento de todos los afectos, por lo cual es el alma la que ama. Aunque afecta todo el ser, sin embargo aquí se refiere, específicamente, al alma espiritual y no a la persona como un todo. No es el cuerpo (Heb. basar=carne) el alma la que ama, aunque ese amor se exprese externamente y a través de nuestro cuerpo, a veces de forma correcta, a veces de una forma degenerada.. Lo cierto es que cuando trataron de solucionar pacífica y familiarmente la situación, no valió, dotes, ni expensas, ni villas ni castillos. Esta triste experiencia terminó con el genocidio y con una maldición sobre sus ejecutores.

Queridos, la Biblia no se equivoca. Los padres deben mirar en qué entorno se mueven sus hijos; quiénes son sus amistades allegadas, qué conciencia tienen de los planes de Dios con sus vidas como parte de la familia de Dios. Los hijos necesitan conciencia de lo que es una vida de santidad, de comunión con Dios y del papel que juegan ellos como herederos de la justicia que en Cristo han obtenido.

SER PARTE DE LA FAMILIA DE DIOS, NO ES UN JUEGO, ES UN PRIVILEGIO, PERO A LA VEZ ES UNA GRAN RESPONSABILIDAD. ¡CUIDA LA POSICIÓN Y JUEGA CON PRECISIÓN!




LA SALVACIÓN, CONTINUACIÓN (LLANES)

Ministerio Luz y Verdad.

C) SANTIFCACIÓN.- ¿Que relación tiene la REGENERACIÓN con la SANTIFICACIÓN? La regeneración tiene que ver con la parte subjetiva de la salvación mientras que la santificación tiene que ver con la objetiva La regeneración tiene que ver con el inicio de la vida de santidad, la santificación con la continuidad de esta vida. La regeneración es la planta, la santificación son los frutos. La regeneración es como la criatura que nace, la santificación es su desarrollo y crecimiento. La regeneración provee la materia prima, la santificación la elabora. La regeneración es la fuente de la luz, la santificación la lámpara que la proyecta. La santificación es una obra directa del Espíritu Santo que perfecciona la vida espiritual del creyente a partir del nuevo nacimiento.

1) La santificación es tanto estática (un estado) como dinámica (perfeccionable)

a) La santificación es un estado.- En este caso es instantánea. Desde le momento que la persona cree, Dios la santifica. Lo convierte en un santo. A pesar de sus imperfecciones, Dios lo trata como tal ya que al igual que la justificación, la santificación es imputada por la fe. (Hechos 26:18; 1 Ped. 1:16; Heb. 12:14;1 Tes. 5:23; Véase 2 Cor. 1:1; Efe. 1:1; Filp. 1:1; Gál.1:2).

Cuando analizamos el uso de la palabra “santo” en el A. T. nos damos cuenta que el acto de santificar algo implicaba dos apectos: por una parte apartar. (Gén. 20:8; Lev.20:26; Éxo.40:9; Núm 6:2; Lev.11:44: 25:10; 2 Cron. 7:16; Hech. 13:2) y por la otra parte dedicar. (Éxodo13:2; Lev. 27:14; Núm 6:2; 1 Sam.1:11; 1 Crón. 23:13; 2 Crón 35:3).

Como un acto de la soberanía de Dios (Éx. 20:12) , él santificaba con su presencia lugares (Éxo. 3:5); días Gén. 2:3; Personas, (Jer. 1:5).

Por la acción directa de sus siervos eran santificados objetos, (2 Crón. 29:19) artículos y personas. (Éxodo19:10; 19:23; 28:41).

Su pueblo y sus siervos se auto santificaban, cuando se apartaban del pecado y se dedicaban al servicio de Dios y en obediencia al mandato de Dios. (Lev.11:44; Núm. 11:18; Joel 2:16).

b) La santificación es dinámica: perfeccionable.- Se nos hace un llamado para buscarla (Rom. 1:7; 1 Cor.1:2). Se nos exhorta a perfeccionarla. (2 Cor. 7:1) y al santo se le manda a que “se santifique todavía” (Apoc. 22:11)

a)En este aspecto se la compara con una casa en construcción: “Sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo...” y para lograr esta meta se nos exhorta primero a : “Desechar toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias y toda las detracciones; segundo a: desead como niños recién nacidos la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación... y tercero: acercándoos a él”. En este proceso se apela a la voluntad del creyente y donde cada uno ayuda a otro a su perfección, cooperando en este proceso Dios, que santifica al creyente. O sea, que el dinamismo de la santificación estriba en la acción del Espíritu de Dios en el creyente y la voluntad del creyente sometida a la voluntad de Dios. (Rom. 12:1; 6:13-19)

c) Otra palabra que la Biblia usa para revelar el aspecto dinámico y progresivo de la santificación es: perfección. Esta palabra nos revela los dos aspectos de la santificación: Como estado, Jesús dijo: “Sed, pues, perfectos, como mi Padre que está en los cielos es perfecto”. El deseo de Dios es nuestra perfección (2 Tim. 3:17; Efe. 4:13: Sant. 1:4), pero a la vez nos muestra el aspecto dinámico cuando Pablo nos dice: “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto, sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fuí también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome hacia lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios. Así que todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos...” (Filp. 3:12-15). Tanto en el A. T. como en el N. T., el creyente es llamado “perfecto” a pesar de sus imperfecciones. (Gén. 6:9; Salm. 37:18; Prov. 2:21; 11:20). El asunto es que Dios nos considera perfectos, aún cuando nosotros no nos sintamos que somos perfectos (Job. 9:20 comp. con Job. 1:1 y 8), porque la perfección es imputada por Dios aunque perfeccionada en nosotros por la acción de él con consentimiento nuestro. Pablo oraba “por la perfección” de los corintios, aún cuando él los llama “santos” (1 Cor. 1:1). Dios espera que los “perfectos” anden en el camino de la perfección. (Salmo 101:2) y que en ese camino alcancen la perfección. (Heb. 6:1).

B) Los medios de la santificación.- En la acción y proceso de la santificación intervienen un conjunto de factores, elementos y personas que hacen real y efectiva la experiencia de la salvación en el creyente.

1) El Espíritu Santo.- La obra el Espíritu se especializa en impartir y hacer parte del hombre la naturaleza santa de Dios. El santifica porque él es santo. Él penetra toda la naturaleza humana degenerada por el pecado, la regenera, la limpia, la sana y la pone en condiciones de establecer contacto y comunión con el Santo Dios. (Tito 3:5; 2 Tes. 2:13). El resultado de la obra santificadora del Espíritu es el fruto del Espíritu. (Gál 5:16-25) y una vida espiritual de victoria permanente. (2 Cor. 2:14)

2) La Palabra.- Jesucristo dijo: “Santifícalos en tu verdad, tu palabra es verdad” (Juan 17:17). La Palabra de Dios es tipificada con el lavacro del Tabernáculo que contenía agua para limpieza o lavamiento del sacerdote antes de oficiar. (Tito 3:5). La Palabra hace ver el pecado, la suciedad moral; descubre lo que hay en lo íntimo del corazón, porque es “viva y eficaz y más penetrante que espada de dos filos que penetra hasta partir el alma, y el espíritu y las coyunturas y tuétanos y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”, (Heb. 4:12). Pero tiene poder sanador, porque la Palabra es Espíritu y el Espíritu es el que la aplica al alma produciendo los cambios regeneradores, transformadores, renovadores que el hombre necesita. (Salmo 107:20; Mateo 8:8; Marc. 16:20; Luc. 4:32-36; 5:5)

3) La sangre de Cristo.- El cap. 9 de Hebreos nos da la clave para entender la eficacia y poder limpiador y santificador de la sangre de Cristo. La sangre de los becerros y de los machos cabríos, que fué rociada sobre el libro de la ley para confirmar el Pacto, y limpiar el Tabernáculo, y todos los vasos del ministerio (vs. 19-20) era un vehículo de purificación y consagración de las cosas santas. Esa sangre de los machos cabríos era típica del poder limpiador (v. 22) y regenerador del pecado, ya que “sin derramamiento de sangre no hay remisión” de pecados. Las figuras de las cosas celestiales fueron purificadas con sangre de becerros, pero las misma cosas celestiales fueron purificadas con sa sangre del mismo Jesucristo que tiene poder permanente y efectivo para llevar el pecado, y salvar a los que en él esperan. Esa es la sangre que “nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1:7) la que nos “ha lavado de todos nuestros pecados” (Apc. 1:5), porque “Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta...” (Heb. 13:




LA SALVACIÓN. (CONTINUACIÓN) (LLANES)

Ministerio Luz y Verdad

B) LA REGENERACIÓN.- Mientras que la justificación tiene que ver con un cambio de posición, la regeneración tiene que ver con un cambio de condición. Mientras que la justificación es de carácter externo, la regeneración es de carácter interno. Mientras que la justificación tiene que ver con el cambio en la condición legal ante Dios, la regeneración tiene que ver con un cambio espiritual y moral delante de Dios. El hombre necesita ser justificado porque es culpable ante Dios, necesita ser regenerado porque se ha corrompido delante de Dios.

La regeneración es el “cambio” y/o “transformación” de la naturaleza humana. Se conoce también como “nuevo nacimiento” porque da inicio para comenzar una nueva vida con Dios. La palabra regenerar quiere decir “volver a generar”.

El hombre degenerado es regenerado. Al hombre muerto en pecado se le imparte vida.

Para entender la naturaleza de la regeneración es necesario apelar a las figuras que se utilizan para representarla:

1). Un nuevo nacimiento.- Jesús se dirigió a Nicodemo con las siguientes palabras: “De cierto, de cierto te digo que el que no naciere del agua y del Espíritu no puede ver el reino de Dios” “No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer otra vez”. Estas palabras plantean algunas premisas:

a) El nuevo nacimiento o regeneración implica el corte de relación con la vid antigua. (1 Pedro 1:17-18; Efesios 4:22-32; 2 Cor. 5:17; Rom. 12:2)

b) El nuevo nacimiento implica el comienzo de una nueva vida.( Rom. 6:4) 2 Cor. 5:17)

c) El nuevo nacimiento implica el comienzo de la participación de la vida del reino. (Juan 3:5)

d) El nuevo nacimiento nos coloca en posición de hijos de Dios. Somos nacidos del Espíritu y es el Espíritu el que nos da testimonio de que somos hijos de Dios. (Juan 1:11-13; Rom. 8:15-16)

e) El nuevo nacimiento nos coloca en una nueva relación con el Padre. Heb. 12:1-11.

2). Una resurrección.- “Si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba y no las del tierra,.... porque habéis muerto y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios...” Col. 3:1-3 “Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos, nosotros andemos en novedad de Vida. (Rom. 6:4). Tanto el nuevo nacimiento como la resurrección llevan implícitos el mismo pensamiento del comienzo de una nueva vida. Esa vida es impartida por Cristo: “en él estaba la vida...” “Juan1:4; “Yo he venido para que tengáis vida y vida en abundancia” (Juan 10:10 ( Véase también: Juan 3:36; 5:24; 10:28, etc.) y hecha efectiva por el Espíritu Santo (Juan 6:63)

3). Un lavamiento.- “Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho , sino por su misericordia, por el lavamiento de la renovación en el Espíritu el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador”” (Tito 3:5-6). El agua es símbolo tanto del Espíritu Santo como de la Palabra escrita por su capacidad limpiadora y purificadora. Se hace referencia también al poder limpiador de la sangre de Cristo, porque “la sangre de Jesucristo Su Hijo nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1:9)

Continúa con la Santificación....




LA NATURALEZA DE LA SALVACIÓN: LA SALVACIÓN ES UN PRODUCTO...

La Biblia nos revela que la salvación, como una obra terminada en el corazón el hombre pecador, es producto de los efectos triple y simultáneos que el Espíritu de Dios efectúa en el corazón del hombre. Esta obra triple es la JUSTIFICACIÓN, la REGENERACIÓN y la SANTIFICACIÓN. No hay salvación bíblica si uno de estos tres aspectos falta. No podemos ser salvos si no somos justificados, no podemos ser salvos si no somos regenerados y no podemos ser salvos si no somos santificados.

A) LA JUSTIFICACIÓN.- ¿Qué es justificación?. Justificación es un acto de la libre gracia de Dios por medio de la cual Dios nos extiende “un certificado de absolución” declarándonos inocentes”. Dios nos declara legalmente justos. La justificación es imputada al hombre pecador sobre las bases de la obra consumada por Cristo quien ha sido hecho “justicia de Dios” a favor del hombre cuando en la cruz Jesús murió en sustitución de éste.. Es imputada porque no la merecemos. “Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención.....” (1 Cor. 1:30). No hay méritos en nosotros porque nuestros pecados nos condenan irremisiblemente delante del Dios de justicia. Pero en Cristo el hombre pecador recibe por la fe perdón y liberación del pecado.

1) Job, en sus momentos más críticos, y confrontado con la justicia de Dios hizo una pregunta crucial para todo hombre: ¿Y cómo se justificará el hombre con Dios?. David se hace eco de esta verdad, cuando el Salmo 143:2 nos dice: “No entres en juicio con tu siervo; porque no se justificará delante de tí ningún ser humano”. Para responder a estas inquietudes la Biblia nos revela las formas estipuladas por Dios para llagar a esa condición delante de Dios:

a) “Justificados pues por la fe tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Rom. 3:28). Al hombre pecador lo que se le pide es CREER.

“Más, al que no obra, sino cree en aquél que justifica al impío, su fe le es contada por justicia” (Rom. 4:5). (Véase además: Rom. 1:16; 10:4: 10:9; Heb. 1:6; Efe.1:13; 2 Cor. 4:12; Juan 3:18; 3:36). La fe es la llave que Dios le ha dado al hombre para abrir la puerta de la gracia; no hay ni imitaciones ni sustitutos.

b) “Siendo justificados gratuitamente por Su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”, a quién puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia...” (Rom. 3:24 y 25) “Para que justificados por su gracia , viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna”. (Tito 3:7) (Véase también Rom. 5:21; Efesos 2:5 y 8; Tito 2:11). Sin la manifestación de la gracia de Dios al hombre les sería completamente imposible llegar, por mucho que se esfuerce, para lograr su salvación. Por eso dice que la gracia de Dios se manifestó a todos los hombres para salvación...” (Tito 2:11).

c) “Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre , por él seremos salvos de la ira...” (Romanos 5:9) “La sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1:7). “Sabiendo que fuisteis rescatados...., no cosas corruptibles como oro plata, sino con la sangre preciosa de Jesucristo , como de un cordero sin mancha ni contaminación...” (1 Pedro 1:8-9). La sangre de Jesús juega un papel importante en el acto de la justificación, ya que es la única capaz de remover el pecado que separa al hombre de Dios. Para esto Jesús tenía que morir en lugar del hombre, para que en lugar del hombre su sangre fuese derramada, “porque sin derramamiento de sangre no se hace remisión” (Heb. 9:22). (Véase: Efe. 1:7; Col. 1:20; 1 Juan 1:7; Apoc.1:5).

2). La fuente de la justificación.- La gracia es de Dios, y proviene de Dios. Pablo dice que “Dios es el que justifica...” (Rom. 8:33). “La gracia de Dios se manifestó para salvación...” (Tito 2:11). Al hombre se le manda a apropiarse de la gracia, cubrirse bajo la gracia que Dios le brinda para hacer efectiva su salvación. La gracia de Dios se manifiesta ofreciendo gratuitamente el don de la salvación en Cristo al hombre, pero también se manifiesta capacitando al hombre, predisponiéndolo para creer. Pablo catalogó a los gálatas de “caídos de la gracia” porque quisieron sustituir el único medio de salvación por sus propios medios. A través de la historia y comenzando desde nuestros primeros padres, pasando por Caín y hasta nuestros días el hombre sin Dios ha rechazado los medios de gracia ofrecidos por Dios para su justificación, sustituyéndolos por sus propios medios de justicia propia. El resultado ha sido permanencia en la condición de caídos.

Sigue........




LA SALVACIÓN (LLANES) (Doctrinales)

Para poder entender la doctrina de la salvación es necesario que traslademos nuestras mentes al Antiguo Testamento, descorramos las cortinas del Libro de Éxodo, y levantemos nuestra mirada hacia Egipto. Es especialmente en Egipto donde se encuentra la clave para entender la naturaleza de la salvación para poder forjarnos el concepto correcto de lo que es ella.

Contemplemos un pueblo esclavo, sufrido, maltratado, humillado, destinado a muerte. Un pueblo que en medio de su desesperación clama por liberación, levanta la vista a su Dios; por la otra parte un Dios que oye el clamor, que ve la opresión y envía un salvador para libertar a su pueblo. (Éxodo caps. 1-3). Posteriormente, en las diferentes etapas de la vida de Israel, en medio de la opresión del enemigo, coactados de su libertad, afligidos y maltratados, Dios envía salvadores que salven a su pueblo de la esclavitud y sus consecuencias.

Tres palabras que rescatamos de todo ese quehacer son: esclavitud, salvador y liberación, las que nos dan la clave para lo que Jesucristo habría de hacer posteriormente a favor del hombre esclavo y oprimido por el yugo opresor de Satanás. Es ese contexto circunstancial lo que nos brinda los elementos para entender, 1º. Qué cosa es salvación desde el punto de vista de Dios y 2º. el por qué de la necesidad de un salvador.

Teniendo en mente este pensamiento dominante extraído de hechos típicos del A. T., debemos antes que nada definir el concepto teológico de salvación. Hace años cayó en mis manos un pequeño folleto exponiendo el plan de salvación y justo decía lo siguiente: “Salvación es la emancipación del pecado con su consecuencias presentes y futuras”. Emancipar es liberar.

En el acto de la salvación Dios liberta al pecador del yugo opresor del pecado. El pecado ha provocado la ruina espiritual, moral, física y material del hombre y separación de Dios, pero en el acto de la salvación los efectos son anulados, el hombre es restaurado a su posición original y Dios le provee la seguridad de un destino glorioso.

La necesidad de un salvador se produce primeramente por la condición espiritual del hombre. El mismo Pablo lo revela cuando dice: “Y él os dio vida cuando estabais muertos en delitos y pecados” (Efesios 2:1). “Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:21). Isaías lo dice en otras palabras: “Vuestras iniquidades han hecho separación entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír” (Isaías 59:2 y ss). Segundo por la incapacidad del hombre para proveerse a sí mismo un medio de salvación. Entonces la iniciativa tiene que tomarla Dios haciendo provisión de ese salvador. “Qué recompensa dará el hombre por su alma” (Mateo 16:26) Véase también Salmo 49:6-8; Juan 3:16; 4:10; Rom.6:23; 8:32: Efe. 2:8). “Él vino a buscar y salvar lo que se había perdido”.

Jesucristo estaba consciente de la naturaleza de su obra cuando dijo: El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor” (Lucas 4:18-19) “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Juan 8:32) “Si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:36) “Y libertados del pecado vinisteis a ser siervos de justicia” (Rom. 6:18) “Más ahora habéis sido libertados del pecado, y hechos siervos de Dios...” (8:22) y se nos exhorta diciendo: “Estad, pues, firmes con la libertad con que Cristo nos hizo libres” Gál. 5:1.

Para concluir este aspecto ratificamos:

“SALVACIÓN ES LIBERTAD DEL PECADO Y TODAS SUS CONSECUENCIAS PRESENTES Y FUTURAS”




Gén 12:13 Ahora, pues, di que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y viva mi alma por causa de ti.

El temor corta la visión del propósito. El temor hace tomar decisiones erradas.

El temor busca refugio en la mentira. El temor mata la fe. El temor vuelve egoísta a la persona. El temor es capaz de poner en juego la vida y el honor de otros para salvarse a sí misma.

Cuando el temor se produce en personas que no conocen a Dios, se justifica, pero es lamentable cuando en personas, como Abraham, permitan que ante una situación adversa y por meterse donde no debieron, su fe en Dios se esfume y manden al frente a al inocente para salvar su “pellejo”.

El temor apela a los efugios para sortear la situación, el problema es que todo lo que se hace (o no se hace) bajo el impulso del temor, trae por consecuencias la derrota y la humillación. El verdadero cristiano sabe confiar en el Dios soberano, en el Dios del llamado, al cual no se le escapara ningún detalle, para llevar a cabo su voluntad. No tiene que usar ardides para salir del paso.

Abraham nació alrededor de 1960 años A.C. .. No se sabe con exactitud cuantos años después del diluvio nació Abraham, pero lo cierto es que en este pasaje revela la connotación sutil que fue tomando el significado de la palabra “alma” de tal forma que el concepto que tenía Abraham, a estas alturas de la historia sobre el alma, era algo que él poseía y que el concepto no lo confundía con el cuerpo (basar-carne); por otra parte no lo confundía con “vida”, pues él utiliza términos concretos para referirse a estos aspectos de su persona: “kjai” (vida)

“Para que viva (kjaiá-heb.) mi (artículo posesivo) alma (nefesh-heb.) Aquí la palabra alma debe interpretarse como el ente espiritual portador de vida, que es poseída por la persona y que mora y satura el ser. Es importante conocer que la palabra “Kjaia o Kajai”, entre los diferentes significados que tiene, es “conservar” o “mantener”, por lo cual una posible traducción y que viene de acuerdo con el sentido del texto es: “…para que me vaya bien y mi alma sea preservada por causa de ti”.

Por otra parte, como el alma satura el cuerpo, dándole vida y manifestándose a través del cuerpo, en ocasiones la diferencia es muy sutil y puede referirse tanto a una como a otra y no constituye una contradicción.




Gén 32:30 Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel;[c] porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.

Hay experiencias en la vida cristiana en las cuales son necesarias experiencias profundas con Dios, que realmente cambien de raíz nuestra vida espiritual. La mera vida diaria, superficial, del mantenimiento diario no es suficiente para enderezar aspectos torcidos de nuestro carácter con los cuales hemos convivido por mucho tiempo. Si hacemos una evaluación de nuestro crecimiento y desarrollo de nuestra madures cristiana, si evaluamos los logros obtenidos en nuestro ministerio, si consideramos hasta que punto Dios ha podido llevar a cabo sus propósitos en nosotros, tenemos que llegar a la conclusión de que algo ha faltado en la proyección de nuestra vida espiritual que nos ha tenido limitados, esclavos, a merced de la voluntad de los demás y sin poder alcanzar a plenitud la bendición y la promesa de Dios para nuestras vidas, ministerios y familia.

Jacob fue heredero de una promesa de gran envergadura, de largo alcance y de repercusiones universales. Pasó todo su tiempo dedicado a la formación de su familia, al logro de riquezas materiales. Una vida de conflictos familiares, luchas internas. Uso de las formas carnales y humanas para lograr, por esos canales una bendición, de la cual estaba consciente, pero con poca o ninguna dependencia de Dios. Los resultados fueron obvios. Hay un dicho que dice que lo que mal comienza, mal termina. Comenzó con el engaño inducido por su madre, adoptó ese sistema como un modo de vida; esas artimañas las aplicó con su tío Labán, de tal forma que todo concluyó con la huida en vez de una salida pacífica y honorable y que por intervención y misericordia de Dios pudo salvar.

Pensaba que dejaba a tras una vida para comenzar otra, pero, le esperaba la cuenta pendiente con su hermano Esaú. En medio del conflicto a afrontar, nuevamente comienzan las estrategias humanas para salvar aquella otra situación y dice la Biblia que “así se quedó Jacob solo y luchó con él un varón, hasta que rayaba el alba”. La lucha fue intensa, pero Jacob sabía que esa experiencia representaría, de una forma definitiva la solución de su problemática espiritual y decidió librar la batalla. Su suerte estaba echada, sufrió consecuencias físicas que le recordarían el resto de su vida esa experiencia singular, pero “no lo dejaría hasta recibir la bendición transformadora”. Al rayar el alba tuvo la victoria. “Ya no te llamarás Jacob , sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres y hs vencido”.

Cambio de nombre, cambio de naturaleza y de carácter. De “suplantador” a “vencedor”. ¡que diferencia. Esta experiencia Jacob la describe con palabras de significado profundo: “vi cara a cara a Dios, y fue librada mi alma”. Allí, en lo mas profundo de su alma experimentó “un nuevo nacimiento”, el comienzo de una nueva vida. Reconciliación con Dios, reconciliación con su hermano y canal fluyente de la bendición de Abraham para la posteridad.

Hermano, hermana, no sé hasta que punto te ves identificado con la experiencia de Jacob, pero una sola cosa te digo, hay problemas espirituales de fondo, que no lo vas a resolver en Mahanaím, vas a tener que bajar a Peniel, y allí, cara a cara con Dios vas a tener que resolver tu situación, de lo contrario, permanecerás toda una vida viviendo en Harán.




“Clemente y misericordioso es Jehová, lento para la ira, grande en misericordia y verdad” (Salmo 103:8) (Por: Luis E. Llanes)

¿Es la misericordia que lo mismo que la clemencia?. (Re-posted)




REFLEXIONES PARA APRENDER Y ENSEÑAR. (LLANES) 21-2-14

Naturaleza del sacerdocio ejercido por los creyentes en la actualidad:

Para entender el sacerdocio del creyente ejercido dentro de la Iglesia se hace necesario hacer un análisis, aunque sea breve del sacerdocio del A.T. para establecer ciertos principios que nos ayudarán a comprenderlo.

En primer lugar diremos que el trabajo oficial del sacerdote era representar al hombre ante Dios. Se constituía en un mediador entre Dios y el hombre. En este caso, y como lo interpreta el autor de la Epístola a los Hebreos:

1) El sacerdote era “tomado de entre los hombre y constituido a favor de los hombres” 5:1a

2) “Para presentar ofrendas y sacrificios por el pecado” v.1b

3) “Para mostrarse paciente con los ignorantes y extraviados”

4) “Debía, primero, ofrecer sacrificios a su favor y después ofrecerlos a favor del pueblo” v. 3

5) Era un hombre “llamado por Dios” para realizar este trabajo específico” v. 4

El sacerdocio A.T. representado por los descendientes de Leví a través de Aarón, representado por Melquisedec, mucho antes; tiene su expresión máxima en Jesucristo, en quién se cumplen todos los tipos o símbolos del A.T., constituyéndose Él tanto en nuestro Gran Sumo Sacerdote, como en nuestro sacrificio perfecto por el pecado del hombre. Habiéndose consumado en Cristo todo lo anterior, el sacerdocio de Jesucristo es proyectado y ejercido de una forma amplia y universal a través de la Iglesia que a la vez es representada por cada creyente nacido de nuevo. “Él nos hizo reyes y sacerdotes para Dios...” Apoc. 1:6 y 5:10. La naturaleza del ministerio sacerdotal del creyente se encuentra revelada en 1 Pedro 2:5:

1) En el templo espiritual (la Iglesia) nosotros somos los sacerdotes. Este sacerdocio tiene dos características: a) Es espiritual, b) Es santo.

2) En el ejercicio de este sacerdocio: a) Somos nosotros los llamados a edificar “el templo espiritual” (La Iglesia) b) Yo no me edifico a mi, sino que nos edificamos unos a otros. Fíjese que la acción del verbo edificar es coactiva y recíproca.

3) En este sacerdocio, nosotros también somos el templo donde se ofrecen los sacrificios: “sed edificados como casa espiritual”

4) En este templo nosotros somos también los sacrificios. Este sacrificio humano tiene tres características:

a) espiritual,

b) aceptable a Dios y

c) Se ofrece a través de Jesucristo.

Teniendo en cuenta estas características el sacerdocio se constituye en un ministerio de carácter universal ya que es ejercido por todos los creyentes, de tal forma que teniendo en cuenta los grados de autoridad espiritual establecida dentro de la Palabra notamos que:

1) Cada creyente es un sacerdote para interceder por el mundo

2) En el hogar, el padre de familia como cabeza, ejerce un ministerio sacerdotal a favor de los suyos.

3) Dentro de la Iglesia Local, el pastor ejerce un ministerio sacerdotal a favor de las ovejas, del pueblo y de la nación.

En síntesis el sacerdote es un intercesor:
Uno que se coloca ante Dios
Entre Dios y el hombre:
A favor del hombre
en lugar del Hombre
Con un propósito específico
Para ayudar a lograr una victoria, lograr un propósito, alcanzar una meta.

No son muchos, a veces uno solo. (Abraham)
A veces dos o tres. Daniel y sus amigos.
A veces el pueblo de Dios completo: Por Pedro en la cárcel.




REFLEXIONES PARA APRENDER Y EDIFICAR. (LLANES) 15-2-14

Jer 31:25 Porque satisfaré al alma cansada, y saciaré a toda alma entristecida.

El alma se cansa, el alma se entristece. Los sufrimientos, las injusticias, las frustraciones, la lucha diaria, al parecer interminable, afectan nuestro ser interior produciendo esa sensación indescriptible de impotencia e incapacidad, que la traducimos en cansancio del alma. Los males que nos agobian, la incomprensión, la enfermedad, la muerte de seres queridos, entristecen nuestra alma, sumamente sensible a los malestares exteriores. En medio de toda esta realidad dentro de la cual nos movemos en este mundo y que en medio de ellas nos vemos inmensos en medio de un mar insondable y turbulento, como hijos de Dios, no podemos permitir que nada opaque nuestra visión espiritual, de tal forma, que perdamos de vista a nuestro Dios y nos sumamos en la más profunda de las depresiones.

Las promesas de Dios siempre están a la mano, no solo para que sepamos que están ahí, y que como letra muerta entren solo en nuestro intelecto sin una afectación real y experimental en nuestro interior. Las promesas de Dios son para suplir, efectivamente, una necesidad espiritual. Estas están para cambiar y transformar nuestra condición anímica y volitiva cuando creemos que son para nosotros, cuando creemos que son efectivas y cuando nuestra fe se activa para hacerlas una realidad experimental en nosotros.

Dios dice: “Porque satisfaré al alma cansada…”. Dios se constituye en la única fuente de solución para los problemas del alma y satisfacción espiritual. No es la buena comida, tampoco las comodidades materiales que obtengamos, ni los placeres carnales que tengamos. Como dice el coro antiguo: “Solo Dios hace al hombre feliz…”. Jesús dijo: “Venid a mi todos los que estéis trabajados y cansados, que YO OS HARÉ DESCANSAR”.

Dios dice: “…saciaré al alma entristecida.”. NO dice la buena música quitará tu tristeza; tampoco lo dice de un tiempo de vacaciones, o un paseo a las montañas. Estas cosas son solo sedantes pasajeros, pero no son curativas. Solo el Espíritu Santo de Dios, en su capacidad consoladora, puede saciar tu alma, eliminar tu tristeza y convertir “tu lamento en baile”. Permítele a él que el obre en lo mas profundo de tu ser. Solo el Espíritu Santo, creador de tu alma, puede modificar, cambiar, transformar tu condición eliminando la tristeza que te embarga.

La promesa está firme, los recursos a la mano, ¿qué esperas?.




REFLEXIONES PARA PARENDER Y EDIFICAR. (LLANES) 14-2-14

Sal 139:14 Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras;

Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien.

En el alma espiritual están contenidas todas las capacidades de la personalidad. La expresión “y mi alma lo sabe muy bien”, determina capacidad psíquica, actividad mental, o sea conocimiento. No es el cerebro el que sabe, es el alma la que sabe, aunque ese conocimiento lo canalice a través de un órgano físico. Podemos notar, también, la afectación afectiva que produjo en su alma la percepción del conocimiento infinito de Dios manifestado en la obra de sus manos. Esa percepción y conocimiento produjo en su interior un sentimiento de humillación y una sensación de alegría por las maravillas de Dios. Estas no son capacidades intrínsecas de la materia, sino capacidades espirituales inherentes a alma




?QUIEN ES JESUCRISTO? Mateo 16:13-20 (Luís Llanes)

En esta oportunidad, quiero abor­dar un tema de Importancia suma para todo ser humano, ya que del concep­to que tengamos de ello, así se definirá, o nuestra salvación eterna o nuestra condenación eterna. Me refiero a qué concepto tienes tú acerca de la persona de Jesucristo. Viniendo al pasaje bíblico al cual dimos lectura, resaltan dos preguntas de parte del Señor a sus discípulos, pe­ro dos preguntas que tenían que ver con un solo propósito de parte de ÈL. La primera pregunta es: ?Quien dicen los hombres que es el Hijo del Hom­bre? (v.13); y la segunda, mas precisa, más directa y especialmente pa­ra ellos: ?Y vosotros, quién decís que soy yo? (v.l6)

E1 Señor Jesucristo, en ocasión a esta pregunta, estaba próximo para ser crucificado. Él había estado casi tres años y medio con ellos enseñándolos y fundamentándolos en la fe y el conocimiento del Evangelio. Ellos iban a ser sus futuros representantes ante el mundo. Un mundo plagado de religiones paganas e idolatras, un mundo donde la mente de los hombres creaban sistemas de filosofías humanas que nada tenían que ver con el Evangelio. Un mundo hostil y opositor al cual sus discípulos tendrían que lanzarse, reclamaba de parte de estos una convicción profunda y un concepto claro acerca de quién era El. De este concepto iba a depender la pureza del Evangelio y el mantenimiento de esa pureza a través de los siglos, o el evangelio se convertiría en, otra de las tantas religiones existentes o en un sistema filosófico más entre muchos que en esos días abundaban. Teniendo en mente todas estas circunstancias adversas futuras es que El hace estas importantes preguntas. Analicemos la primera:

?Quién dicen los hombres que es el hijo del hombre?.- Esta pregunta tiene dos aspectos a considerar: 1ro. La opinión de las gentes acerca de su persona y 2do. La expresión o título de "Hijo del Hombre" que Jesús se aplica a sí mismo. Todos, casi simultáneamente, se adelantaron a res­ponder: "Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; otros, Jeremías o algunos de los profetas". Podemos notar que desde los mismos inicios del cristia­nismo, aun estando vivo todavía Jesús, ya las gentes se habían formado sus propios conceptos acerca de Su persona; pero notemos que el concepto de las gentes distaba mucho de ser cierto o estar en lo correcto como lo revelan las palabras de los mismos Apóstoles. Los hombres, sin una expe­riencia real con Dios, sin el conocimiento de Dios, se han forjado en sus mentes muchas ideas acerca de la persona de Jesús: algunos lo ven como un gran maestro, otros como un gran filósofo, otros como un hombre bueno. Unos lo levantan al rango de un ser espiritual perfecto, otros lo reducen a una mera criatura formada por Dios que vino al mundo para hacer el bien, y cuantos otros conceptos más.

El segundo aspecto de la pregunta, o sea el título de "Hijo del Hombre" lo analizaremos más adelante. Vayamos, pues a la segunda pregunta:

"Y vosotros, ?quién decís que soy Yo?.- Tal parece que la opinión de las gentes no era lo que tanto le interesaba a Jesús, sino la opinión de sus discípulos. Fíjese que ante esta pregunta no hubo la misma reacción de parte de sus discípulos que ante la primera hubo dilación, un tanto con­fusión. Tanto tiempo con El, sin embargo esta pregunta los tomó de sorpre­sa, y en esta mañana, hermano que me escuchas, esta pregunta va dirigida a ti también. ?Quién tú crees que es Jesús?. ¿Puedes dar una respuesta acertada de quién es El? o el Cristo en quien tú crees esta disuelto en la nebulosidad de tu mente produciendo, por efecto, una vida cristiana nebulo­sa también incapaz de reflejar toda la plenitud de toda la vida cristiana? De en medio de los discípulos sale una voz, una voz clara y definida, la voz de Pedro que se adelanta para responder acertadamente: "Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente".

Tanto esta respuesta como la expresión de la primera pregunta de Jesús dan un panorama general de quién es Jesús. Todo esto, en conjunto, nos revela la naturaleza de su persona y nos habla elocuentemente de quién es Él. Por una parte la expresión “Hijo del Hombre”; por otra parte la expresión “Hijo del Dios viviente” y por la otra: el título de “Cristo”. ¿Qué quería decir Jesús con el título “Hijo del Hombre”?. . .. En primer lugar definamos la primera parte, o sea, la expresión “hijo de…” . Entre los Judíos, esta expresión implicaba la idea de participación de la misma naturaleza. Quiere decir que Jesús era una persona que participaba de la misma naturaleza que los hombres. Él era humano. La pregunta que surge aquí es: ¿Acaso todos los hombres no son humanos? Claro que sí. Pero es, precisamente, que en el caso de Jesús implicaba alguien que antes no participaba de esa naturaleza de lo contrario este título era innecesario. ¿Cuál era el otro aspecto de esa naturaleza que estaba velada ante la vista del hombre natural y que solo Pedro y por revelación divina pudo descubrir y expresar. Esa otra naturaleza está reve­lada en la expresión "Hijo de Dios". Si bien hijo del Hombre" revela su hu­manidad perfecta, así "Hijo de Dios" revela su carácter divino, o sea su divinidad perfecta. Uno que participa de la misma naturaleza de Dios. Es bueno llamar la atención que no se dice que él es "un hijo de Dios" como uno mas en el montón, sino "el Hijo de Dios" por excelencia, lo que implica su deidad. Tampoco la Biblia le llama "un dios", como otro más en el montón, sino quees Dios, el verdadero. Esto es corroborado por las siguientes razones:

1ro. Los judíos entendían perfectamente bien que Jesús se hacía igual a Dios cuando se atribuía eltítulo de "Hijo de Dios" (Juan 10:22-42). En elv. 33 dice: "Le respondieron los judíos diciendo: “Por buena obra no te ape­dreamos, sino por la blasfemia, porque tú siendo hombre, te haces Dios”. En el v. 36 Jesús responde: “Lo que el Padre santificó y envió al mundo, vo­sotros decís, blasfemas porque dije Hijo de Dios soy? 2do. Juan,- en el cap. 1 v. 1 de su Evangelio nos dice: "En el principio erael Verbo, y el Verbo era con Dios y el Verbo era Dios". Fíjese bien que su Biblia no dice: "era un Dios", sino que: "era Dios". En el griego la composición gramatical sería: "y Dios era al Verbo". O sea la palabra Dios está calificando a la palabra Verbo y haciéndolo copartícipe de la misma naturaleza divina que la Deidad. Además, en el original griego no aparece el artículo indefinido "un", ni es necesario tampoco aquí, puesto que en idioma griego, todos los nombres tienen definidad propia, por lo tanto sería un error gramatical colocarle el artículo antes del nombre. Esta idea es corroborada ampliamente por el contexto, pues Juan, en los siguientes versículos lo coloca como el creador de todas las cosas (v.3), como la fuente de la vida (v.4), como la fuente de la luz (vs. 5-9), todos títulos y prerrogativas aplicadas solo al verdadero Dios. En Romanos 9:5 Pablo nos dice: "De quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne vino Cristo, en cual es DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS”. Pablo le escribe en su Epístola a Tito en 3:13: "Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro GRAN DIOS y Salvador Jesucristo", El Apóstol Pedro en su segunda epístola en l:1, nos dice: "Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado por la justicia de NUESTRO DIOS Y SALVADOR JESUCRISTO,una fe igualmente preciosa que la nuestra" y en 1 Juan 5:20 nos dice: "Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero, y estamos en el verdadero, en su hijo Jesucristo, EL ES EL VERDADERO DIOS y la vida eterna”. O sea, todo intento de des­virtuar la persona de Jesús reduciéndola a una criatura de Dios es obra del mismo Satanás para que Jesús se pierda y disuelva dentro de la impotencia de su humanidad incapaz de hacer por el hombre lo que E1 solo, como el DIOS VERDADERO es y puede hacer.

Y en tercer lugar analizaremos la expresión "Tu eres el Cristo". La palabra Cristo es la forma griega de la palabra Mesías en hebreo. Indican los dos su titulo y misión oficiales .. Las dos palabras quieren decir: UNGIDO, ¿Cuál era la misión oficial del Mesías? Ser el salvador de su pueblo y por extensión, salvador de todo el mundo. E1 fue ungido por Dios para esta misión especial en el mundo. Ahora bien, ?en que forma Jesús pudo realizar esta misión a favor del hombre caído?. Juan 1:l4 nos da la respuesta: "Y aquél verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como la del unigénito del Padre lleno de gracia y de verdad). Dios, el Verbo de Juan 1:l se hizo carne. La doctrina de la encarnación es la base sólida sobre la cual se asienta nuestra salvación. ¿Quién, sino el mismo Dios, descendiendo hasta el hombre, e identificándose con el hombre, sufriendo y muriendo por el hombre, hubiera sido capaz de salvar al hombre?» Así es presentado en,el A. T. Es Jehová que se presenta como el salvador de su pueblo. Es Jesús (Eamanuel): Dios con nosotros, presentado como el salvador de su pueblo. Y este Mesías este Cristo, es llamado “Jesús” porque el salvara a su pueblo de sus pecados".

SÍ, hermano y amigo que me lees estas líneas, si Jesús no hubiera sido Dios, imposible que nadie hubiera pagado el precio de rescate por ti. Ese Dios hecho carne ascendió a la cruz, y allí derramó su sangre por tus pecados y por los míos. Y esa sangre preciosa, dice la Biblia que "nos limpia de todo pecado". No hay pecado que su sangre no limpie. Todos tus pecados se disuelven en el amor de Dios como una gota de yodo en el océano inmenso. Acércate a Dios así mismo como estés, él te invita y te dice: "Venid a mi todos los que estáis tra­bajados y cargados que yo os haré descansar". Ven ahora. E1 te invita, CRISTO ES LA SOLUCIÓN.




REFLEXIONES PARA APRENDER Y EDIFICAR (LLANES) nro.5 4-02-14

Lam 3:51 Mis ojos contristaron mi alma por todas las hijas de mi ciudad. ---

Los ojos son los órganos que, por medio del sentido de la vista nos pone al día de todo lo que, a nuestro alrededor, pasa. La vista envía órdenes al cerebro, quien elabora la conciencia del mundo que nos rodea. La conciencia es una actividad de la mente, que como atributo de nuestra personalidad, afecta nuestra alma haciéndola sensible a las circunstancias del medio. Jeremías, miraba, contemplaba, consideraba la calamidad que, no solo Jerusalén estaba sufriendo, sino que todas las ciudades circundantes (figuradamente: “hijas de mi ciudad”) habían sido afectadas por la calamidad de la guerra. Había motivos, mas que motivos, para que la tristeza embargara su alma, pero ya no había remedio.

Solo esperar, pacientemente, el paso de los años para ver cumplida la promesa de restauración de la nación. “En medio de la ira, Dios se acordaría de su misericordia” y procedería a enderezar lo torcido y allanar lo áspero.

En varias ocasiones Dios mando a levantar nuestra vista y contemplar la calamidad de este mundo que nos rodea. Cristo veía a las multitudes, como ovejas que no tenían pastor, sentía compasión por ellas.(Mat. 9:36). A sus discípulos les dijo: “Mirad los campos que ya están blancos para la siega” (Jn. 4:35). Esta mirada no era una mirada meramente contemplativa; mas bien reflexiva, motivadora, que llevaría a sus discípulos a analizar, a identificarse con la miseria humana, pero a la vez, implicaba acción, la siega. Lo contrario implicaría pérdida.

Como hijos de Dios tenemos que comprender que, si nuestra alma no está motivada, si no se siente afectada por la necesidad espiritual de este mundo que le rodea, si no está identificada con el dolor del prójimo, la voluntad no va a presionarnos e impelernos a ir a segar; solo seremos meros contempladores sin conciencia de la necesidad y del papel que jugamos es este trabajo.

¿Nos contrista ver a las gentes perdidas sin Dios y sin esperanzas?, ¿Nuestra alma se siente motivada ante el desastre humano?, ¿se pierde la cosecha sin ser movidos a hacer algo?. Pidamos a Dios que su Espíritu sensibilice nuestra alma y con la compasión de Cristo vayamos al rescate y a la restauración. ¡Dale ya, no pierdas tiempo, tú eres parte de esta empresa! .




Eze 18:27 Y apartándose el impío de su impiedad que hizo, y haciendo según el derecho y la justicia, hará vivir su alma.

Dos principios importantes se desprenden de estas palabras justas de Dios. 1ro. La capacidad que Dios le da al hombre para que, el ejercicio de su voluntad, pueda revertir su condición pecaminosa en la cual está sumido. 2do. La disposición, de parte de Dios de ayudar al hombre a corregir su camino.

Aunque estas palabras están dichas dentro del contexto de la justificación legal, sin embargo podemos notar a que través del Nuevo Testamento, y sin contradecir las bases inalterables de la salvación: “POR GRACIA MEDIANTE LA FE”, también aparece, dentro de este mecanismo espiritual, un elemento que Dios espera que el hombre ponga en ejercicio para recibir de gracia lo que Dios compró para él.

La conjugación de la gracia de Dios con la realidad de la voluntad del hombre para decidir, siempre ha sido objeto de interminables disputas para justificar dos posiciones antagónicas: a) la gracia que anula la voluntad del hombre, b) la voluntad del hombre que anula la gracia de Dios. Sin embargo, cuando hacemos un análisis desprejuiciado del asunto nos damos cuenta, que, son dos caras de la misma moneda y que la Biblia tiene en cuenta cada una de las partes para producir un efecto común, la salvación. Podemos decir que dentro del elemento de la voluntad de Dios se estable su gracia y dentro del elemento de la voluntad del hombre se establece la fe “Porque por gracia (elemento divino) sois salvos, por medio de la fe (elemento humano). La gracia da gratuitamente, la fe recibe agradecidamente. La gracia actuó en Cristo por medio de lo que él hizo en el Clavario, la fe actúa en el hombre para hacer real la gracia de Dios para salvación. La fe y la gracia se combinan misteriosamente para producir la salvación en el hombre pecador.

Por otra parte hay que establecer la diferencia entre las obras de la fe, y las obras de la carne. Las obras de la carne son producto de la naturaleza humana sin regenerar. Las obras de la fe son el producto del hombre regenerado por el Espíritu de Dios. “La fe sin obras es muerta”. La obras de la carne (sean buenas o malas) son utilizadas por el hombre pecador como medio de justificación propia; las obras de la fe, son el testimonio y resultado del hombre regenerado y salvado.

En el A.T. el hombre era justificado por sus obras, pero detrás de sus obras estaba velada la fe que se constituía en el motor impulsor del hombre justo y que se pondría de manifiesto ampliamente bajo la gracia. En el proceso de la revelación Habacuc tuvo un destello de la fe viva que se produce en medio de las situaciones mas precarias, “mas el justo por su fe vivirá; David se adelantó a este tiempo de la Gracia” sintiendo la necesidad de un cambio de su naturaleza degenerada, (Salmo 51). En este tiempo la fe se manifiesta en diferentes áreas: Como fuente y principio de la vida espiritual. (Rom:1-7) ; Como sustento de la vida cristiana en medio de la persecución; Hebreos (10:32-39); Como motor impulsor que mueve la vía cristiana para hacer, “porque la fe son obras es muerta”




REFLEXIONES PARA APRENDER Y EDIFICAR (LLANES) Nro 4 -- 22-1-13

Lam 3:17 Y mi alma se alejó de la paz, me olvidé del bien,…

Jeremías, como parte del pueblo, está experimentando la misma conmoción dejada por la calamidad de la guerra. Pero aquella calamidad y desolación exterior no hace mas que representar objetivamente, la desolación que su alma sentía y que producía una sensación mucho mas profunda, la pérdida de la paz. Este elemento, que se escribe que pocas letras, PAZ, es el ente regulador de la estabilidad síquica y emocional del individuo. Lo primero que pierde una persona cuando peca es la paz, en medio de una prueba puede perderse la paz. La falta de paz hace entrar al alma en una estado de intranquilidad interna, a veces de temor, aflicción o de inseguridad conducente a la desesperación y a la depresión.

En cuanto al pecado, lo único que puede restaurar la paz es un verdadero arrepentimiento confesando el pecado a Dios. El Espíritu Santo actúa de una forma eficaz haciéndola real en el corazón.

Cuando se pierde la fe la fe en Dios se pierde la paz, esa falta de paz ha conducido a muchos al suicidio, sin embargo, para el hijo de Dios las situaciones adversas no son mas que experiencias que ponen a prueba su capacidad para confiar y salir victorioso de la prueba.

La paz elimina el temor. “MI paz os dejo, mi paz os doy,…no se turbe vuestro corazón ni tengáis miedo…” .

La paz estabiliza al creyente síquicamente. “Y la paz de Dios gobierne vuestros corazones a la cual habéis sido llamados…”

La paz elimina el insomnio.- “En paz me acostaré y así mismo dormiré, porque solo tú, Jehová, me haces estar confiado”.

La paz elimina la confusión.- “Dios no es un Dios de confusión, sino de paz…”.

La paz es algo creciente y progresivo, “tu guardarás en perfecta paz aquel cuyo corazón en ti persevera porque en ti ha confiado”

La paz no es mas que el resultado de vivir la vida cristiana en el espíritu. Solo desde esa dimensión es que podemos entender que, aunque “andemos en valle sombra y de muerte, no tenemos que temer mal alguno, porque su vara y su cayado nos infundirá aliento”. ¡Cuida la paz que Dios te ha dado, es fácil perderla, pero es recobrable: "Mi paz os dejo, mi paz os doy..." Jesús




Isa 42:1 He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones.

Dios está haciendo un señalamiento de carácter universal, llama la atención hacia aquél que, aunque todavía en el futuro, sin embargo, proféticamente lo ve en ese presente. Dios trae el futuro a ese presente y lo señala como “mi siervo” ,como “mi escogido” frases que implican su vocación de servicio; “yo lo sostendré” y “he puesto mi espíritu en él”, frases que implican su autoridad y respaldo de Dios; “traerá justicia a las naciones”, define el propósito y resultado de su ministerio; pero lo más importante de todo es que este Siervo escogido traería contentamiento al alma de Dios. En su bautismo, se oye la voz del Padre diciendo: “Este es mi hijo amado en el cual tomo complacencia”, en el monte de la transfiguración, vuelve a escucharse la misma voz diciendo: “Este es mi hijo amado, a él oíd”.

Su vida de obediencia y sumisión al Padre lo hicieron acreedor del testimonio divino ,testimonio que revela el sentir profundo del alma de Dios: complacencia. Un afecto que solo un Padre divino, podía prodigar a un Hijo divino. Esa alma que siente y que se complace nos muestra su sensibilidad.

Dios ha colocado en el interior de cada hombre y mujer que viene a este mundo, ese elemento vital llamado alma que hacen del hombre una criatura con personalidad propia, capaz de complacerse también con la misericordia y el amor que Dios prodiga a sus hijos. Dios se complace en sus hijos también, y estos, en obediencia y sumisión a su voluntad, pueden sentir la satisfacción interna de su alma al escuchar la voz de Dios diciéndole: “Hijo, yo me complazco en ti también”.

¿Qué tipo de vida llevas? ¿Trae tu vida cristiana complacencia a Dios?¿Qué de tu vida de obediencia? Permite que él sea el que testifique de ti.




Lev 26:11 Y pondré mi morada en medio de vosotros, y mi alma no os abominará;

Cuando Dios habla al hombre, utiliza el lenguaje humano para que le entiendan. A esta forma del lenguaje se llama antropomorfismo, que consiste en la atribución que Dios se toma para mostrarse como humano en alguno de los aspectos de su revelación. La Biblia habla de “las espaldas de Dios”, “las manos de Dios”, “el rostro de Dios”, etc. Él se revela aquí como poseyendo alma. Este versículo, como otros paralelos, donde Dios se atribuye un alma, no hace más que demostrar que esta palabra se utiliza para definir un aspecto espiritual del ser, que no se relaciona, necesariamente, con el hombre como un todo. Además, la espiritualidad del alma se denota aquí porque Dios es espíritu, no tiene cuerpo, no es un ser humano, por lo cual la palabra alma, en este caso, nada tiene que ver con el hombre.

Sin embargo tenemos que entender que el alma procede de Dios, él es el que la imparte para dar personalidad a cada individuo. Ella es el asiento de todas las cualidades personales. Al proceder de Dios y ser colocada dentro de del hombre, ésta mantiene relaciones espirituales con su fuente, Dios, y de estas relaciones depende su felicidad o su infelicidad. El alma usa el cuerpo para comunicarse con el medio exterior. Recibe sus impresiones a través de los sentidos. Toma conciencia del medio mediante los órganos corporales tales como la vista, el oído, el olfato, tacto, etc, por lo cual es necesario entender este mecanismo, porque el medio de su manifestación y de su afectación es esta carne débil, pecaminosa, afectada por el pecado que la separa de Dios. El deseo de Dios es tener comunión constante y plena con su pueblo, con cada uno de sus hijos en particular. Dentro del contexto en que están dichas las palabras del versículo, se resalta la clave para el dominio pleno del alma sobre los sentidos y cualidades personales que la rigen, y la clave está en la exigencia de obediencia y santidad de parte de Dios para sus hijos. Es la obediencia y la vida de santidad del alma la que hace real la morada de Dios en medio de sus hijos y la aceptación y comunión con ellos. De esta comunión se deriva la liberación completa de su pueblo en general y de cada uno de sus hijos en particular. Entonces se hacen una realidad experimental en nuestras vidas las palabras de Dios, sus promesas para su pueblo fiel: “Yo soy Jehová que os saqué de la tierra de Egipto, para que no fuerais sus siervos; rompí las coyundas de vuestro yugo y os he hecho andar con rostro erguido” (v. 13). ¿Cómo quieres vivir: esclavo en Egipto o libre en Canaán?. Esto ahora depende de ti.




REFLEXIONES PARA APRENDER Y EDIFICAR, (LLANES) nro.4 - 13-01-14

Sal 42:1 Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.

Sal 42:2 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?

Sal 42:3 Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?

Sal 42:4 Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí; De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta.

Sal 42:5 ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.

Sal 42:6 Dios mío, mi alma está abatida en mí; Me acordaré, por tanto, de ti desde la tierra del Jordán, Y de los hermonitas, desde el monte de Mizar.

Solo quiero resaltar las siguientes expresiones, que definen la naturaleza del alma humana:

1. “Así clama por ti, oh Dios, el alma mía…” El alma clama por Dios” y es posesión del hombre. Al que tiene él.

2. “MI alma tiene sed de Dios…” Esta sed no la siente la garganta, esta sed es de su interior, de su alma sufriente por la falta de comunión con Dios.

3. “”Me acuerdo de estas cosas y derramo mi alma dentro de mi…” El cuerpo, la carne, no se puede derramar dentro de él, pero su alma espiritual su puede derramarse dentro de él.

4. ¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mi?... En primer lugar, le da una posición al alma: dentro de él; en segundo lugar, su alma siente abatimiento y turbación, cosas que no se dirían del cuerpo o la carne. Sensaciones que solo el alma espiritual puede sentir. (v. 6)

5. “Espera en Dios…” Puede hablarle a su alma y su ama lo entiende. Insta a su alma a esperar en Dios, revelando las relaciones del alma espiritual con el Dios espiritual.

6. Concluye: Sal 42:11 ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío. (Véase 43:5)

Dios nos ha creado a su imagen y semejanza, como seres espirituales tenemos el privilegio de tener comunión en él y de ser correspondidos por él en medio de nuestras luchas y sufrimientos. Somos seres espirituales dentro de este envoltorio de carne y hueso y como seres espirituales vivimos vidas espirituales y tenemos una esperanza espiritual. EL CIELO. ¡En este año nuevo, todos, vamos a tratar de vivir la vida que Dios quiere de nostros. ¡El esta ahí, no se ha ido!




REFLEXIONES PARA APRENDER Y EDIFICAR. (Nro.3) (LLANES) Juev. 9-01-14

Ose 4:8 Del pecado de mi pueblo comen, y en su maldad levantan su alma. Lo mismo será con el pueblo que con el sacerdote: los castigaré por su conducta y les pagaré conforme a sus obras.

Los desvíos no son buenos. En las rutas, carreteras, cuando están en proceso de reparación, abren caminos alternativos para que crucen los vehículos. Estos caminos llegan a ponerse tan malos que tienden a hacer mas dificultuso el tránsito, mas peligroso y la demora es mas larga. Una de las características de la ruta principal es, que es que la vía es reparable y restaurable. El desvío nunca se llega a reparar, queda abandonado cuando la obra se termina, por lo cual es necesario retomar la vía reparada para seguir el camino para llegar a donde queremos. Hago esta ilustración, porque Oseas le está hablando a un pueblo que había roto la ruta por donde iban producto de su desobediencia: “Oseas pasa revista a la perversión de la sociedad israelita: el culto, el sacerdocio, la injusticia, la moral y la política, todo está deteriorado y trastocado, por lo cual Israel sufrirá las consecuencias de su desvío” (Nota de V.R.V.95). El camino trazado por Dios fue destruido por su mal andar y tuvieron que hacerse desvíos, atajos, trillos, etc. porque ya no cabían en la senda angosta de la voluntad trazada por su Dios. Su condición precaria hedía ante la presencia de Dios. ”Lo mismo será con el sacerdote que con el pueblo”. El cargo no iba a alterar en nada la acción del juicio de Dios, ni la miseria del pueblo iba a ser pasada por alto por Dios a la hora de ajustar cuentas. Dios no hace acepción de personas:

A pesar de todo eso, sin embargo Dios sigue teniéndolo como su pueblo escogido. La infidelidad de Israel en nada iba a alterar su amor a ellos. Para el hombre es incomprensible el amor y la misericordia de Dios. Estas se imponen a pesar de la condición pecaminosa del hombre dando oportunidad siempre para el arrepentimiento y el perdón. “Yo los sanaré de su rebelión, los amaré de pura gracia, porque mi ira se apartó de ellos. Yo seré a Israel como rocío: él florecerá como lirio y hundirá sus raíces como Líbano. Se extenderán sus ramas, su gloria será como la del olivo y perfumará como el Líbano. Se extenderán sus ramas, su gloria será como la del olivo y perfumará como el Líbano…”(14:4-7).

¿Qué nos enseña Oseas?.

1ro. Que Dios está al tanto de la condición espiritual de su pueblo. No está ajeno, aunque en su paciencia y longanimidad no actúe precipitadamente.

2do. Que en su clemencia y misericordia él da oportunidad siempre al arrepentimiento. Él espera una reacción positiva de los suyos cuando estos son amonestados a través de Su Palabra..

3ro. Que tenemos que ser capaces de reaccionar positivamente a Dios, humillados y arrepentidos ante su presencia para poder gozar de los favores de la gracia.

4to. Que todo camino torcido es enderezado y restaurado si le permitimos a Dios que él haga esa obra restauradora. Y

5to. Que las promesas de Dios están en pié y al alcance de todos nosotros. No hay motivos, ni excusas para proseguir en el camino desviado. ¡Retorna ya¡




REFLEXIONES PARA APRENDER Y EDIFICAR. (LLANES) (nro. 2) Vier. 4-1-14

Eze 22:27 Sus jefes en medio de ella son como lobos que arrebatan la presa: derraman sangre para destruir las vidas, para obtener ganancias injustas.

Es fortísima la descripción que Dios hace a través del profeta de la condición espiritual y moral el pueblo. Es como si Dios se convirtiera en un cirujano, pero que en lo espiritual y moral tomara el bisturí de la palabra y cortara profundo para hacerle ver su condición moral y espiritual al pueblo. En estos momentos en que Dios habla todo Israel, desde el Rey, el sacerdote, el profeta, el pueblo, se habían su- mido en un estado de actividad pecaminosa tan abyecta que no eran capaces de discernir el grado de corrupción a la cual habían llegado. Esa vida pecaminosa vino a ser el “modus vivendum” de todos. Parecía normal todo lo que hacían. Se habían olvidado del Dios Santo que estaba al tanto de su actuar y que de alguna forma les haría entender y recapacitar para sacarlos de esa condición. Hay un dicho popular que dice “río revuelto, ganancia de pescadores”. Lamentablemente, cuando los dirigentes pierden la visión y la vocación del llamamiento divino, su responsabilidad de guiar al pueblo dentro de la voluntad de Dios y hacia una vida santa, ellos se convierten en instrumentos malévolos para destrucción y no para bendición y edificación. La visión cambia y aquellos que deberían ser el objeto de su cuidado paternal se convierten en meras marionetas, y como objetos de ganancia los utilizan para beneficio propio.

Una de las tácticas satánicas que utilizan algunos gobernantes es el proceso de desmoralización de los pueblos. De una forma sistemática, utilizando la posición de autoridad, los medios y recursos económicos a su disposición realizan toda una actividad psicológica y práctica, y con una propagando pertinaz convencen a “las criaturas inconstantes” para sacar provecho y “ganancias injustas”. Tres cosas les caracteriza:

1ro. La falta de respeto por la vida humana. O sean por lograr sus objetivos no importa que caiga quien caiga. Aún la familia es tenida en poco a la hora de actuar. Aún la familia es usada para sus fines malévolos.

2do. La falta de respeto y el desprecio por las personas y por Dios. Su prójimo no existe, solo ellos existen. Y

3ro. La falta de temor de Dios. Como si Dios no existiese actúan en detrimento de la integridad de otros, pensando que Dios está ajeno a todos sus actos.

Quizás pensemos que esta situación solo se adapta a la situación de Israel en aquél tiempo, pero esta problemática ha existido y existe todavía. A veces vedada con actos aparentemente inofensivos, a veces, vigentes a través de leyes injustas para amparar el delito, pero existe.

Lamentablemente toda esta situación está desarrollada dentro de un marco netamente religioso. Si analizamos las causas del por qué Israel cayó en semejante desgracia, nos damos cuenta que todo tiene su raíz de las relaciones con aquellos pueblos a los cuales debió haber ido el mensaje de salvación. Perdieron el objetivo y la visión que Dios les había revelado y, en vez de convertirse en el canal de conversión para aquellas naciones, fueron las naciones paganas las que influyeron para la desconversión de Israel.

Esta experiencia nos debe llamar la atención de una forma responsable como pueblo de Dios. Compárese 1 Pedro 2:9-10 con Deut. 7:6; Exo. 19:5-6. En la actualidad hay un peligro inmenso para la Iglesia, si los dirigentes pierden de vista su vocación y el objetivo. Lamentable la influencia de los medios masivos de comunicación utilizados a veces por gentes con apariencia muy llamativa, carismática, locuaces, con poder económico y con una influencia mundial, están predicando un evangelio enrarecido por enseñanzas y prácticas que nada tienen que ven con el evangelio. Tal parece que el mundo, con su influencia avasalladora está tratando de cincelar otro tipo de Iglesia, otro tipo de predicadores; que siga llamándose Iglesia y que sigan llamándose ministros del evangelio, pero dentro de lo cual el evangelio está perdido y la iglesia se ha desfigurado. Y, la historia se repite. La pregunta sería, ¿Qué mensaje estoy predicando? ¿Qué tipo de iglesia estoy formando? ¿qué material estoy utilizando?.

Siempre Dios ha tenido jeremías, Baruc, etc. Que han sido los entes equilibradores de la obra de Dios. Es necesario ponerse en la brecha impidiendo la filtración de ese tipo de mensaje y la infiltración de ese tipo de ministerios. Siervo de Dios, no te dejes engañar por la verborrea de algunos y por su aparente influencia. “Predica la Palabra a tiempo y fuera de tiempo”, “no rehúses predicar todo el consejo de Dios”, “no le quites ni le añadas al mensaje”, sé fiel a tu llamado, mantén íntegra tu vocación, porque a la postre tendrás que dar cuenta a Dios de tu desvío y del desvío que le has provocado a otros. Dios es bueno, pero es celoso de su obra y de sus siervos.




REFLEXIONES PARA APRENDER Y EDIFICAR. (LLANES) Miérc. 1-1-14

Primera reflexión del año.

FUNDAMENTEMOS SOBRE LA PALABRA.

Deu 11:18 Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos. 28-12-13

La frase “Mis palabras” expresan la voluntad de Dios, que toman como asiento el corazón y el alma del creyente. No es el cerebro como órgano, tampoco es el corazón como órgano físico, sino el ser interior, el hombre interior, esa alma espiritual, capaz de tener relaciones personales con Dios.

Esta expresión es de suma importancia, en primer lugar por su fuente: Dios. No son palabras de Moisés, tampoco de un ángel mediador, son propiedad y emanan del Dios Supremo, del Creador del hombre, de aquél que tiene la facultad de dictarle al hombre lo que debe y lo que no debe hacer y la realeza de esas palabras están impregnadas de toda la autoridad necesaria para que el hombre la obedezca sin dilación de ninguna clase. En segundo lugar, son importantes porque están diseñadas exclusivamente para el hombre, son adaptables para satisfacer la necesidad del hombre, de tal forma que hombre sin ellas se reduce a una mera bestia para la cual estas no tienen significado alguno.

En tercer lugar, son importantes por el lugar que Dios manda a que ocupen en la vida del hombre. Su Palabra debe estar en el corazón del hombre. El corazón del hombre se toma como el centro de la voluntad y afectividad humana. Dios quiere enseñarnos que Su Palabra sea la que deba y tenga que tomar dominio en nuestras vidas porque ellas son las que contienen las “reglas de fe y conducta” establecidas para que vivamos sin tropiezo en este mundo y le vaya bien. Pero hay mas, esa Palabra tiene que calar en lo profundo del alma. Debe saturar todo nuestro ser, porque ella es el elemento que Dios utiliza para enseñarnos su voluntad. Es en ella donde Dios revela su carácter y en es ella donde podemos satisfacer plenamente todas nuestras necesidades espirituales.

Pero la Palabra, para el pueblo de Dios, tiene un sentido de alargue y extensión, porque ellas contienen un elemento de testimonio para las futuras generaciones. "Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. Se las repetirás a tus hijos, y les hablarás de ellas estando en tu casa y andando por el camino, al acostarte y cuando te levantes. Las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas. (Deut. 6:7-9). La Palabra, a través de nuestro testimonio está llamada a ser la rectora espiritual de la familia. Es la Palabra a través de nuestro testimonio, la que guiará a los nuestros al conocimiento del Dios verdadero. Todo, absolutamente todo, dentro de la familia tiene que dar testimonio de la obra gloriosa de nuestro Dios, desde la cabeza hasta los dedos de los pies. Creo que todos estos principios son rescatados en el Nuevo Testamento, en el cual Jesús nos enseña que debemos fundamentar nuestra vida espiritual sobre la roca de la Palabra, que el que le ama guardará su Palabra; Pablo nos exhorta a que “la Palabra abunde en nuestros corazones", que ella permanece para siempre y que estamos llamados a hacer hacedores de la Palabra y no tan solamente oidores.

La tenemos en nuestra casa, a veces en nuestras manos, pero, ¿vive ella en nuestros corazones?, ¿forma parte de la vida de la familia? ¿está, por medio de ella, afectando la vida de otros?

DÉMOSLE, EN ESTE AÑO NUEVO UN LUGAR MAS RELEVANTE A LA PALABRA DE DIOS Y SE PRODUCIRÁN CAMBIOS SUSTANCIALES EN LA VIDA PERSONAL, EN LA FAMILIA, EN LA IGLESIA, EN EL MUNDO.




REFLEXIONES PARA APRENDER Y EDIFICAR. (LLANES) Viernes 27-12-13

(Última reflexión del 2013)

Jer 26:19 ¿Acaso lo mataron Ezequías rey de Judá y todo Judá? ¿No temió a Jehová, y oró en presencia de Jehová, y Jehová se arrepintió del mal que había hablado contra ellos? ¿Haremos, pues, nosotros tan gran mal contra nuestras almas

Dios es un Dios de misericordia, él se duele del castigo. Cuando hay alguien que se coloca en la brecha para interceder a favor de la necesidad, con toda seguridad va a ver su oración contestada y el favor de Dios manifestado. Pero no todos lo comprenden. En esta ocasión Jeremías había estado profetizando contra Judá, contra el rey y el pueblo. Esto causó que se juzgara a Jeremías como falso profeta lo que implicaba la muerte para él. Pero los príncipes de Judá hicieron razonar a los sacerdotes y profetas falsos haciendo referencia a diferentes casos en que otros profetas habían hecho lo mismo que Jeremías, y sin embargo no fueron juzgados para ser muertos, mas bien tanto el rey como el pueblo se arrepintieron y libraron al resto de la nación del juicio que Dios había decretado.

Ezequías oró a Dios, y su oración fue oída porque como cabeza del reino tomó la iniciativa para bendición de toda la nación. Ezequías se colocó en la brecha: Primero: “Temió a Jehová”.- Este es un factor importante para lograr de Dios la manifestación de su misericordia y favor. El temor de Dios hace reaccionar al hombre de sus malos caminos. El pecado es un obstáculo a la oración. Hay que quitar el obstáculo y la respuesta viene de parte de Dios. Segundo: “Oró en la presencia de Jehová”.- No ante un ídolo sino ante del Dios todopoderoso, creador del cielo y la tierra. Ante el Dios de su pueblo necesitado. Él sabía que de él dependía la liberación o la condenación, y como rey dio el ejemplo.

Pero en relación a Jeremías, no hubo respuesta positiva de parte del rey ni de sus allegados, más bien, endurecieron su corazón trayendo sobre sí todo el mal que el profeta les había comunicado de parte de Dios.

¿Qué lecciones podemos sacar?.

1ro. Que Dios no pasa por alto el pecado no confesado ni un corazón rebelde no arrepentido.

2do. Que Dios muestra su misericordia por gracia. Cuando hay un corazón sincero, que reconoce su pecado, se arrepiente y se vuelve a Dios, Él perdona y trae liberación, porque su misericordia trasciende la magnitud del pecado.

3ro. Que todo comienza por la Cabeza.- En el país, por los que gobiernan. La bendición de Dios viene cuando los gobernantes temen a Dios y lo buscan. Ejemplo: Nínive. El rey reaccionó positivamente al mensaje de Jonás. En el hogar, por el hombre como cabeza de la familia. La bendición del hogar viene, cuando el hombre toma su lugar como sacerdote e intercede por los suyos ante la presencia de Dios. Primero él, arreglando su vida con Dios, y después, la familia recibe los efectos de la bendición que fluye a través de la cabeza.

¡Nuestras almas necesitan sentir los efectos de la bendición de Dios!. Nos hacemos daño y cortamos nuestras relaciones con Dios, cuando permanecemos en completa hostilidad al amor de Dios, afectando, de rebote, a todos los que nos rodean . ¡Reacciona ya! ESTE NUEVO AÑO PUEDE SER UN AÑO DECISIVO PARA NOSOTROS SI ALINEAMOS NUESTRAS VIDAS CON LA DE DIOS.




REFLEXIONES PARA APRENDER Y EDIFICAR (LLANES) Lunes 23-12-13

Jer 20:13 Cantad a Jehová, load a Jehová; porque ha librado el alma del pobre de mano de los malignos.

Cuanto más grande es la prueba, la victoria se disfruta más. Al igual que Job, a Jeremías le llegó la hora de la liberación. Preso, con sus pies en el cepo, azotado por uno de sus consiervos, maltratado, angustiado, Dios se acordó de él. En medio de su aflicción su fe se agiganta, y es capaz de hacer una declaración de fe que produciría sus efectos positivos: su liberación. Lea estas palabras: Jer. 20:11 Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada.

La liberación surte un cambio en el ánimo en el alma.- La angustia del profeta se tornó en un cántico de alabanza.

Este cambio anímico quitó la venda de sus ojos y comenzó a entender planes y propósitos de Dios. Jer 20:12 Oh Jehová de los ejércitos, que pruebas a los justos, que ves los pensamientos y el corazón, vea yo tu venganza de ellos; porque a ti he encomendado mi causa. ¿qué nos enseñan estas palabras?: (20:12):

1ro. Que la prueba viene de parte de Dios.- Esta es permisión divina para lograr crecimiento y madurez de su siervo. No la evites, deja que Dios te moldee.

2do. Que Dios es omnisciente. Todo lo sabe, todo lo conoce, aún los pensamientos y los sentimientos del corazón. Él conoce tus luchas y sufrimientos.

3ro. Que Dios es el vengador de la causa de los justos. “Mía es la venganza, yo pagaré”.

4to. Capacidad para entregar su causa a Dios. En esto es necesaria una porción de fe para dejarle todo a Dios.

Él pudo exclamar: “Has librado mi alma”, porque su vida estaba en peligro y pudo experimentar la soberanía de Dios en medio del “valle de sombra y de muerte”. Él es fiel, tú no estás solo, él transita contigo el mismo camino, y caminará hasta colocarte en las mismas puertas de la libertad. ¡Atrévete a confesarlo a Él!, atrévete a dar un grito de libertad pata ti. Él es fiel.




REFLEXIONES PARA APRENDER Y EDIFICAR.- (LLANES) Mierc. 18-12-13

Jer 18:20 ¿Se da mal por bien, para que hayan cavado hoyo a mi alma? Acuérdate que me puse delante de ti para hablar bien por ellos, para apartar de ellos tu ira.

Jeremías desarrolló su ministerio profético en una época altamente peligrosa y conflictiva dentro de la nación de Judá. Mucha indiferencia de parte del pueblo, mucha deslealtad de parte de los aparentes amigos, mucho peligro de parte de los gobernantes, y una ingratitud general.. Su sensibilidad ministerial, su alta responsabilidad por dar la palabra correcta, su amor al pueblo de Dios a pesar de su hostilidad, lo hacían sufrir en lo ms profundo de su ser a diferencia de los falsos profetas, que solamente le interesaba la adulonería y las alabanzas de sus congéneres.

Profetas que por tal de pasarla lo mejor posible y tener el aval de sus gobernantes eran capaces de profetizar cosas vanas, vender una paz irreal, y una seguridad falsa pueblo.

La fidelidad del siervo de Dios, se prueba cuando se pone en juego el mensaje divino ante las amenazas de los enemigos. Cuando ante la aceptación popular del mensaje mentiroso, es capaz de mantenerse firme en sus convicciones y fiel a su Dios. Cuando ante las amenazas de muerte por el mensaje que predica, es capaz de dar su propia vida. Es, aún, en medio de la persecución, la crítica, la difamación, la falsedad, que mantiene su integridad, su palabra, su mensaje. Su mensaje no es vendible, ni canjeable ni modificable. Es allí cuando su confianza en Dios crece, su fe se robustece y espera la ayuda y respaldo de aquél que lo llamó y lo envió. Sabe esperar en su Dios.

Hoy, al igual que ayer, la predicación del evangelio, el mensaje profético de la Iglesia, los siervos fieles de Dios, sufren oposición, persecución, y peligros hasta de muerte, en muchos lugares del mundo. Existe mucha resistencia al mensaje divino. Aún dentro del mismo llamado pueblo de Dios, existe una tendencia a desacreditar, criticar y oponerse al mensaje y muchos de los llamados líderes se han desviado del camino, han sustituido el fundamento, levantando su voz contra aquellos que, fiel al mensaje, no cambian su lenguaje. Esto solo es señal de los últimos tiempos.

No te aflijas, siervo de Dios. No te aflijas fiel cristiano que das testimonio de la verdad. Levanta tu vista al cielo y no declines por nada; solo, por la fe, adelántate al tiempo y contémplate en aquél día cuando oirás, de parte del Pastor de los Pastores, esas palabras animadoras para el presente: “Ven, buen siervo y fiel, en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré, entra en el gozo de tu Señor”.




REFLEXIONES PARA APRENDER Y EDIFICAR. (LLANES) Viernes 13-12-13

Lam 3:20 Lo tendré aún en memoria, porque mi alma está abatida dentro de mí;…

Los sufrimientos producidos por los embates de la vida no se olvidan fácil. Algunas situaciones marcan profundamente nuestra alma interiormente, que dadas ciertas circunstancias afloran a la mente y trae a la memoria los momentos amargos por medio de los cuales pasamos. Sin embargo, podemos adoptar dos posiciones en cuanto al pasado: Por una parte, permitir que el pasado siga golpeándonos, haciendo del sufrimiento pasado una constante en nosotros. Esta actitud nos esclaviza, nos consume, no nos deja vivir y por fin seremos presa de la tristeza y la infelicidad. Por otra parte podemos adoptar la posición positiva de Jeremías, que, a pesar del sufrimiento, sin embargo fue capaz de recapacitar y esperar en Dios.

Su reacción de rechazo a vivir esclavo del sufrimiento fue producto del reconocimiento de lo que Dios es en sí él mismo: Dios es misericordioso.- (v. 32) Esa misericordia se manifestó preservándole la vida cumpliendo así con las promesas dadas a él de parte de Dios. Cada mañana renueva su misericordia para con sus hijos. Solo tenía que esperar pacientemente en él y pronto vería el cambio en su alma. Dios es fiel.- (v. 23) Su confianza en la fidelidad de Dios traería plena liberación del yugo opresor del sufrimiento pasado. Dios es fiel a sus promesas, a su cuidado, a su amor. Dios no falla, Dios no se olvida de lo que ofrece. Podemos estar plenamente confiados en que él va a estar ahí, con sus manos extendidas para librarnos de la angustia, el sufrimiento y la ansiedad. Dios es bueno.- (v. 25) Su bondad se manifiesta trayendo alivio en el dolor, consuelo al alma sufrida, liberación al alma atribulada. Cuando Dios obra, los recuerdos del pasado los consideramos como aguas que pasaron y los recordamos con paz en nuestros corazones.

Vive hoy la vida de libertad que Jesús te ofrece, disfruta de esa paz que él da y no vuelvas a la esclavitud de un pasado disuelto en el amor y la misericordia de tu Dios. “Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca”. (V. 25)




REFLEXIONES PARA APRENDER Y ENSEÑAR. (LLANES) Lunes 09-12-13

Jer 15:9 Languideció la que dio a luz siete; se llenó de dolor su alma, su sol se puso siendo aún de día; fue avergonzada y llena de confusión; y lo que de ella quede, lo entregaré a la espada delante de sus enemigos, dice Jehová.

Hay una falsa filosofía sostenida por algunos que dicen: Lo que yo hago, no le interesa a nadie ni afecta a nadie, solo a mí. Sin embargo la experiencia nos ha enseñado que el pecado, los desafueros, las malas decisiones de nuestros antepasados sí han repercutido posteriormente a las siguientes generaciones comenzando por la familia inmediata. Un padre alcohólico induce a sus hijos al mismo vicio. Una madre fumadora afecta al feto por el alto contenido de nicotina y alquitrán que suministra a la sangre. La mala decisión de venta de una casa para emplear el dinero en algún negocio ha producido quiebra del negocio y pérdida de la casa. El adulterio ha producido la destrucción del hogar y afectación a la mujer y a los hijos. La lista sería interminable.

La vida altamente pecaminosa del rey Manasés, representativo del pecado de los gobernantes anteriores y posteriores a él, había llevado a la nación a la ruina espiritual, moral y política del pueblo. Aún, cuando “desde temprano” Dios les amonestaba y hablaba con amor para que respondieran positivamente, el pueblo se sumió, al estilo de Manasés, en la idolatría y todos los demás pecados derivados de esta.

Aún, cuando Manasés reinó años antes, su influencia se proyectó al futuro produciendo la inminente destrucción de Jerusalén y la cautividad de Judá.

Este cuadro debe hacernos reflexionar a nosotros en este presente que vivimos. Lo que hacemos ahora lo heredarán nuestros hijos. Lo veremos potencializado en las sucesivas generaciones produciendo familias miserables y atadas por el pecado y el mal obrar de los que los antecedieron. “Todo lo que el hombre siembre, eso cosechará”. Ley inexorable. Nuestros ojos lo verán, nuestra alma, en nuestro interior, sufrirá al ver como se escapa de nuestras manos la posibilidad de ayudarlos.

Hagamos las cosas bien hoy. Vivamos vidas santas hoy. Hagamos buenas decisiones hoy. “Hoy es el día que hizo Jehová, nos gozaremos y alegraremos en él”: y ese gozo y alegría producto del buen hacer, traerá solaz y felicidad a nuestras almas al ver reflejado en los nuestros la bendición que les hemos legado.




¿Se puede saber la fecha exacta del nacimiento de Jesucristo?

A ciencia cierta no se ha podido determinar con exactitud el dia del nacimiento de Jesucristo. Sir Robert Anderson lo sitúa hacia el otoño no en el invierno. La fecha del 25 de diciembre, como confiesa Agustín de Hipona, coincide con uno de los días de la fiesta de las saturnalias donde se le rendía culto a Saturno por medio de fiestas carnavalescas como hoy día todavía se realizan. Otros los llevan al mes de marzo o abril.

De cualquier forma, cualquier día que se determine no es exacto, y cualquier día, aunque sea el exacto, iba, invariablemente a coincidir con alguna fiesta pagana o actividad cultística pagana a causa de que los romanos le habían dedicado a cada día del año a una o varias divinidades diferentes con sus respectivas fiestas que duraban a veces, días.

Cada día, cada semana, cada mes estaban dedicados a alguno de sus dioses y los llamaban por sus nombres: Lunes, dedicado a la Luna (Selene en gr.); Martes, a Marte; Miércoles a Mercurio; Jueves a Júpiter; Viernes a Venus; Sábado a Saturno y Domingo al Sol.

Con los meses del año pasa lo mismo: Enero pertenece a Jano; Febrero pertenece a

Marzo pertenece a Marte, Abril pertenece a Venus; Mayo pertenece a la diosa Maya; Junio pertenece a Juno; Julio pertenece a Julio César (deificado); Agosto pertenece a Augusto César (deificado); Septiembre pertenece a Septimio Cevero (deificado); Octubre pertenece a Octavio César (deificado); Noviembre queda libre y Diciembre queda libre. (Estos dos últimos llevan el nombre según el orden en el calendario romano antiguo) .

Esto quiere decir que vivimos dentro de una cultura altamente paganizada. Sin embargo, para nosotros que vivimos muchos siglos después, todo esto ha perdido este sentido religioso y los días y los meses solo se han quedado con el nombre y el tiempo ha disuelto al dios. Nadie, pues, pensaría el lunes por la mañana, cuando se levantan temprano para ir a trabajar, pensaría que esta rindiendo culto a la luna.

El catolicismo romano saturó el calendario romano de “santos”. O sea desplazó a los dioses paganos romanos para sustituirlos por los dioses paganos católicos. Antiguamente, cuando un niño nacía, lo primero que hacían los padres era ir al calendario y ponerle el nombre del “santo” de ese día. No se nos decía: “hoy es tu cumpleaños” sino “hoy es el día de tu santo”. La fiesta que se hacía era al “santo” no al cumpleañero. El bautismo no era mas que una consagración de esa criatura a ese santo ya que allí se oficializaba su nombre. En algunos lugares persiste esta tendencia. Es un problema, porque los cristianos a los cuales cuando nacieron le pusieron uno de esos nombres, tendrían que quitarse, sacarse esos nombrse para ponerse otros. SE produciría un caos en el registro civil. Esto ya no tiene sentido, porque el tiempo va depurando todas esas ideas que en la actualidad ya no tienen sentido.

En relación a la navidad, natividad o nacimiento de Jesucristo, es un error vincular un acontecimiento histórico, real, con una fiesta pagana, aunque, quizás el propósito original fuera sustituir esa fiesta pagana por una fiesta cristiana. Porque cuando el cristiano verdadero celebra el nacimiento de Jesús no cebra el día ni adora un día, sino recuerda un acontecimiento histórico de importancia trascendental para él. Porque “un día” cualquiera que fuere y no “ese día”, tuvo cumplimiento la profecía convertida en promesa, que daría inicio al proceso del plan que determina el futuro de la humanidad: el plan de redención.

Una pregunta que algunos hacen en relación a la celebración de la navidad es: ¿Donde dice la Biblia que debemos celebrar la navidad?. Esta pregunta se contesta con dos respuestas: 1º. ¿Dónde me prohíbe la Biblia el hacerlo? y 2do. La primera navidad la celebraron los ángeles en el cielo cuando anunciaron y alabaron y cantaron y se regocijaron diciendo “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz, buena voluntad para con hombres” (Lucas 2:8-14). 3ro. La navidad la celebraron los pastores (Luc. 2:1-19); La celebraron los pastores llevándole regalos, (Mat. 2). Y la navidad se celebra permanentemente en el cielo cuando el Hijo de Dios nace en el corazón del hombre arrepentido. (Luc. 15:7)

Entonces concluyo, ¿por qué yo no voy a celebrarla también? ¿Quién lo prohíbe? ¿es un mandamiento divino no hacerlo?, Si en el cielo y en la tierra fue celebrado, ¿por qué no yo?.

Yo me gozo en recordar que el Dios encarnado vino a morir por mi, y en virtud de esa obra soy lo que soy.




¿QUE SIGNIFICADO TIENE PARA TI LA NAVIDAD? (LLANES)

Tanto en el evangelio de San Mateo, como en el evangelio de San Lucas se expone de una forma sencilla pero profunda diferentes detalles del nacimiento de Jesucristo, el Hijo de Dios, el Salvador y Redentor de la humanidad; diríamos mejor, el único redentor verdadero y verdadero salvador del hombre.

En el evangelio de Lucas en el cap. 2 se narra la experiencia gloriosa de unos pastores que en una noche hermosa, estrellada y silenciosa escuchan voces angelicales anunciando un acontecimiento de trascendental importancia para toda la humanidad; el nacimiento del tan añorado Mesías y salvador Jesucristo. Juntamente con este anuncio glorioso se oye por primera vez a las huestes de ángeles del cielo alabando a Dios y celebrando jubilosamente el nacimiento del hijo de Dios, de Enmanuel, de Dios con nosotros. Por primera vez y en el cielo, se celebra la primera navidad, trayendo como resultado la conversión de aquellos pastores que alababan y glorificaban a Dios y comunicaban a todos las cosas que había visto y oído.

Mateo, de una forma sencilla narra ,la experiencia de José. Un ángel se le aparece, no solo anunciándole el nacimiento de Jesucristo, sino revelándole un hecho de trascendental importancia en relación a la naturaleza y características de este acontecimiento: el nacimiento virginal de Jesucristo como producto de la acción poderosa del Espíritu de Dios en el seno de María su Madre. En esta ocasión el ángel hace alusión a tres aspectos tantísimos relativos a Jesús:

Primero, la obra directa de Dios en la concepción de un ser cuyas características eran muy diferentes a las características de cualquier otro hombre en la tierra. En Jesús se unían de una forma milagrosa dos naturalezas, la naturaleza divina y la naturaleza humana dando por resultado a un Jesús que sería perfecto Dios y perfecto hombre. Dios, sin dejar de ser hombre, Hombre, sin dejar de ser Dios. Solo esta acción sería capaz de producir un ser que estuviera en capacidad para morir por el pecado de toda la humanidad, pagando un precio que un mero hombre no podría pagar.

En segundo lugar revela el nombre del Hijo de Dios: "Y llamarás su nombre Jesús, porque é1 salvará a su pueblo dé todos sus pecados". Al entrar al mundo el Redentor recibió el nombre expresivo de su misión suprema; Salvar a su pueblo de todos sus pecados. Los primeros predicadores del evangelio no tuvieron necesidad de explicar a los judíos el significado del vocablo "salvador"; ellos ya lo habían aprendido de su propia historia. Los judíos entendieron, que el mensaje del evangelio significaba que así como Dios había enviado a Moisés a liberar a Israel de la esclavitud egipcia, así también había enviado a Jesús para liberar a su pueblo de todos sus pecados. Entendieron, pero no obedecieron. Sobre la cruz Cristo cumplió su misión indicada por su nombre, puesto que el salvar a las gente del pecado esto indicaba expiación, y la expiación implica muerte y es precisamente su muerte expiatoria lo que garantiza el perdón de pecados al hombre arrepentido. En tercer lugar, y añadiendo a la profecía dice: "Y llamarás su nombre Enmanuel, que traducido es: Dios con nosotros" indicando la naturaleza divina de aquel que sería el redentor del mundo.

El era Dios en medio de nosotros. El mismo apóstol Juan haciendo alusión al acto de la encarnación dice: "Y aquel Verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como la del unigénito hijo del Padre, lleno de gracia y verdad” . Sobre este verbo hecho carne, el mismo Juan dice que era Dios. El Dios verdadero “y el verbo era Dios". Quiere decir, que el nombre Enmanuel, no es más que revelador de la verdadera naturaleza divina del Jesús, el Salvador y redentor del hombre. Se nos revela pues, a un Dios que no abandona a sus criaturas a pesar de sus fracasos, de sus pecados, de sus miserias; Jesús es el Dios que viene a morir por el hombre, que viene en rescate del hombre perdido, que viene a extender sus manos misericordiosas para asistirnos y levantarnos, es Jesús en quien tenemos esperanza de liberación.

Aunque la cristiandad celebra el nacimiento de Jesús, debemos borrar la imagen de un niño indefenso a expensas de un Herodes; debemos borrar, aún más a un Jesús hecho grande a merced de la turba que lo escarnecía y aún mas, debemos quitar la vista de un Jesús indefenso sobre una cruz, pidiendo misericordia e infundiendo tristeza y compasión. Debemos pensar ahora en un Jesús glorioso y triunfante salvador y compasivo, al cual el hombre pecador, con todas sus miserias humanas puede allegarse para encontrar el perdón y salvación. El significado de la navidad es un Jesucristo glorioso y triunfante para perdonar y darle al hombre la paz y la esperanza perdida.





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