Jon 2:5 Las aguas me rodearon hasta el alma, Rodeome el abismo; El alga se enredó a mi cabeza.
Jon 2:7 Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová, Y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo.
Si hay una figura profética singular es Jonás. Se supone que cuando Dios llama a alguien, automáticamente, sin pensarlo, sin replicar obedezca. En algunos casos si, pero nos damos cuenta que en varias ocasiones, profetas que fueron llamados por Dios tuvieron sus luchas internas para responder al llamado.
El asunto es que el llamado de Dios tiene sus implicaciones. El llamado de Dios tiene sus exigencias, demandas, compromisos y responsabilidades. Moisés percibió eso, Jeremías lo percibió también, y en este caso Jonás lo percibió también. Cuando Dios llama, espera respuesta positiva de Dios. Si hay algo importante que resaltar es que Dios, cuando “llama, capacita y al que capacita usa”. Esa fue la experiencia de los profetas que antes obedecieron al llamado que Dios les hizo.
En el caso de Jonás, había razones muy humanas para evadir el llamado de Dios. Dios no lo enviaba a predicarles a sus paisanos, lo enviaba a enemigos de su pueblo. Enemigos crueles con sus prisioneros para infundir terror a las otras naciones. ¿Cómo iba él a predicarles salvación a aquellos que no tenían compasión?. ¿cómo iba él a predicarle a una nación que no tenía temor de Dios y los odiaba a ellos?. Visto con sus ojos, cualquiera hubiera podido asumir la misma actitud y decir: ¡Que Dios los destruya!, ¡que el juicio de Dios caiga sobre ellos!; pero Jonás no entendía lo que era la misericordia de Dios y desde lo profundo de su alma sentía el rechazo y salió huyendo, en dirección contraria del lugar a donde fue enviado.
El hecho es que es imposible huir de la presencia de Dios. Es un problema decirle que no a Dios. Trae consecuencias funestas cuando resistimos y rechazamos el propósito de Dios. Él mismo relata en su libro su propia experiencia, viéndose dentro del vientre del gran pez, sintiendo la angustia de las consecuencias de su desobediencia, reacciona, eleva su oración a Dios, y el Dios de la misericordia, le enseñaría una lección de misericordia: “y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; desde el seno del Seol clamé, y mi voz oíste”. (2:2). Dios lo tuvo que llevarlo al extremo para hacerle entender.
Podemos notar cómo afecta interiormente, espiritualmente la desobediencia. Esa alma que estaba en él, su alma espiritual, personal, “desfallecía”, sentía el dolor, la angustia, no de los efectos físicos, sino de la desobediencia a Dios. Allí, en medio de su angustia (2:7) se dio cuenta que: “los que siguen vanidades ilusorias, Su misericordia abandonan”. Fue en medio de la prueba que él aprendió lo que era la misericordia. Aprendió la obediencia: “Pagaré lo que prometí” y que “la salvacion es de Jehová” (vs. 7-8).
Cuando vino por segunda vez palabra de Jehová para su vida (3:2) “se levantó Jonás, y fue a Nínive conforme a la palabra de Jehová” (v. 3). El mensaje de Jonás hizo un efecto tal, que desde el rey hasta el esclavo se arrepintieron de sus pecados, “y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo” (v. 10). Aquí quedó patentizada una vez mas la manifestación de la misericordia de Dios para aquellos que, en su máxima expresión, son pecadores, pero que se arrepienten sinceramente ante Dios. 4:11, concluye con la forma que el mismo Dios da: “¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?”.
Queridos hermanos, el entender la misericordia de Dios nos enseñará cuál fue el móvil que lo indujo a venir a este mundo pecaminoso y será el incentivo poderoso para llevar el mensaje de salvación a todos y sin prejuicios. Si Dios te ha llamado, no dilates mas, no temas, que el mismo Dios que respaldó el mensaje de Jonás es el que te respaldará. Ve sin temor. Dios va contigo.
LA ORACIÓN INTERCESORA DE JESÚS (LLANES)
Juan 17
En la oración intercesora de Jesús, podemos observar dos aspectos: el primero, relacionado con su labor realizada durante su ministerio público a favor de sus seguidores, que resalta sus relaciones con el Padre Celestial, su obediencia absoluta e incondicional a la voluntad de aquél que lo envió a este mundo; el segundo, cuando él de una forma definida le hace al Padre varias peticiones a favor de sus discípulos y a favor de todos aquellos que a través del tiempo habrían de creer por la palabra de ellos. Quiero referirme especialmente a este segundo aspecto. En el versículo 9 Jesús mismo dice: "Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste, porque tuyos son". Cristo se dispone a hacer una serie de peticiones al Padre a favor de ellos, a favor tuyo y a favor mío. Analicemos que es lo que pide a Dios para nosotros:
1o. En él versículo 11 ora así: "Padre Santo, a los que me has dado guárdalos en tu nombre”. Jesús estaba preocupado por la integridad tanto física como espiritual de los suyos. Él sabía perfectamente bien que la lucha que habrían de librar aquellos que decidieran seguirle no iba a ser fácil, porque se enfrentarían a una serie de enemigos que les plantearían una batalla campal con el propósito de hacerles desistir de seguir en el camino del Señor: el mundo, con todos sus matices llamativos, la oposición de los incrédulos, los conflictos y problemas de carácter familiares y financieros, las burlas e incomprensiones aún de aquellos más allegados a ellos, las enfermedades, los sufrimientos... ¡Cuántos frentes de batalla se iban a presentar para el soldado de Jesucristo, en los cuales Satanás iba a estar actuando activamente para detenerlos en el camino, para desviarlos, para destruirlos. Pero querido hermano o hermana que lees estas líneas, quiero decirte que aquella oración hecha por Jesús a tu favor, "Padre guárdalos en tu nombre", todavía sigue vigente, en pie y en estos mismos momentos Dios está actuando a tu favor en respuesta a aquella oración, ayudándote, cercándote, guardándote para que puedas permanecer en medio de tus luchas y salir victorioso o victoriosa en el nombre de Jesús. Él quiere hacerte sentir su ayuda y apoyo en estos momentos.
2o. En el versículo 13 Jesús hace otra petición al Padre a favor de los suyos: "Para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos". Fíjese que el Señor dijo: "MI GOZO". El gozo es un estado de alegría exaltada que produce una sensación de felicidad interna la cual ayuda al creyente a sobrellevar las pruebas por las cuales tienen que pasar los hijos de Dios en su peregrinar en el mundo. El profeta, hablando al pueblo de Dios en el Antiguo Testamento, les exhorta a gozarse diciéndoles: “El gozo del Señor es vuestra fortaleza” . SÍ, gozo es un fruto del Espíritu Santo, producido en el interior de los hijos de Dios. Quiere decir que es posible, en medio de tu prueba, tu aflicción, tu enfermedad tus luchas, sentir el gozo del Señor, y yo te diría que ese estado interno es una necesidad, pues nos ayuda en medio de nuestras situaciones extremas. Gózate, hermano y hermana, en Cristo, gózate en todo lo bueno que ha hecho a favor tuyo, gózate por la fe en la victoria que Dios tiene preparada para ti, gózate en las bendiciones y lo demás deposítalo a lo pies de Jesús.
Él puede y quiere hacerlo. Ya lo pidió al Padre y él está trabajando para darte el gozo y la paz que anhelas.
3o. En el versículo 15, él pide: “No te ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal". Quizás pudiéramos preguntarnos: ¿no sería mejor estar aislados, en un monte, en las montañas, lejos de las gentes, donde nadie interrumpa nuestra comunión con Dios y la naturaleza?. ¿No sería una forma de estar alejados del mal? A estas preguntas podríamos contestar que no. Este no es el plan de Dios para con nosotros. El lo dijo: "No te ruego que los quites del mundo, como tu me enviaste al mundo, así yo los envío al mundo". ¿Por qué tenemos qué estar en él mundo? Porque el mundo nos necesita. Necesita nuestra luz, necesita nuestra ayuda, necesita nuestras palabras, nuestro mensaje, nuestro testimonio. Jesús lo que pidió fue "guárdalos del mal". ¿Qué quiere decir esto? Que moviéndonos en medio de un mundo que nada provee para que seamos fieles a Dios, podemos influir para que el mundo cambie sin cambiar nosotros. Alguien dijo:“El barco puede estar en el agua, pero no el agua dentro del barco”. Podemos y tenemos que estar en el mundo, pero lo que no puede es el mundo estar en nosotros. Esto se hace posible porque Dios está trabajando en su pueblo y obrando en tu vida como respuesta a la petición de Jesús cuando le dijo: "Guárdalos del mal". Siéntete confiado.
4o. Santifícalos en tu verdad, tu Palabra es verdad”. Esta petición de Jesús a tu favor tiene que ver directamente con la anterior. En esto también trabaja el Espíritu Santo en la vida del creyente, utilizando el conocimiento de la Palabra de Dios para operar esa vida santa que Dios demanda de nosotros. El Espíritu Santo hace real en nuestras vidas la verdad de la Palabra, conduciéndonos por el camino de obediencia que Dios demanda. La palabra santo quiere decir “apartado" y "consagrado", o sea, apartado del mundo y consagrado a Dios. Quizás puedas alegar que las presiones externas, las tendencias humanas, los ataques de Satanás, son grandes obstáculos para vivir la vida de santidad que Dios quiere, pero recuerda que Cristo ora al Padre para que esto sea una realidad, que el Padre trabaja en ti utilizando la obra de su Espíritu, y usa la Palabra para lograr lo que tú, por timismo no puedes. Dios cumplirá su propósito en nosotros. Rindámonos a él.
5o. En el versículo 20, la oración se hace extensiva y universal cuando dice: “Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mi por la palabra de ellos”. Esta petición nos toca muy de cerca a nosotros, pues nosotros somos el producto de la labor hecha por otros que nos predicaron la Palabra, y ellos por otros anteriores, y así en esta forma retrospectiva hasta llegar a los apóstoles que fueron los primeros en lanzarse a predicar. O sea, hermano y hermana, tanto tú como yo estamos incluidos. Siéntete feliz porque Dios nos tiene en cuenta como consecuencia de la petición que el Hijo hiciera al Padre. Sin embargo, esto implica también una responsabilidad para ti y para mí delante de Dios y es que, de igual forma, que la palabra fue transmitida a nosotros por otros, así nosotros debemos transmitir la Palabra, el mensaje de salvación, a otros, para que ellos también reciban la bendición de ser hechos hijos de Dios, y obtengan salvación en Jesucristo. Gózate en que Jesús te incluyó dentro de sus planes.
6o. Otras de las peticiones que Jesús hizo a favor de sus hijos está en el versículo 21: "Para que todos sean uno como tú, Oh Padre, en mi y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros para que el mundo crea que tu me enviaste. Yo en ellos y tú en mí, para que sen perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos también a mi me has amado". SÍ. El deseo de Dios es la unidad de su Cuerpo, y quiero decir que en respuesta a la petición de Jesús al Padre, éste está trabajando en cada creyente en particular y en Su Iglesia en el sentido general, haciendo que su Cuerpo, Su Iglesia, sea una unidad indivisible. Quizás pregunte: ¿Y por qué hay tantas Iglesias y organizaciones cristianas? Cuando Jesús se refiere unidad, no se refiere a la parte organizativa ni externa. Él se refiere a la unidad espiritual de su pueblo.
El nombre de una organización religiosa no es lo que cuenta para Dios, la unidad se establece en la relación individual que tengamos con la Cabeza, Cristo, y el mismo Espíritu nos une aquí en un solo cuerpo, cuerpo que está diseminado a través del mundo y al cual Jesús, llamó "MI IGLESIA". ?¿Quieres conservar la unidad espiritual? Conserva tu relación con Cristo, la Cabeza, y el mismo Espíritu Santo te ayudará a discernir quién es parte del Cuerpo, y quién no es parte del cuerpo. Algunos están esperando que todas la Iglesias se unan organizacionalmente pensando que esto es unidad, sin embargo, a pesar de que han pasado casi dos mil años y qué hay diferentes Iglesias evangélicas con diferentes nombres, a pesar de eso, la Iglesia de Jesús siempre ha estado unida, el Cuerpo bien formado, y seguirá unida y bien formada por la eternidad. Dentro de su Iglesia, todos los elementos postizos y que no correspondan a la naturaleza espiritual de su Iglesia, él los separará, como el pescador que separa los peces grandes de los chicos y no podrán heredar el reino de Dios.
7mo. En el v. 24 esta la penúltima petición que Jesús le hizo a favor de nosotros. El pidió: "Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado porque me has amado desde el fin del mundo. Esta petición es grandemente esperanzadora para todo el pueblo de Dios, para ti y para mi. Quiero que pienses en el destino tan hermoso que te ha de tocar vivir un día no muy lejano. El saber que vamos a vivir con Cristo, el saber que vamos a ver su gloria, que vamos a participar de todas las bendiciones celestiales, nos da ánimo, aliento para seguir adelante en el nombre de Jesús.
Jesús mismo le habla a sus discípulos en el cap. 14 sobre este mismo tema y les dice: "No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, también creed en mi, en la casa de mi Padre muchas, moradas hay, voy pues a preparar lugar para vosotros... Preparare lugar… y vendré otra vez, para que donde yo estoy, vosotros también estéis...”. ¿Sabes amado hermano por qué esto va a ser un realidad esperanzadora en nosotros?, porque Dios está trabajando en su pueblo y en tu vida como respuesta a la petición hecha por su Hijo Jesucristo. Porque es el deseo de él que vivamos eternalmente con él y tener comunión permanente con nosotros. Por esto te digo, hermano, sirve a Dios, sigue sus pasos y ellos te conducirán a la ciudad celestial.
8vo. Y la última petición que Jesús hizo al Padre y que él recalcó, y que tiene que ver con nuestras relaciones mutuas y con nuestro prójimo fue: "Para que el amor conque tu me has amado esté en ellos, y yo en ellos". El les dijo: “En esto conoceréis que sois mis discípulos, en que tenéis amor los unos por los otros". El amor es importante porque une. Pablo dice que es “el vínculo de la perfección”. Es el amor lo que distingue a la verdadera Iglesia de Jesucristo y es el amor manifestado a este mundo lo que hace que las gentes conozcan y se vuelvan realmente a Dios. El amor es algo subjetivo, solo las acciones movidas por éste, hacen ver tu grado y calidad de amor.
?Es posible?. Sí, porque el amor es un fruto del Espíritu y Dios está trabajando en su pueblo como respuesta a la petición de Jesús para hacerlo una realidad en tu vida.
Yo quisiera en esta tarde tratar con usted sobre uno de los pasajes más hermosos y conmovedores de la Biblia. Me refiero a aquella oración que Jesús hiciera a favor de sus discípulos favor de toda la humanidad antes que él ascendiera al Padre. Aquella oración que el Apóstol, Juan registró en su evangelio, cap. 17 y que tanta ayuda, fortaleza y consuelo ha traído a través de los tiempos a los creyentes a través de la historia de la Iglesia. A esta oración le llamamos generalmente la oración intercesora de Jesús. Él ya estaba para ser crucificado, sabía que sus horas estaban contadas, pero su preocupación máxima en aquellos mementos no era él, no era su persona ni los sufrimientos cruentos que habría de experimentar cuando se enfrentara con él calvario, sino que su preocupación máxima fue tanto por aquellos discípulos con los cuales había compartido durante algo mas de tres años como por usted y por mí los cuales distamos en el tiempo en más de dos mil años. Una oración breve, pero llena de contenido espiritual.
JESÚS, LA LUZ DEL MUNDO
JESÚS dice: "Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. (Juan 8:12). Cuando Jesús dice estas palabras, indiscutiblemente que el trae a su mente al astro rey, a ese sol radiante que ilumina y que trae alegría y vitalidad a todo ser viviente. Por otra parte, y para contrastarla con el día, trae a su mente la noche oscura, llena de temores, de limitaciones, de peligros y tropiezos. Es precisamente estas dos figuras la que domina la mente de Jesús cuando se dirige a los religiosos de su tiempo para enseñarles algo que ellos ignoraron y de lo cual dependía su bienestar y salvación. Jesucristo se compara así mismo y a sus enseñanzas con la luz refulgente del sol. La Biblia dice que el es el sol de justicia. Y hablando sobre aquellos que siguen a Jesús, aquellos que le han reconocido en sus vidas y le obedecen dice la palabra: que en otro tiempo nosotros éramos tinieblas, más ahora, somos hijos de luz" y el mismo Jesús dijo de sus seguidores "Vosotros sois la luz del mundo". ¿Por qué el se comparó con la luz?, ?por qué él comparó a sus seguidores con la luz?. En primer lugar una de las facultades, quizás la principal, de la luz es disipar las tinieblas. Esto lo podemos experimentar diariamente desde las primeras horas de la mañana, cuando vemos los primeros destellos de claridad anunciándonos que el sol va a salir y paulatinamente la oscuridad se disipa hasta llenarlo todo de refulgencia y alegría. Juan dijo "la luz brilla en las tinieblas". Sin embargo en contraste está la noche. Esa noche que a veces se vuelve tenebrosa y muy especialmente cuando en ocasiones es asaltada por la tempestad, cuando resuenan los truenos y la luz fugaz del rayo refulge para volver nuevamente, todo, a la oscuridad.
Otra de las cualidades de la luz es traer vida y actividad. Fíjese que Jesús dijo: “tendréis la luz de la vida". Sin luz, sin la luz del sol, esta tierra no solo se volvería tinieblas, sino que también la vida dejaría de ser, Este mundo se sumiría en algo desolado, tétrico y aterrador. Cuando pensamos en las palabras de Jesús y lo que él quiso enseñar con ellas nos damos cuenta que donde hay luz no hay tinieblas y donde hay luz hay vida. El Señor Jesús comparo la vida del hombre sin Dios, co¬mo una noche lóbrega, donde su vida se desarrolla de una forma limitada y donde su visión espiritual es imperfecta sin darse cuenta de las realidades espirituales que le rodea y mucho menos sin darse cuenta de su necesidad espiritual. De su necesidad de Dios. Una vida asaltada por peligros de los cuales no tiene escape, una noche de tropiezos, una noche de desorientación, una vida andada a tientas y donde en medio de las tempestades, en ocasiones refulge una luz, que como un rayo de esperanza surge, pero se disipa con la misma rapidez que se produjo. Esa es tu vida según la retrata Jesucristo, el Hijo de Dios. Sin embargo en medio de tu noche el sol quiere brillar. Jesucristo es la Luz y el mismo dice: el que me sigue no andará en tinieblas. Jesucristo no es la luz del rayo que aparece y desaparece dejándote en las mismas condiciones. El es la luz que brilla en medio de tus tinieblas para no apagarse jamás, para iluminar tu camino, para orientarte en medio de la incertidumbre dé tu vida desolada, para que no andes mas a tientas. El es el sol de justicia. Algo hermoso y maravilloso que hace Jesucristo en tu vida es convertirte también en una luz. El quiere convertirte de una lámpara apagada, en una lámpara encendida De esta forma él te ha de utilizar a ti para que otros conozcan a Jesucristo, ayudándolos a salir de sus tinieblas.
Por otra, parte donde hay luz hay vida, alegría, y actividad. La Biblia nos enseña que todo aquél que no conoce a Dios y que no ha tenido una experiencia de salvación con Cristo, "está muerto en delitos y pecados" "está separado de Dios", está condenado". Solo la luz trae vida. Jesucristo dice: "Yo soy la vida", "YO he venido para que tengáis vida y vida en abundancia". Cristo con su vida le da un nuevo sentido a tu existencia, nuevos motivos para vivir, nuevas perspectivas, nueva visión, nuevo ánimo, nuevos deseos de hacer. Produce en el corazón del hombre la alegría de la luz y no puede estar quieto o quieta, tiene que hacer, y muy especialmente hacer algo para Jesucristo, algo a favor del prójimo y tiene la necesidad de sentirse útil en medio de la Iglesia, y el medio que te rodea. ¡Porque Jesucristo en ti es luz, es vida, es gozo es actividad. Tú necesitas a Jesús en tu vida. La lumbre de los rayos fugaces que se presentan en tu noche lo que hacen es engañarte y frustrarte, deja que la luz permanente de la vida en Cristo ilumine tu alma y todo cambiará en ti, para ti, en medio de ti y para los tuyos.
Hoy domingo concluimos con lo que la cristiandad le ha llamado la semana santa o semana de la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Durante" esta semana nuestras iglesia han recordado los acontecimientos acaecidos mas de dos mil años relativos a la obra culminante de Jesucristo al morir en la cruz a favor de toda la humanidad, concluyendo con su resurrección y exaltación al cielo. Durante esta semana se les ha aclarado a muchas personas la posición evangélica en relación a aquellos acontecimientos reales y las hemos enseñadlo a la luz de las enseñanzas del mismo Cristo y de sus apóstoles, que Jesucristo muró una sola vez por el pecado de toda la_ humanidad, que resucitó una sola vez para nuestra justificación y que a partir de su ascensión al cielo se sentó, definitivamente, de una vez y para siempre a la diestra Dios Padre asumiendo toda autoridad y domino, señorío en, todo el Universo y muy especialmente aquí en la tierra. Hemos enseñado que el verdadero cristiano recuerda estos días con gozo y alegría en su corazón y que adoptar actitudes de sobrecogimiento, tristeza, demudación de rostro, y practicar ciertas ceremonias especiales para aparentar una religiosidad, que durante el resto del año está ausente de la persona y está fuera de orden, ya que el mismo Jesús, momentos antes de su verdadera pasión y muerte alentó a sus discípulos a que no_se. Turbaran en su corazón, y que después de su muerte y resurrección iban_ a experimentar _un gozo y alegría que no se alteraría por nada, por nadie, ni por el tiempo, ni por circunstancias, ya que él mismo en persona, junto con su Padre y la persona del Espíritu Santo vendrían a morar al corazón de sus seguidores de tal forma que él sería, una realidad viviente en la vida de cada hijo suyo.
Esto significa que al cabo de mas de dos mil años, el crucificar de nuevo a Jesús haciendo sufrir, someter al pueblo a una tristeza y sufrimiento que Jesucristo llevó en la cruz, es desviar al pueblo del fundamento bíblico haciendo vestir a las gentes de una aparente religiosidad que ni sienten ni padecen, para que al fin de la semana llamada santa despojarse el resto del año de ese manto hipócrita de religiosidad para seguir la vida de pecado, de injusticia que caracteriza a un pueblo que de labios honra a Cristo y que con sus hechos lo niega.
Sin embargo, a pesar de todas las supersticiones y prácticas ajenas al espíritu del evangelio, sí hay una realidad, y es, que Jesús vino a este mundo, que murió en la cruz que derramó su sangre para la limpieza del pecado y que resucitó con poder y gloria.
Hoy domingo, es llamado domingo de resurrección, no por el hecho de que hoy Jesucristo resucite una vez más, sino por el hecho de que un día como hoy Jesús se levantó de la tumba, dejándola vacía y con un cuerpo glorificado ascendió al cielo. Ahora bien, lo más importante de todo está en la pregunta: ¿Qué significó la resurrección de Jesucristo?. Entre las variadas respuestas que pudieran darse quiero responder con algunas de mucha importancia:
1ro. La resurrección de Jesús significó que toda su vida de ejemplo, que todas sus enseñanzas relativas a la condición y destino del hombre son una realidad superior a las enseñanzas de aquellos líderes religiosos y filósofos a los cuales, muchos tienen por grandes. Buda creó una filosofía de vida y sobre sus enseñanzas sus seguidores le dieron forma a la religión Budista, pero con el respeto tanto de Buda como el de sus seguidores queremos decir que Buda. Mahoma, fundador des Islamismo, y al cual siguen millones de musulmanes, murió y jamás resucitó. Confucio, el gran filósofo chino creó un sistema filosófico que en la actualidad millones lo adoptan como su religión oficial, pero Confucio murió y no resucitó. Chrisna al cual algunos catalogan de ser uno de los siete maestros universales, junto con San Germán, y otros, murieron y no resucitaron, y la lista se vuelve interminable de personas a los cuales las gentes veneran y le rinden culto a pesar de que sus tumbas contienen sus restos mortales, convirtiéndose, sus seguidores, en seguidores de gentes muertas y sin ninguna esperanza concreta y real. Sin embargo cuando pensamos en Cristo, no pensamos en él como el fundador de una religión, sino que pensamos en el Dios hecho carne para redimir a la humanidad y en aquél que es el mismo ayer, hoy y siempre.
Cuando pensamos en Jesucristo, no solamente pensamos y un filósofo que trazó una forma de vida aunque realmente la trazó, sino que pensamos en el Cristo que vive y reina hoy y siempre, en el Cristo que todavía transforma vidas, en el Cristo que trae paz y felicidad al corazón, en el Cristo que cuando se le da entrada en los hogares todo cambia y en el Cristo que es capaz de cambiar tu vida también si eres capaz de reconocerle como tu salvador y Señor.
2do. La resurrección de Jesús significa que el sacrificio hecho en la cruz por toda la humanidad, fue un sacrificio con toda la vitalidad expiatoria y que su sangre vertida en la cruz ejerce, a través de los siglos todo el poder redentor santificador para perdón de pecados y salvación del alma. Esto significa que si Jesucristo no hubiera resucitado, el cristianismo fuera un sistema filosófico religioso igual que otro cualquiera, sin poder transformador y nosotros los cristianos fuéramos también adoradores y seguidores de un muerto. “Más, ahora Cristo ha resucitado de entre los muertos y vive por los siglos dé los siglos”
En tercer lugar: La resurrección de_ Jesucristo significa que la doctrina de la "reencarnación" sustentada por las religiones orientales y reavivadas en la actualidad por los líderes del movimiento de la llueva era es una de las mentiras más promovida por Satanás, precisamente, porque é sabe que al negar la realidad de la verdad cristiana basada precisamente en este hecho grandioso, Satanás sabe que si_ logra convencer, a las gentes que Jesús no resucitó, la obra, redentora, de Cristo no tuviera valor ni poder alguno despojando al individuo de toda posibilidad de salvación. Hace ineficaz la única, forma establecida por Dios para la salvación del hombre.
Cristo se opone, la Biblia se opone a la reencarnación porque esa doctrina provee al hombre de falsas esperanzas de perfección basadas en esfuerzo propio y no basada en la fe_ en las promesas salvadoras de Jesús. No hay reconciliación entre resurrección y reencarnación. Son dos doctrinas que se oponen y se excluyen mutuamente y si Cristo no enseñó la reencarnación, busque usted mismo la fuente funesta de esa enseñanza.
Y en cuarto lugar, la resurrección de Jesús significa que hay una esperanza gloriosa y maravillosa para todos aquellos que han partido de este mundo con su fe colocada en Jesucristo, el autor de la Vida. El misino apóstol Pablo nos habla" diciendo: “El Señor mismo, con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompera de Dios, descenderá del cielo. Entonces, los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego, nosotros, los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tes. 4:16-17)
Este cuerpo sujeto a muerte no verá más muerte, este cuerpo sujeto a la corrupción será levantado incorruptible, este cuerpo que ahora no puede heredar el reino de Dios por su condición pecaminosa, será transformado y glorificado para que pueda vivir eternamente con Jesús.
Yo te pregunto amigo mío que lees este mensaje, ¿en qué o en quién tienes puesta tu esperanza, en un filósofo muerto, en un líder religioso muerto?. Yo te brindo al Cristo vivo quien en estos momentos está sentado a la diestra del Padre intercediendo por ti y esperando que abras las puestas de tu corazón para entrar en éste.
El domingo toda la cristiandad celebra de una u otra forma a la vez recuerda uno de los acontecimientos mas grande en 1a historia de la humanidad: LA RESURRECCIÓN DE JESÚS. En relación a la vida de Jesús hubo tres acontecimientos de suma importancia, aunque la persona de Jesús es en sí misma es un acontecimiento. En primer lugar su nacimiento. Si Jesús no hubiera venido este muido con toda seguridad a estas alturas, ni yo estuviera escribiendo ni usted estuviera leyendo. Un mundo perdido, sin esperanzas dé salvación se hubiera tornado en insalvable destinado a destrucción, Pero porque Jesús nació es que hombre tiene esperanzas de salvación. El otro acontecimiento fue su muerte expiatoria en la cruz. En estos días hemos estado recordando de una forma precisa, hemos estado leyendo en la Biblia y hemos estado escuchando predicaciones relativo a la historia de la redención. El Dios hecho carne, llevando en su cuerpo quebrantado el pecado del mundo. Su sangre derramada como una provisión de parte de Dios para la limpieza del pecado del hombre perdido. El sacrificio de Jesús a favor del hombre como único medio aceptado y provisto por Dios para la limpieza del pecado del hombre perdido. El sacrificio de Jesús, como único medio aceptado por Dios para que el hombre pueda reconciliarse con su Creador “porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios" 1ra. de Pedro 3:18. y el tercer acontecimiento, que es precisamente lo que recordamos, es la resurrección corporal de nuestro señor Jesucristo. Los cuatro evangelios concluyen en estos tres acontecimientos. Muchas fueron las escenas y experiencias que tuvieron los seguidores de Jesús en aquella mañana de la resurrección. Entre ellas se encuentra la de aquellas mujeres que habían venido con él desde Galilea preparando drogas aromáticas para ungir el cuerpo del Señor. Fueron al sepulcro pensando encontrar, como la lógica humana lo indicaba, el cuerpo muerto de Jesús. Cuando estas llegaron encontraron la piedra removida, pero su perplejidad aumentó cuando no encontraron el cuerpo de Jesús y sin salir de su estado emocional todavía "dos varones con vestiduras resplandecientes se les aparecieron y dirigiéndose a ellas les hicieron una pregunta a la cual ellos mismos dieron la respuestas ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que ha resucitado". En varias ocasiones Jesús estando entre sus seguidores le había enseñado sobre la necesidad de que él fuera entregado en manos de pecadores, y que fuera crucificado y que resucitase al tercer día, pero ellos no entendían. Ellas tampoco entendieron y sólo cuando se enfrentan a la gloriosa realidad se acordaron de las palabras de Jesús y llenas de gozo y alegría salieron de aquél lugar para dar las nuevas a los discípulos del Señor. “¡No está aquí, ha resucitado!". Fue el mensaje de los ángeles.
Pero, ¿que significaba la resurrección de Jesús? ?por qué era necesario que él resucitase?. Hay varias respuestas, pero diremos primeramente que era necesaria la resurrección de Jesús porque este acontecimiento era el fiel cumplimiento de diferentes profecía que en el A. T. . se habían dado relativo a su resurrección. La Palabra de Dios tenía que cumplirse y se cumplió. Era necesaria la resurrección de Jesús, porque los creyentes del Antiguo Testamento tenían puestas sus esperanzas y expectativas en este acontecimiento y ellos mismos llegaron a la conclusión que al igual que su Mesías vencería la muerte, ellos también iban a ser levantados y, aunque su carne fuera desecha, a la postre verían a Dios en su gloria. La resurrección de Jesús era necesaria porque ella es el sello de garantía de la eficacia de su sacrificio redentor. Si Jesús no hubiera resucitado el cristianismo hubiera sido relegado al cúmulo de tantas otras filosofías y religiones sin efecto transformador y salvador. La resurrección de Jesús es lo que hace diferente al cristianismo de las demás religiones y filosofías. Mientras que los otros movimientos filosóficos que han surgido a través de la historia cuentan con las reliquias de los restos mortales de sus líderes , el Cristianismo cuenta con un Cristo vivo, glorificado, entronizado en Su trono de gloria con toda autoridad, poder y Señorío y con un Nombre que es sobre todo nombre: el nombre de JESÚS, el cual es Rey de reyes y Señor de Señores, y ante el cual toda rodilla se doblará. La resurrección de Jesús era necesaria porque ella es la base y modelo de nuestra resurrección, la resurrección de los hijos de Dios. El prometió que los justos iban a resucitar, él los levantaría con su poder. El mismo apóstol Pablo dice: “Si el Espíritu de aquél que resucitó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que resucitó de los muertos a Jesús, también resucitará vuestros cuerpos mortales. La resurrección de Jesús era necesaria porque fue el medio para destruir al que tenía el imperio de la muerte y a la muerte misma: Pablo declara: “He aquí os diga un misterio, no todos dormiremos, pero todos seremos transformados, en un momento en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta, porque se tocara la trompeta y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos trasformados. “Porque es necesario, que esto corruptible se vista de incorrupción y esto mortal se vista de inmortalidad y esto corruptible se haya .vestido de incorrupción. y cuando esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se, cumplirá a palabra que está escrita: ¡Sorbida es la muerte con victoria . ¿dónde está oh muerte tu aguijón y dónde está oh sepulcro tu victoria?
Y por último, “Si Cristo no resucitó, vana entonces es nuestra predicación, vana es también nuestra fe, mas ahora Cristo ha resucitado de entre los muertos, primicias de los que durmieron es hecho”
En este día, como cristianos, tenemos el privilegio de predicar a un Cristo vivo de poder lo que respalda nuestro mensaje, un Cristo vivo que todavía hoy salva, sana y que ha prometido venir nuevamente, para levantar de sus tumbas a todos aquellos que murieron haciendo su voluntad y a la vez levantar un pueblo santo y celoso de buenas obras. Dios te bendiga y muchas esperanzas y felicidades.
Luis Llanes
En primer lugar diré que la necesidad de la salvación del hombre surge como consecuencia de una realidad histórica con repercusión y trascendencia histórica y eterna. La realidad histórica estriba en el hecho, de que el hombre, habiendo sido creado a la imagen y semejanza de Dios, habiendo sido creado bueno, impecable, en un acto de desobediencia cayó del estado de gracia en que estaba. La repercusión, histórica y eterna de este acontecimiento se refleja en toda la trayectoria de la vida del hombre tanto espiritual como de su vida física y material. E1 hombre habiendo desobedecido a Dios quedó expuesto a la inclemencia de los poderes espirituales malignos y a expensas de su propia debilidad imposibilitándole acarrearse su propia salvación y destinado a eterna condenación sin Dios y sin esperanzas. O sea que tenemos un cuadro bastante deprimente del hombre en lo que se refiere a su relaciones con su Hacedor
En esta situación, es Dios, el que tiene que tomar la iniciativa para la restauración del hombre. Cuando Dios mira al hombre lo mira desde tres puntos de vista diferentes, pero tres puntos de vista que tienen que ver el uno con el otro: 1ro. Lo ve como un todo. (E1 amó al mundo) 2do. Lo mira como individuo y localiza al individuo de dentro del mundo, (para que todo aquél que en el cree), 3ro. Lo mira como el ser incapaz de reaccionar y levantarse de su condición, y hacer provisión para resolver su situación desesperante. Dios dio a su Hijo unigénito para que todo aquel que en el cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.
El aspecto divino de la salvación está en la provisión hecha por Dios en el Calvario y la promesa amplia y sin limitación de salvación, para todo aquel que cree. Pablo nos dice que la voluntad de Dios es que todos los hombres sean salvos. Nos dice también que el murió por todos. La justicia de Dios se manifiesta en la oportunidad equitativa que el le brinda al hombre para su salvación y sin limites de ninguna clase, de lo contrario Dios se constituiría en un ser sádico el cual brindando oportunidad para todos, en el momento de alguien entrar le dijera ¿TU NO PUEDES, NO HAY OPORTUNIDAD PARA TI". Esto sería una burla a sus criaturas Pero por la gracia de Dios, Dios no es así, Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. El es Inmutable en sus planes y lo que él le ha ofrecido al hombre, Él se lo da, si el hombre es capaz de aceptarlo y recibirlo.
El aspecto humano de la salvación tiene dos puntos: Primero: la aceptación Incondicional y voluntaria del hombre de la provisión divina confiando en la promesa salvadora de Dios y segundo la responsabilidad del hombre en retener firme lo que ha recibido de parte de Dios. Dios ha capacitado al hombre con ese don divino llamado "libre albedrío" o "libre determinación”.Dios jamás violaría ese principio básico que es parte inherente de su Justicia. Y es sobre el hombre, directamente que recae la responsabilidad absoluta de su pérdida o su salvación. El hombre puede aceptar a Jesucristo para su salvación o rechazar a Jesucristo para su perdición. La Biblia esta llena de expresiones como estas: "Al que quiera yo le daré”, "Si alguno viene a mí”, Si alguno abriere yo entraré...". Todo aquel que cree no se pierde...". Fue el hijo prodigo que dijo "me levantare e iré a mi padre”. Es la voluntad del hombre la que entra en juego para agarrarse de las promesas salvadoras de Dios , es Dios el que salva al hombre cuando este extiende sus manos impotentes y por la fe se agarra de la mano de Dios.
El segundo aspecto humano es retener y cuidar la salvación que ha recibido de parte de Dios cuando éste ha creído. Al hombre se le manda a perseverar hasta el fin al hombre se le manda a ser fiel hasta la muerte, a retener, firme lo que tiene para que nadie tome su corona, es al hombre al que se le amonesta a no mirar a tras cuando ha puesto su mano en el arado a los vencedores a los que se les promete no borrar su nombre del libro de la vida.
Amado hermano, si estás sobre la ruta, no te desvíes , sigue sobre ella para que llegues.
Entonces, entrando Jesús en la barca, pasó al otro lado y vino a su ciudad.
Mat 9:2 Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados.
Mat 9:3 Entonces algunos de los escribas decían dentro de sí: Este blasfema.
Mat 9:4 Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?
Mat 9:5 Porque, ¿qué es más fácil, decir: Los pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?
Mat 9:6 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa.
Mat 9:7 Entonces él se levantó y se fue a su casa.
Mat 9:8 Y la gente, al verlo, se maravilló y glorificó a Dios, que había dado tal potestad a los hombres.
Apreciados hermanos y amigos quiero llamar tu atención a un pasaje de las Santas Escrituras, las únicas Escrituras que verdaderamente se le pueden llamar santas en el sentido astricto y absoluto de la palabra, pasaje que nos habla acerca de un hombre incapacitado para poderse mover por sus propios medios ya que sus pies estaban completamente inutilizados. En ocasiones hemos visto y quizás hemos conocido personas en esta misma condición, sin embargo podemos declarar que si hacemos un recuento de todas las enfermedades existentes en el mundo solamente mencionando el nombre de cada una de ellas pudiéramos escribir varios libros.
Pero en este incidente del paralítico que es traído a Jesús nos damos cuenta de que lo más importante no es la enfermedad o las enfermedades, sino la actitud que se asuma ante estos azotes corporales que infligen tanto daño a las personas. En el cap. 9 y v. 2 de San Mateo se nos narra la historia de un paralítico que había sido traído a Jesús por unos amigos, tendido sobre una cama y siendo colocando a los pies del Señor.
Allí estaba, las gentes que les rodeaba solamente podía ver una escena conmovedora, una situación externa con la cual ellos estaban relacionados. No era el primero que veían en esa condición. Pero lo cierto es que las personas que traían al paralítico se dirigieron a Jesús. En este punto yo te preguntaría en esta tarde en tus problemas, en tu enfermedad ¿a quién acudes?. Es posible que estés recorriendo infructuosamente pueblos y barrios detrás de personas que te prometen sanar tus enfermedades, resolver tus problemas económicos, sacarte de tus apuros y desesperación, pero tienes que reconocer que has sido defraudado, que te han engañado, y al igual que estos hombres, debes acudir a Cristo, el único capaz de transformar y cambiar tu situación.
Escucha lo que dijo Jesús y lo que consideró Jesús en este caso. Dice la Palabra de Dios que Jesús vio la fe de ellos. El único que capaz de considerar el grado de fe de una persona para recibir es Jesús. La Biblia dice que él es el autor y consumador de la fe. Pero la fe de ellos fue dirigida a Jesús. Tu podrás decir: “Yo tengo mucha fe", pero lo más importante es: "¿En quién está colocada tu fe?". Si tu fe está puesta en otra cosa o en otra persona que no sea Jesús, tu fe es simplemente vana, sin frutos. Jesús, junto con la fe del individuo ve también el estado de ánimo del individuo. Jesús le dijo nuevamente: "Ten animo hijo" ¿Por que lo insta a tener ánimo también? El asunto es que el estado de ánimo de la persona influye ya positivamente ya negativamente para obtener victoria sobre sus situaciones.
El estado de ánimo no tiene que ver con las circunstancias que rodean al individuo, sino con el individuo mismo. Ante una misma situación dos personas pueden reaccionar diferente, asumirla con optimismo o dejarse aplastar por el pesimismo. Hay quien se tira y se abandona cuando su estado anímico está en baja. Hay quien se crece ante las circunstancias no permitiendo que ellas le afecten anímicamente. Para recibir sanidad tanto física, mental o espiritual es necesario levantar el ánimo del decaído. Quizás me digas: “pero no tengo ánimo para nada”. Yo te contesto: dirígete a aquél a quien se dirigieron estos hombres con el paralítico, a Jesús. El te puede dar el ánimo que necesitas. Quiero que sepas que la obra que Dios hace en la persona es siempre de adentro hacia afuera, él necesita ver tu fe actuando y dirigiéndose hacia el. Él también puede imprimir en tu alma el animo que necesitas si te diriges hacia el. Oye las palabras de Jesús en esta hora: “Hijo, hija, ten ánimo”.
Y lo último que ve Jesús en este hombre, y esto revelado por sus palabras, era su problema mas agudo: EL PECADO. El pecado separa de Dios, es una barrera que impide la comunicación con Dios.
El pecado destruye toda esperanza de solución espiritual para el hombre. Para esto Jesús pronunció sus palabras libertadoras del mal espiritual: “Hijo, tus pecados son perdonados”. Cuando Jesús perdona el pecado trae paz al corazón. Restaura la amistad con Dios, trae confianza y seguridad en Dios. Nos hace sentir verdaderos hijos de Dios.
“Tus pecados te son perdonados” son palabras que van dirigidas a corregir el mal mas importante de este hombre; que lo sumía en un estado de infelicidad absoluta: El pecado.
El apóstol Pabló dice; "Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios" y Juan nos dice: “La sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado". En síntesis el problema de este hombre se soluciona aunando tres factores importantes:
1ro. Su fe puesta en Jesucristo.
2do. Un ánimo dispuesto para recibir lo que necesitaba
3ro. Lo más Importante: la destrucción de la barrera que impedía su acercamiento a Dios, el pecado.
Los resultados fueron evidentes: “Jesús le dijo: levántate, toma tu lecho y vete a tu casa, entonces el enfermo se levantó y fue a su casa.
Amigo o amiga que lees este artículo yo te animo en esta hora a venir a Jesucristo, anímate y permite que Él te limpie de todo tu pecado y verás los efectos tremendos tanto en tu vida espiritual como en tus problemas físicos y materiales.
(Ministerio Luz y Verdad llegando a todos)
CONSECUENCIAS DEL PECADO.- El pecado es un estado y es un acto. En calidad de sublevación contra la ley de Dios es un acto de la voluntad del hombre; como separación de Dios, se convierte en un estado pecaminoso. El hombre actual vive en un estado de pecado y en ese estado sigue actuando pecaminosamente. Este estado ha traído por consecuencia su debilidad espiritual de lo que se deriva algunos males:
a) Daño a la imagen divina.- Aunque la imagen divina en el hombre ha sido dañada, sin embargo el hombre conserva todavía rasgos de esa imagen. En su condición caída se le considera como “una criatura hecha a imagen y semejanza de Dios”. El Señor Jesucristo vino a restaurar completamente esa imagen al ser recreado conforme a la imagen de Dios. (Col. 3:10; Efe. 2:10 y 15; 4:12-13; 4:24)
b) El pecado original.- Por pecado original entendemos la inclinación o tendencia a pecar heredada a causa de la caída. (Salmo 51:5). Los pecados posteriores que cometemos y como consecuencia de la caída, se llaman pecados actuales. Cristo, al vivir, morir y resucitar nos libró de todos lo efectos de la caída del hombre.(Rom. 5:12-21; 7:7-14;)
c) Conflicto interior.- Cuando Dios hizo al hombre como “un ser”, en el cual estaba aunada dos naturalezas: una física o material, el cuerpo y otra de naturaleza espiritual conformada por el alma y el espíritu, su plan fue que hubiese armonía perfecta entre “el cuerpo, el alma y el espíritu” (1 Tes. 5:23). Producto de la caída, el pecado alteró esta relación, produciéndose una división opositora entre “la carne” y “el espíritu”. En esta condición de lucha (Rom. 7:7-25), el hombre pecador exclama: “¡Miserable hombre de mí, quién me librará de este cuerpo de muerte! (7:24); pero “El Dios de paz”, que sojuzga los elementos en conflictos de la naturaleza del hombre “santifica el espíritu, alma y cuerpo”. El resultado es bendición eterna: “Justicia, gozo y paz por el Espíritu Santo”. (Rom. 14:17).
d) Susceptibilidad a los ataques del mundo espiritual.- La Biblia nos muestra que el hombre, no solo quedó sujeto a una lucha campal contra su propia naturaleza humana caída, sino que el mismo Satanás se aprovecha y utiliza los espíritus inmundos (demonios) y otras entidades espirituales para perturbar y molestar al hombre. Él no se ha quedado tranquilo. El hombre en desventaja, separado de Dios, muerto espiritualmente es presa fácil de él. Toda la maldad, el engaño, las enfermedades, crímenes, toda manifestación de violencia no es más que la influencia destructora del diablo. (Juan 10:10) Al hombre le queda una solución, volverse a Jesucristo, el cual “vino a deshacer las obras de Satanás” (1 Juan 3:8) y en cual tendrá completa liberación (Juan 8:36).
Es necesario que entendamos que esta lucha sigue, aún cuando nos convertimos a Cristo, pero ahora con una ventaja para el hombre, éste es dotado de toda la armadura espiritual provista por Cristo para vencer. (Efe. 6:10-20).
FIN
(Ministerio Luz y Verdad llegando a todos)
Las enseñanzas del Nuevo Testamento:
El Nuevo Testamento hace las siguientes descripciones sobre el pecado:
Errar al blanco: Indica la misma idea que la del A. T.
Deuda: Mateo 6:12. El hombre le debe a Dios el guardar sus mandamientos. Todo pecado cometido equivale a una deuda contraída y el hombre es incapaz de pagarla. Su única esperanza es el perdón y la remisión de la deuda.
Desenfreno: “El pecado es la transgresión a la ley de Dios” (1 Juan 3:4). El pecador se convierte en un rebelde e idólatra, pues aquél que quebranta deliberadamente los mandamientos elige su propia voluntad antes que la de Dios. Peor aún, se convierte en Ley para sí mismo y por lo tanto se hace un dios de sí mismo. El pecado es obsesión, terquedad, y la obstinación es esencialmente pecado. Si el pecado pudiera destronar a Dios lo haría. Pero Jesús venció en la cruz al pecado y sus consecuencias.
Desobediencia: Literalmente quiere decir: “oír impropiamente”, “escuchar con falta de atención” . Hebreos 2:2. “Mirad como oís...” (Luc. 8:18)
Transgresión: Quiere decir “excederse de los límites” (Rom. 4:15). Los mandamientos son cercos alrededor del hombre que impiden que el hombre penetre en terreno peligroso y sufra daño para su alma.
Caída, o falta, caer junto al camino, es la idea de la palabra en el griego. (Rom. 11:11-12; 14:13) . De ahí la expresión “caer en pecado”. Pecar es caer de un nivel de conducta.
Derrota: Rom. 11:12, la palabra “defección” debiera traducirse mas bien “fracaso” o “derrota”. Al rechazar a Cristo la nación judía sufrió una derrota y equivocó el propósito de Dios.
Impiedad: La palabra original de la cual se traduce “impiedad” quiere decir literalmente “sin adoración o reverencia” (Rom. 1:18; 2 Tim. 2:16). El impío es aquél que presta poca atención o ninguna a lo sagrado, por lo cual no tiene temor reverencial. Está sin Dios y vive como tal.
Error.- (Hebreos 9:7). El error describe esos pecados cometidos por descuido o ignorancia y se diferencian de aquellos pecados cometidos con presunción, frente a la luz. El hombre que se propone hacer lo malo reiteradamente incurre en mayor grado de culpa que aquél que por debilidad cae en alguna falta.
(Ministerio Luz y Verdad llegando a todos)
UNIDAD 5
¿QUÉ ES EL PECADO?
¿Quién mejor que la Biblia puede definirnos realmente lo que es el pecado y su naturaleza?. En la Palabra hay por lo menos cuatro definiciones de lo que es el pecado:
Todo lo que no es de fe es pecado. Rom. 14:23 (duda, incredulidad)
El Pecado es la infracción de la ley. 1 Juan 3:4 (violación)
Toda injusticia es el pecado. 1 Juan 5:17 (desigualdad, iniquidad)
El pecado está en el que sabe hacer lo bueno y no lo hace. Sant.4:17 (omisión)
Estos cuatro aspectos (infracción, injusticia, omisión, duda) que revela la Palabra sobre lo que es el pecado nos da el marco para entender la naturaleza del pecado:
a) Duda o incredulidad.- Romanos 14:23 .- “Porque sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acera a Dios crea que él existe y que recompensa a los que le buscan” (Heb. 11:6). La duda es lo contrario a la fe. La duda es la raíz de la incredulidad, porque el que duda no cree.
A este pecado fue inducida Eva en el Huerto del Edén. En su diálogo con
Eva, el diablo logró sembrar la semilla que dio origen a la desobediencia y la rebelión. Satanás logró que Eva dudara de la veracidad de Dios, presentándolo ante ella como mentiroso y engañador: “Dios te dijo: Moriréis (Gen. 2:17), pero yo te digo que no morirás. (Gen. 3:4). “Dios es injusto con ustedes, porque les priva del privilegio del conocimiento y es egoista porque no quiere compartir con ustedes sus facultades y capacidades. (3:5).
La duda sobre la veracidad y justicia de Dios surgió, por primera vez, en Eva. Esta semilla nació y tuvo su fruto: “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer y que era agradable a los ojos y codiciable para alcanzar la sabiduría y tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella” (3:6)
La duda desplaza la fe y donde hay fe la duda desaparece. Alguien dijo que “la duda o incredulidad es el peor de todos los pecados porque está en contra del remedio para el pecado: la fe. Por eso el pecado es ausencia de fe en Dios
b) Violación.- (1 Juan 3:4) (Tiene que ver con la integridad) Violación, infracción, trasgresión son términos que la Biblia utiliza para designar al pecado. Trasgresión es ir más allá de los límites establecidos por la ley. Las leyes del tránsito estipulan que la luz roja es señal de peligro, por lo cual hay que detener firme el auto. Cuando cruzamos con la luz roja, estamos transgrediendo, violando una ley y por lo tanto estamos cometiendo una infracción. Nuestros primero padres trasgredieron los límites delineados por Dios, porque fueron más allá de lo que Él les había establecido. En toda violación hay dos elementos que se manifiestan: la desobediencia y la rebelión. dice la Palabra que “toda rebelión y desobediencia recibió justa retribución” Heb. 2:2 . “La paga del pecado de muerte”.
c) Injusticia.- (1 Juan 5:17) En la Biblia, toda acción pecaminosa e inicua, todo acto que no contiene el elemento de equidad, se tiene por una injusticia. La justicia es todo lo recto y correcto. La justicia es un atributo moral de Dios, y toda obra del hombre que no se ajusta a la naturaleza moral de Dios, es pecado. Mientras que nuestros primeros padres vivieron en santidad y obediencia, estaban viviendo dentro del marco de la justicia de Dios, desde el momento en que se rebelaron contra la justicia divina comenzaron a vivir fuera del marco de la justicia de Dios y en un estado de injusticia. Esta situación se proyectó hacia toda su descendencia. “Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Rom. 3:23). “No hay justo ni aún uno” (Rom. 3:3; Salmo 14:1-3) “...y todo el mundo queda bajo el juicio de Dios” (Rom. 3:19). Para resolver la injusticia del hombre, Jesucristo vino y asumió la naturaleza humana y en esta condición, tomó el lugar del hombre y en la cruz tomó y llevó todos nuestros pecados e injusticias; toda la justicia de Dios cayó sobre Él, y satisfizo las demandas de la justicia Dios (Rom. 3:21-26; Gál. 3:13; Filp. 2:5-8, etc).
Ahora somos hecho justicia de Dios por y en Jesucristo (Col. 1:30). El fin de la ley es Cristo para justicia a todo aquél que cree” (Rom. 10:4). Ahora la fe en Jesucristo opera su justicia en nosotros de tal forma que “ahora somos justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo“ (Rom. 5:1)
d) Omisión.- (Santiago 4:17) “Aquél que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado” (Sant. 4:17). El pecado tiene un aspecto negativo: el no hacer lo bueno. Abstenerse de obrar como se debe en el momento oportuno. Quizás se alegue: “Yo no hago mal a nadie”. Pero el asunto es que se nos impone la necesidad de hacer el bien, y cuando nos abstenemos de hacerlo incurrimos en pecado de omisión. (Hebreos 13:16; 1 Pedro 3:11; Gál. 6 :9-10). Hay una serie de responsabilidades, actitudes, acciones, que si no se hacen afectan, no solo a nosotros, sino también a los que nos rodean. El no asumir nuestras responsabilidades, afecta los intereses personales y los intereses de los demás. El no hacer lo que nos toca hacer, puede producir grandes problemas, producir grandes catástrofes. Por lo cual el no hacer se constituye en un pecado contra el prójimo y contra Dios. Este tipo de pecado se contrarresta haciendo el bien. “No seáis vencido de lo malo, SINO VENCE CON EL BIEN EL MAL” (Rom. 12:21).
Sigue con: Áreas de afectación del pecado.
(Ministerio Luz y Verdad llegando a todos)
EL PECADO... Continuación....
UNIDAD 4
b) Esperanza de redención:
1ª. La redención prometida.- Lea Gén. 3:15 . Esta es la primera promesa de redención dada al hombre inmediatamente después de haber pecado. Sobre la misma escena de la comisión del delito, no solamente le dicta la sentencia, sino que también hace una provisión redentora.
Esta promesa tiene sus características que estaremos analizando a continuación:
Simiente de la Mujer: Una descendencia bendecida (La simiente de Abel) que traería al mundo al Salvador , en el cual se cumple directamente la profecía. Simiente de Satanás.- Un descendencia maldita (La simiente de Caín), que traería al “mundo el misterio de la iniquidad”, Satanás encarnado en el Anticristo, en quien se cumple directamente esta profecía.
a) El diablo trató de ganarse a la mujer y hacer una alianza contra Dios, pero Dios romperá esa alianza. “Enemistad pondré entre tí y la mujer, entre tu simiente y la simiente de ella”. Esto quiere decir que se produciría una una lucha entre la humanidad y los poderes malignos que causaron su caída.
b) ¿Cuál será el resultado de ese conflicto?. Primero: victoria para la humanidad por medio del representante del hombre (la Simiente de la mujer, Cristo) te herirá en la cabeza. Cristo, la simiente de la mujer, vino al mundo para aplastar el poder del diablo. (Mateo 1:23, 25; Luc. 1:31-35 y 76; Isaías 7:14; Gál. 4:4; Rom. 16:20; Col. 2:15; Heb. 2:14-15; 1 Juan 3:8; 5:5; Apoc. 12:7, 8, 11; 20:1-3, 10).
c) La victoria sería a través del sufrimiento. “Tu (la serpiente) lo herirás en el calcañar”. En el Calvario, la “serpiente hirió a la Simiente de la mujer en el calcañar”, pero esa herida ha traído salud a la humanidad. (Lea Iaías 53:3,4,12; Daníel 9:26; Mateo 4:1-10; Luc. 22;39-44, 53; Juan 12:31-33; 14:30; 31; Heb. 12:18; 5:7; Apoc. 2;10)
2ª. Acto típico de la redención.- v. 21 .- En el v. 7, posterior a la caída, que trajo conocimiento del mal que habían hecho, nuestros primeros padres “cosieron hojas de higuera e hicieron delantales”. Esta cubierta es símbolo de las formas humanas que el hombre ha utilizado a través de toda su historia para justificarse delante de un Dios que reclama justicia desde el cielo. Cuando oyeron la voz de Dios paseándose por el huerto, “se escondieron” por miedo, prueba elocuente, de que sus obras eran insuficientes para satisfacer la justicia divina. En un acto de misericordia, Dios “hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió”, para esto tuvo que sacrificar un cordero, cuya piel serviría de cobertura a su desnudez. Este cordero, sacrificado, para cubrir la vergüenza del hombre pecador, es símbolo de Jesucristo, el cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Esta enseñanza ellos se la transmitieron a Caín y Abel. Abel aprendió la lección; Caín, lamentablemente, no la aprendió. Desde ese momento la humanidad fue dividida en dos grupos, los que siguen el “camino de Caín”, o sea la religión de la justificación propia, y el camino de Abel, o sea la religión basada en la fe y obediencia a Dios.
Continúa con: ¿Qué es el Pecado?
En estos momentos quiero reflexionar, junto contigo, sobre una historia real que bien pudiera ser el reflejo de tu propia vida.. La Biblia, la Palabra de Dios nos habla de un hombre llamado Nahamán cuyas cualidades excepcionales nos son expuestas de la siguiente forma: “Capitán del ejército de rey de Siria, varón grande delante de su Señor, que lo tenía en alta estima, y hombre valeroso en extremos”. Sin embargo, la Historia bíblica nos revela que a pesar de todas las cualidades buenas que poseía, de su buena situación social y económica envidiable para cualquier persona de su tiempo, sin embargo, era leproso.
Analizando a simple vista, muchos pensarían que la vida de este hombre se desenvolvía de una forma común y corriente., sin embargo, a la luz del relato Bíblico nos damos cuenta que este hombre como su familia estaban sumidos en un sentimiento de infelicidad terrible a causa de su enfermedad. Sabemos, por la ciencia que la lepra es una enfermedad que se contrae por contacto directo, y en aquellos tiempos, a pesar de que la ciencia no estaba avanzada, ya se aplicaban ciertas medidas para evitar el contagio del resto de la familia y amistades. En resumen, una enfermedad incurable, y el aislamiento de sus seres queridos: esposa, hijos, lo que sumía el hogar en un estado de infelicidad que ni la posición social de Nahamán, ni todo su dinero habían podido resolver.
Sin embargo, allí en medio de ese hogar angustiado, afligido e infeliz, estaba trabajando como esclava una joven judía que había sido traída cautiva desde Israel a Siria, precisamente por Nahamán, quien en una de sus incursiones bélicas había sustraído a esa joven de su hogar para que le sirviese a él y a su familia. Esta joven muchacha, creyente en el Dios verdadero, esta chica cuya fe estaba anclada en el Dios vivo y poderoso, decidió testificar y decir a su ama donde estaba la solución del problema de su esposo y de su hogar.
Es bueno que hagamos un contraste entre Nahamán y esta joven creyente:
NAHAMÁN JOVEN CAUTIVA
Amo ………………………………… Esclava
Rico …………………………………. Pobre
Adorador de ídolos y dioses falsos….. Adoradora del Dios verdadero
Esclavo de su enfermedad y su Paganismo .. Gozaba de libertad espiritual.
Infeliz ……………………………….. Feliz
Analicemos las cualidades espirituales de esta chica, la cual puede ser un ejemplo fiel para el cristiano de hoy:
Estaba llena de Dios y sensible a la necesidad espiritual y al sufrimiento humano.
A pesar del ambiente adverso que le rodeaba, allá no había perdido de vista a Dios.
Estaba dispuesta a ser canal de bendición en el lugar al cual Dios la había llevado.
Estaba dispuestaza testificar de su Dios, de su poder y su bondad.
Así fue como ella, una mañana, quizás mientras arreglaba el pelo de su ama, viéndola triste y desolada se animó a testificarle diciéndole: “Si rogase mi señor al profeta que está en Samaria, él lo sanaría de su lepra”. Ni la esposa de Nahamán, ni él mismo, pusieron reparos ni obstáculos hacia el consejo de aquella chica que a pesar de su posición inferior desde el punto de vista social, sus palabras pudieron ser tan convincentes y alentadoras que pronto estuvieron listos para el hacer el viaje esperanzador.
Ahora bien: Analicemos brevemente el proceso en el camino de la solución:
1ro. Nahamán pide cartas al rey de Siria dirigidas al Rey de Israel pidiéndole que éste lo sane de su lepra. Fíjese en la confusión de este hombre, la chica le dijo vaya al profeta y se dirigió al rey. Este es un problema que simboliza lo que el mundo que no conoce a Dios le pasa al tratar de buscar soluciones para sus necesidades. Esto se llama desvío. Dirigen sus pies por camino equivocado. No es la autoridad política la que tiene la solución, es la autoridad espiritual delegada por Dios para ayudar al hombre a salir de su miseria espiritual producida por el pecado y la enfermedad. Esa autoridad espiritual es la Iglesia representada en cada uno de sus hijos.
2do. En segundo lugar lleva mucho dinero y regalos para hallar gracia y favor ante la persona que el pensaba que serviría de instrumento para su sanidad. La tendencia del hombre es tratar de comprarle a Dios los dones que él, por su gracia le ha otorgado.
3ro. Cuando llega a la casa de Eliseo el profeta, este envía un criado y lo manda a bañarse en el Río Jordán siete veces, después de lo cual sería restablecida su salud. Escuche lo que la Biblia dice: “Llegó Nahamán con sus caballos y su carro y se paró a las puertas de la casa de Eliseo. Entonces Eliseo le envió un mensajero a decirle: Ve y lávate siete veces en el Jordán y tu carne se restaurará y serás limpio”
4to. Como Nahamán había forjado en su mente sus propias creencias y formas creyendo que Dios tenía que obrar como él pensaba, se enojó con el profeta ya que la fórmula que le daba no se ajustaban ni satisfacían sus ideas acerca de cómo tenía que ser la solución.:
“Nahamán se fue enojado diciendo: “Yo qué pensaba: De seguro saldrá enseguida, y puesto en pie invocará el nombre el Jehová, su Dios, alzará su mano, tocará la parte enferma y sanará la lepra. Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel?. Si me lavo en ellos, no quedaré limpio también”. Y muy enojado se fue de allí”.
5to. Las apariencias opacaron la mente y visión de éste hombre, quien quiso volverse a su tierra a no ser por la intervención sabia y las palabras sensatas de sus criados.
“Pero sus criados se le acercaron y le dijeron: Padre mío, si el profeta te mandara a hacer algo difícil, ¿no lo harías?, ¡Cuánto mas si solo te ha dicho: Levántate y serás limpio?
6to. En un acto de obediencia y de fe, Nahamán decidió hacer lo que el profeta de Dios le dijo: “Descendió, entonces Nahamán y se zambulló siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios, y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó limpio.
Esta experiencia transformó completamente su vida y la vida de su familia.. Solo un acto de obediencia y fe, y fue revelado ante él el poder glorioso del Dios verdadero. Lo que no pudieron hacer sus dioses lo hizo Jehová, el verdadero Dios. Nahamán exclamó como en un acto de confesión de fe: “Ahora conozco que no hay Dios en toda la tierra, sino en Israel”.
¿Qué nos enseña toda esta experiencia?:
1ro. Que en el camino a la solución de en nuestros conflictos, Satanás va a utilizar formas erradas para desviarnos por otro camino diferente al que debemos tomar.
2do. El dinero solo pueden comprarle al hombre los favores a otro hombre, pero Dios no se deja sobornar por nadie. Todo lo que él ofrece es por gracia. Lo concede por amor. Y solo la fe y la confianza en él son los elementos que hacen posible la obtención de la bendición de Dios.
3ro. Para poder ver realizados los propósitos de Dios en la vida de una persona, esta tiene que renunciar a sus propios conceptos e ideas personales, hasta quizás caprichos, para atenerse sencillamente a la fórmula de Dios. No es como yo digo, es como Dios dice. No es como a mi me parece, sino como le parece a Dios. No es mi camino, sino el camino que Dios indica.
Siempre, las ideas preconcebidas y los prejuicios han cegado el entendimiento y han impedido al ser humano adquirir la bendición y ayuda que Dios le ofrece.
4to. Por último y como dice el refrán: “Las apariencias engañan”. A la vista de Nahamán, por su apreciación personal, le era imposible apreciar que lo que le parecía a él irrisorio, vil, ilógico, pudiera constituirse en la solución de su problema.
La Biblia nos dice que el evangelio es locura para los que se pierden. Pero precisamente, a él le ha placido escoger lo necio para avergonzar a lo sabio, lo débil para avergonzar a lo fuerte y lo vil y menospreciado y lo que no es para avergonzar a lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.
En conclusión, los criados de Nahamán le aconsejaron a probar lo que el profeta de Dios le aconsejaba y, en efecto, al aceptar el consejo, al humillarse, al ajustarse a los parámetros exigidos por Dios. Rápido se vieron los resultados: “Su carne se volvió como la de un niño, y quedó limpio”.
En esta hora, apreciado hermano, apreciado amigo: Decídete definitivamente a dar el paso de fe que Dios espera de ti, abre su corazón a él, déjate ayudar y recibirás lo que tu esperas y necesitas. Dios te bendiga.
Ministerio Luz y Verdad, llegando a todos.
UNIDAD 3
3ª. Las consecuencias de la tentación.-
Juicio sobre la serpiente: 3:14 .- “Y dijo Jehová a la serpiente: Maldita serás entre todas las bestias del campo; sobre tu pecho andarás y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, entre su simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”
La maldición de la serpiente es un cuadro profético que nos enseña lo siguiente:
a) La maldición de la serpiente es un cuadro profético de la maldición del diablo y todas las fuerzas del mal.
b) Por el castigo a la serpiente, debemos aprender de qué manera la maldición de Dios recae sobre todo pecado y maldad.
c) Por arrastrarse en el polvo de la tierra, debía recordarle al hombre que un día Dios reducirá a polvo el poderío de Satanás.
d) Ser de ánimo y estímulo para el hombre, tentado, pero erguido y con esperanzas mientras que la serpiente está bajo maldición
e) Que por la gracia de Dos, el hombre puede aplastar la cabeza de la serpiente, en otras palabras, puede vencer el mal. (Lucas 10:18; Rom. 16:20; Apoc.12:9; 20:1-3,10)
Juicio a la mujer: “Multiplicaré en gran manera los dolores de tus partos, con dolor darás a luz tus hijos, tu deseo será tu marido y él se enseñoreará de tí”.
El pecado ha afectado grandemente las relaciones de la vida matrimonial. En muchos países la mujer es, prácticamente, la esclava del hombre. En la India la posición de las niñas y de las madres viudas es bastante precaria y son prácticamente un cero a la izquierda.
Juicio sobre el hombre: Es necesario entender que el trabajo en sí no era una maldición para el hombre. Antes de pecar Dios le había asignado su trabajo al hombre. La maldición estaba en:
a) La maldición de la tierra: “espinos y cardos te producirán. vs. 17-18
b) Trabajo cansador: Con el sudor de tu rostro comerás el pan. Con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.. 17
d) Cumplimiento de la sentencia: “Polvo eres y al polvo volverás”
Nota: El hombre fue creado capaz de no morir físicamente. Podría haber vivido indefinidamente si hubiera preservado su inocencia y continuado comiendo del árbol de la vida. Pero aunque restaure su comunión con Dios y venza la muerte espiritual, por medio del arrepentimiento y su fe, de todas formas tiene que regresar a su hacedor por el camino de la tumba. Porque la muerte física es parte de la pena por el pecado, la salvación completa tiene que abarcar la resurrección del cuerpo.
Continua con: Esperanza de redención
Ministerio Luz y Verdad, llegando a todos.
EL PECADO.. Cont....
UNIDAD 2
2. EL CONCEPTO DIVINO.- No hay libro ni filosofía que dé una razón tan acertada y lógica del pecado como lo hace la Biblia. Este es el libro de Dios y en él está revelado todo este misterio, pero a la vez nos da la solución definitiva para este mal.
En los tres capítulos primeros del libro de Génesis se devela la historia:
a) La tentación.- (Cps. 2-3).-
1ª. La tentación era posible.- Entre los ríos Tigris y Éufrates, en un huerto frondoso y florido, donde todas las condiciones perfectas estaban creadas para que el hombre se desarrollara, allí Dios colocó al hombre. Un ser creado a “imagen y semejanza de Dios”. Un ser tomado del polvo de la tierra, pero un ser espiritual alentado por el Espíritu de Dios. Un ser perfecto e inteligente; un ser impecable pero con una voluntad libre para hacer lo bueno o lo malo, obedecer o desobedecer.
En medio del huerto Dios plantó dos árboles muy singulares: el árbol del conocimiento del bien y del mal y el árbol de la vida. El árbol de la vida les enseñaba a ellos que su subsistencia, tanto física y espiritual dependía, NO DE ELLOS, sino de la PROVISIÓN DE DIOS. El árbol de la ciencia del bien y del mal les enseñaría la necesidad de vivir una vida de obediencia voluntaria continua si querían gozar de los beneficios del fruto del árbol de la vida.
Esta facultad de elegir entre obedecer o desobedecer, hacer lo bueno a lo malo, servir a Dios o no servirle, se llama libre albedrío o determinación. Esta es una facultad con la cual fue dotado el ser humano y debía utilizarla bien. El hombre, aunque impecable iba a ser probado. Allí estaban los dos elementos necesarios: Un mandamiento y una voluntad.
2ª. Origen de la tentación.- ¿Qué hacía el diablo en el huerto? A ciencia cierta no lo sabemos, pero fue el instrumento permitido por Dios para probar al hombre. La serpiente, tomada por Satanás, se constituyó en símbolo de Satán. En Ezequiel 28:13-17 e Isaías 14:12-15 se nos narra la historia de la caída de Satanás (Luzbel: ángel de luz) (Ver Apoc. 12:9). Éste fué arrojado del cielo y buscó en la nueva creación lugar donde estar. Allí encontró un ser racional, hermoso, perfecto en donde continuar su labor inconclusa en el cielo y con astucia va al ataque. Analicemos sus estrategias:
Primero, esperó un tiempo oportuno: la soledad de la mujer.
Segundo, esperó un lugar oportuno: la mujer merodeando alrededor del árbol.
Tercero, eligió la persona indicada; el instrumento más frágil para llevar a efecto su plan.
La Biblia nos revela que el autor del pecado es Satanás. Sin embargo la tentación propiamente dicha es una acción que se produce por la labor astuta de Satanás en combinación con la susceptibilidad del hombre para pecar.
En el acto de la tentación, Satanás utilizó tres mecanismos sicológicos. 1 Juan 2:16 :
Los DESEOS de la carne.
Los DESEOS de los ojos.
La VANAGLORIA de la vida.
Nos damos cuenta que Satanás apeló a estos tres aspecto en la tentación de Cristo:
Lucas 4:1-13:
Los deseos de la carne: “Era tentado por el diablo...tuvo hambre. Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a estas piedras que se hagan pan.
Los deseos de los ojos.- Y le llevó el diablo a un monte alto y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. Y le dijo el diablo: A ti te daré esta potestad, y la gloria de ellos si postrado me adorares...
La vanagloria de la vida.- “Lo puso en el pináculo del templo y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo, porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de tí, que te guarden. Y: En sus manos te sostendrán...” (Haciendo cosas espectaculares para vanagloriarse de su poder, y de su autoridad sobre todas las cosas.
A esto hay que añadirle el elemento de la DUDA, cuando le dice: “Si eres hijo de Dios...:
DUDA de sus relaciones filiales con Dios
DUDA de su carácter mesiánico
DUDA del propósito correcto de su venida al mundo.
Cuando aplicamos estos mecanismos a la tentación de Eva, nos damos cuenta que él empleó la misma técnica y apeló a los mismos mecanismos sicológicos:
Génesis 3:1-6
Los DESEOS DE LA CARNE: “Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol que está en el huerto...Dios sabe que el día que comáis de él... y dio de comer también a su marido, el cual comió también así como ella”.
Los DESEOS DE LOS OJOS: “Serán abiertos vuestros ojos...Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos...”
La VANAGLORIA DE LA VIDA: “Seréis como Dios sabiendo el bien y el mal...árbol codiciable para alcanzar sabiduría”.
Continua con: Las consecuencias de la tentación.
DOCTRINALES: (LLANES)
(Ministerio Luz y Verdad llegando a todos)
EL PECADO
INTRODUCCIÓN: ¿Te has preguntado alguna vez por qué suceden tantas cosas malas en este mundo? ¿Por qué hay tanta maldad en el corazón de los hombres? . Vivimos en un mundo lleno de odio, rencor, violencia que producen el caos y la muerte constantemente. ¿Fue siempre así? Por qué ahora es así? A todas estas interrogantes y reflexiones la Biblia da la respuesta precisa: EL PECADO.
¿Qué es el pecado? , ¿cómo surgió? , Cuáles fueron las consecuencias. Para dar respuesta a estas preguntas analizaremos el asunto desde dos perspectivas:
1. EL CONCEPTO HUMANO
2. EL CONCEPTO DIVINO
UNIDAD 1
1. EL CONEPTO HUMANO.- Todos están de acuerdo que el mal existe, que es un hecho; sin embargo no todos están de acuerdo en cuanto al origen y naturaleza del pecado. Por ejemplo:
a) El ateismo.- Niega la existencia del pecado. Al no creer en Dios, no creen en el pecado, porque solo contra Dios se puede pecar. Explican que la maldad y la violencia del hombre es producto de los rezagos animalescos que todavía persisten en el hombre como proceso de su evolución de las formas inferiores de animales. Dicen: A medida que el hombre estudie, amplíe su cultura y se le provean los medio favorables, toda esta condición se eliminará. Un eslogan de ellos es: “SER CULTOS PARA SER LIBRES”.
b) El determinismo.- Esta filosofía sostiene que no existe lo que nosotros llamamos libre albedrío. Nuestras decisiones, dicen, “son producto de circunstancias que actúan fuera de nosotros y que nos impelen a hacer la cosas. Creemos que elegimos, pero la realidad fue que otras fuerzas influyeron para nuestra decisión”. Según esta forma de pensar el hombre es un siervo de las circunstancias y le es imposible cambiar el rumbo de las cosas. No somos responsables de nuestros actos. Sin embargo, Dios nos hace responsables de ellos, no solamente como producto de la conciencia del bien y el mal que tenemos, sino, también por la facultad que Él nos ha dado de elegir.
c) El hedonismo.- El hedonista aboga por el goce de la vida. Hacer lo que le gusta y lo que trae placer. El no se pregunta: ¿Es justo?, sino, ¿me gusta? . Ellos siempre tienen una justificación para el pecado; le llaman “debilidad humana”, “un capricho”, “efervescencia juvenil”, “el errar es de humanos”, etc. Como es natural esta filosofía aboga por la inmoralidad. La Biblia dice: “Toda maldad es pecado”
d) La Ciencia Cristiana.- Niega la realidad del pecado. Ellos dicen que “el pecado es la ausencia de lo bueno”. “Es un error de la mente”. Para resolver la situación, dicen ellos, “el hombre tiene que corregir ese error”. Pero cuando vemos la ruina, el terror, las enfermedades, toda la maldad manifiesta en todos los órdenes de la vida, “ese error de la mente” es tan malo como lo que nosotros le llamamos “pecado”. (Sigue)
La Biblia te muestra los principios básicos para la producción de un avivamiento en su vida, en tu Iglesia, en tu ciudad, en tu país:
2 Crónicas 7:14-15.- “Si se humilla mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oran, y buscan mi rostro, y se convierten de sus malos caminos; ENTONCES yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra. Mis ojos estarán abiertos, y mis oídos atentos, a la oración que se haga en este lugar, pues ahora se santificado y elegido esta casa”.
1ro. Humillación sincera ante Dios. El orgullo, que produce el prejuicio y distancia a los hermanos es un impedimento para que el Espíritu Santo se mueva. “Dios habita con los humildes”.
2do. Y oran.- La oración es imprescindible. Hay que darle tiempo suficiente a Dios para que él produzca cambios sustanciales dentro de su pueblo. Él es el único cono nos puede hacer ver que no estamos tan bien, ni tan preparados como creemos. Esto no es la oración fugaz que hacemos por los alimentos, ni la oración de apertura de una reunión, ni un llamado culto de oración donde lo menos que se hace es orar. Esto es cuestión de tiempo, tiempo con Dios, donde toda nuestra personalidad, alma, cuerpo y espíritu están embuídos en la presencias de Dios, hasta ver en cada uno los resultados poderosos en nuestras vidas y en la vida de la Iglesia.
3ro. Y buscan mi rostro.- Es fundamental que la oración se centre en la búsqueda del rostro del Señor. La pregunta sería: ¿qué busco cuando oro?. Por regla general centramos la atención en nuestros problemas financieros, en nuestra familia, en que nuestros intereses vayan bien, pero dejamos al Señor tocando a la puerta y no le abrimos, parece que él no cabe.
4to. Y se convierten de su mal camino.- Esto no se lo está diciendo a los paganos, esto se lo dice a su pueblo. Estas palabras Dios se las dijo a Jeremías también. La Iglesia necesita conversión. Las filosofías humanísticas, las prácticas ocultistas vestidas de cristianismo, las falsas enseñanzas producto de interpretaciones torcidas de la Biblia, la ignorancia de la Palabra, la vida liviana, el menosprecio por la Iglesia, el enseñoreamiento de líderes que oprimen al rebaño y se creen superiores a los demás, y los etc, etc. que usted conoce y que han permeado a la Iglesia, todo esto es un obstáculo para un avivamiento y hay que removerlo. De lo contrario estaremos gritando, saltando y sajando nuestra carne como los profetas de Baal, y nada descenderá del cielo. Solo el Espíritu Santo de Dios puede convencer a la Iglesia de su estado, por eso hay que humillarse, orar y buscar el rostro de Dios.
Las consecuencias de este tipo de búsqueda se revelan:
1ro. Entonces Yo oiré.- Entonces la oración ascenderá al trono de la gracia sin dificultades ni interferencias humanas ni espirituales. Los oídos de Dios están listos para considerar las palabras que, mas que de la boca, salen de un corazón santificado y humillado. Se producirá en Dios una disposición santa para hacer por su pueblo, la obra que su pueblo necesita. El pueblo de Dios está preparado, entonces, para que Su presencia habite y obre a su favor.
La Seguridad y el cuidado de la Salvación.
1. La seguridad de la salvación.- “Por lo cual puede salvar perpetuamente, a los que por él, se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos”. (Hebreos 7:25). “Mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco y me siguen, y yo les doy vída eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre” (Juan 10;28-29).
Estas palabras son alentadoras para todo verdadero hijo de Dios pero a la vez reveladoras de los mecanismos de la gracia para traer seguridad a nuestros corazones. La seguridad del creyente estriba, en primer lugar del ministerio sacerdotal de Jesucristo a favor de los suyos. Él vive intercediendo por cada una de sus ovejas. A Pedro le dijo: “Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos Pero yo he orado por tí para que tu fe no falte”. En su oración intercesora a favor de los suyos (Juan 17) él oró: “No te pido que los quites del mundo, sino que lo guardes del mal”. En segundo lugar por el conocimiento eterno que él tiene de sus ovejas: él las conoció desde antes de la fundación del mundo. Ese conocimiento lo pone en capacidad de dar la ayuda adecuada y acertada a cada una de ellas, de tal forma que sus ovejas pueden “acercarse confiadamente al trono de la gracia para hallar gracia para el oportuno socorro” (Heb. 4:15-16). En tercer lugar, nuestra seguridad estriba en nuestra permanencia en el área de protección de Dios: SUS MANOS. En “sus manos nadie nos arrebatará”, “no pereceremos jamás”.
En algunos lugares existen lo que se llama “áreas de seguridad”. En sus límites han carteles que dicen: ¡CUDADO, PELIGRO! . La permanencia en esa área es lo que nos asegura el resguardo del peligro. Dentro de ella no tenemos que temer, estamos seguros y sentimos que estamos seguros (Hechos 27:31). ¡Pero cuántas veces alguno de los que estuvieron en el área de seguridad TRASPASARON LOS LÍMITES!. Todas las promesas de Dios están acondicionas a nuestro libre albedrío. (1 Tim. 6:21; 2 Tim. 2:18; 2 Pedro 2:21-22). Dios provee las condiciones pero nosotros tenemos la responsabilidad de guardarlas. Dios no viola nuestra voluntad. Note, en los siguientes versículos el “si” condicional y otras expresiones condicionales para nosotros: “Dijo Jesús a los que habían creído en él: “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos” Juan 8:31;
“El que come mi carne y bebe mi sangre, en mi permanece; y yo le resucitaré en el día postrero” (Léase completo: Juan 6:53:56). “Confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe ...” (Hechos 14:22). “Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios, la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo si permaneces en esa bondad, pues de otra manera tu también serás cortado y aún ellos, si no permanecen en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volveros a injertar” (Rom. 11: 23) (Véase además: Col. 1:23; 1 Juan 2:28; 3:6);
2. El cuidado de nuestra salvación.- La salvación es un regalo de Dios, y como todo buen regalo es necesario guardarlo y cuidarlo. La Biblia nos exhorta, en primer lugar: “Por tanto, es necesario que con mas diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos” (Hebreos 2:1). “¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?” (2:3). Todavía va mas allá cuando Pablo habla a los Filipenses: “Ocupaos de vuestra salvación con temor y temblor”. (Filp. 2:12). Jesús nos exhorta diciendo: “He aquí yo vengo pronto; retén lo que tiene para que nadie tome tu corona” (Apoc. 3:11).
“Al que venciere será vestido de ropas blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida” (Apoc.3:5). “Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aún a los escogidos. Ya os lo he dicho antes”. (Mateo 24:21-25). “Sé fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida” (Apoc. 2:10).
Toda esta enseñanza nos muestra que hay una parte que tenemos que hacer nosotros para conservarnos en la gracia de Dios. Pedro nos aconseja: “Sed sobrios, y velad, porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar, al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. Mas el Dios de toda gracia, que os llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca”
Dios toma el proceso histórico de Israel para proyectarlo proféticamente hacia el ministerio del Mesías: Llamado, menospreciado por su pueblo, rechazado por las naciones, pero amado y vindicado por Dios.
La mayoría de las versiones castellanas traducen la cláusula “al menospreciado de alma”, de la siguiente forma: “despreciable entre los suyos…” (V.T.A); “al despreciado y aborrecido por las naciones” (L.B.D.)“al que es despreciado de todos” (L.B.L), “y es abominado de las gentes” (B.J.), etc. O sea, la palabra “alma” (nefesh-heb.) en este versículo hace alusión al hombre como un todo, como un alma, siendo una de las pocas excepciones donde se usa “alma” (nefesh-heb) haciendo alusión al hombre integral.
Jesucristo fue despreciado por los suyos y rechazado por las naciones, solo unos pocos, pudieron percibir detrás de la fachada humana del Hijo de Dios, al Mesías, al salvador del mundo.
Pero un día, a ese que fue rechazado, será reconocido por los reyes, príncipes, señores y toda rodilla se postrará ante Jesucristo y confesarán que Jesucristo es Señor de señores, el Rey de reyes, el Soberano de todos los reyes de la tierra e inexorablemente, aquellos que se rebelaron contra Jehová y su Ungido, serán humillados y condenados por toda la eternidad.
LA SALVACIÓN: ¿CUÁNDO?
¿Cuándo es que somos salvos?. Se han preguntado algunos. ¿Para cuando es la salvación?, se preguntan otros. ¿Podemos saber hoy si somos salvos?. Hay tres opiniones en relación al tiempo: 1º. Ya fuimos salvados en la eternidad. Dios nos eligió antes de la fundación del mundo. 2º. La salvación de obtiene hoy, en el momento que creemos. 3º. No podemos saber si somos salvos hoy, la salvación la obtendremos en el futuro.
Cualquiera de las tres posiciones que adoptemos, excluyendo radicalmente la otra es un error. Es una verdad a medias. La Biblia nos revela y enseña de una forma clara y sencilla los tres aspectos que, interpretados debidamente no se excluyen, se complementan. Analicemos cada uno.
1º. Fuimos salvos sobre las bases de la elección de Dios.-
a) La Biblia nos enseña que el plan de salvación se gestó en la eternidad. Jesucristo “nos rescató de nuestra manera vana de vivir...con la sangre preciosa de Cristo como de un cordero sin mancha ni contaminación ya destinado antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor a vosotros” (1 Pedro 1:19-20), “fue inmolado desde antes desde el principio del mundo”. (Apoc. 13:8). Este sacrifico se dio por hecho antes que fuera manifestado.
c) La Biblia nos enseña que fuimos elegidos o predestinados antes de la fundación del mundo. (Efe. 1:4) Esta elección previa la Biblia revela que fue hecha:
1) En Cristo. (Efe. 1:4) Estábamos contenidos en él.
2) Por lo cual nuestros nombres fueron escritos en el libro de la vida antes de la fundación del mundo
3) Fuimos elegidos según la presciencia o preconocimiento de Dios. (1 Pedro 1:2; Romanos 8:29)
4) Fuimos predestinados para ser adoptados hijos suyos. (Ef. 1:5)
2º. Somos salvados ahora sobre las bases de las promesas de Dios y de nuestra elección.- Aunque Dios conocía de antemano quiénes iban a ser salvos desde la eternidad, sin embargo nosotros hicimos posible la salvación en un momento determinado del tiempo. La salvación es para HOY y HOY la hacemos posible. (Heb. 3:7 y 13; 4:7; 2 Cor. 6:2; Luc. 19:9). Tanto Jesucristo como sus apóstoles, enseñaron que la salvación era una experiencia actual e instantánea: La recibe instantáneamente el que cree: ( Juan 10:9; Hechos 2:21; Rom. 10:9; Efesios 2:5-8; 2 Tim. 1:9)
El Señor Jesús habló de la realidad presente de la salvación de la siguiente forma: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna” (Juan 3:36; 6:47); “El que cree al que me envió tiene vida eterna” (Juan 5:24); “Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia” (10:10).
Pablo se expresó de la siguiente forma sobre la realidad presente de la vida eterna: “Y él os dio vida...cuando estabais muertos en pecados”. Efe. 2:1
Juan nos dice: “Sabemos que hemos pasado de muerte a vida” (1 Juan 3:14); “Estas cosas os he escrito a vosotros los que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios” (1 Juan 5:13).
La responsabilidad cae sobre nosotros. La decisión la tenemos que hacer nosotros y está acondicionada a si creemos, si lo recibimos, si le aceptamos: El que cree, el que le abre el corazón, el que le busca, “A todos lo que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”.
El Espíritu Santo no permite que estemos en la duda sobre la realidad de nuestra salvación, “Porque el mismo Espíritu da testimonio a nuestro espíritu DE QUE SOMOS HIJOS DE DIOS” (Rom. 8:16)
3º. No somos salvos ahora. No podemos saberlo.- En este grado de incertidumbre tal, viven muchos. Se dicen cristianos pero no pueden dar fe de su salvación.
Esta situación es altamente preocupante porque es indicio de no hacer nacido de nuevo y sin el nuevo nacimiento es imposible ver el reino de Dios. Aunque nuestra salvación ha de ser confirmada en el futuro reino de Dios, sin embargo, como ya hemos estudiado la experiencia de la salvación es una experiencia real del presente y quien no pueda dar fe de ella es que todavía está perdido. Sin embargo, el aspecto futuro de nuestra salvación es enseñada en la Biblia también. La Biblia nos habla de ella como algo alcanzable en el futuro porque Su consumación está en dependencia de:
a) De nuestra perseverancia hasta el fin: “El que persevere hasta el fin será salvo” (Mateo 10:22 y 24:13). Recordemos: nadie puede perseverar en algo que no tiene.
b) Nuestra justificación presente es la base para nuestra salvación futura. (Rom. 5:9)
c) Jesús viene para salvar a los que esperan en él. (Heb.9:28)
d) La salvación está acondicionada a la victoria de los creyentes en medio de sus pruebas. (Apoc. 2:7; 2:11;2:17; 2:26; 3:5; 3:12; 3:21).
e) Nuestra salvación futura está acondicionada al cuidado que Dios tienen de sus hijos. (1 Pedro 1:5)
Toda esta verdad revelada en la Biblia nos prueba que fuimos, somos y seremos salvos.
¿Como se conjuga la voluntad de Dios con el libre albedrío del hombre para obrar la salvación?. Es un misterio de la gracia. “La voluntad de Dios es que todos los hombres sean salvos”. Él lo ha provisto todo para que el hombre sea salvo. Pero es el hombre tiene que creer. Dios puede presionar al hombre pero no lo obliga, hace provisión al hombre de todos los elementos viables para que crea pero no lo obliga; sin embargo, la promesa de Dios permanece firme: “PARA QUE TODO AQUÉL QUE EN ÉL CREE NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA”.
ASPECTO DIVINO: Perdón de pecados y la conversión.-
Perdón de pecados.- Dios es la fuente del perdón (Salmo 130:4). “Él es quien perdona todas nuestras iniquidades” (Salmo 103:3). Los que recibieron perdón podía testificar: “...y tú perdonaste la maldad de mi pecado” (Salm. 32:5). En el A. T. Dios hizo provisión por medio de sacrificios de animales “la expiación por ellos, y obtuvieron perdón---” (Lev.4:20). Pero todos aquellos sacrificios no eran más que típicos del verdadero sacrificio del cual manaría una fuente inagotable de perdón para el pecador: el sacrificio expiatorio de Jesucristo. En casa de Cornelio, Pedro se levantó testificando acerca de Jesucristo: “De éste dan testimonio los profetas, que todos lo que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre” (Hech. 10:43). Pablo, ante los ancianos de Antioquia, testificó de Jesucristo diciendo: “Sabed, pues, esto, varones hermanos : que por medio de él (Cristo) se os anuncia perdón de pecados y que de todo aquello de que por la Ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquél que cree” (Hechos 13:38-39) (Véase además: Hech.26:18; Efe. 1:7; Col. 1:14).
Durante su ministerio público, hay una frase que sale permanentemente de los labios de Jesucristo: “Hijo, tus pecados te son perdonados”, “Ni yo te condeno, vete y no peques más” (Mateo 9:2; Marc. 2:5; Luc. 5:20; Mateo 9:6; Marc. 2:10; Luc. 5:20). Sin embargo, el perdón viene como resultado de un arrepentimiento verdadero y profundo.
Un aspecto importante relativo al perdón es la necesidad de confesión sincera a Dios del pecado cometido. Mucho pudiéramos escribir al respecto, pero creo que la experiencia de David plasmada en el Salmo 51 es un ejemplo sobresaliente de la necesidad de la confesión de nuestros pecados como parte de un verdadero arrepentimiento que produce perdón amplio de parte de Dios. Esto era un requisito en el A. T. (Lev. 26:40; Núm. 5:7; Neh. 9:2; Salmo 32:5). Juan nos dice elocuentemente: “”Si confesamos nuestros pecados él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9). )Véase también: (Prov. 28:13; Mateo 3:6; Hech. 19:18; Rom. 10:9).
Conversión.- La conversión es un acto de la voluntad humana. El aspecto negativo es: “volverse de” (2 Rey. 17:13; Jer. 26:3; Ezeq. 14:6); y el aspecto positivo es “volverse a” (1 Sam. 7:3; Nehe. 1:9; Job 22:23; Isa. 55:7; Lam. 5:21) . Dios espera que el hombre se vuelva de su mal camino, y se vuelva a él. Cuando el hombre se siente impotente para hacerlo, puede buscar ayuda en Dios y decirle: “Vuélvenos, OH Jehová,...y nos volveremos” (Lam. 5:21). Esta vuelta se produce cuando el hombre arrepentido viene a Dios en busca de perdón y salvación, entonces se hace real la conversión. El “volverse de” es el inicio, “el volverse a” es la conversión propiamente dicha.
Tanto en el A. T. como en el N. T. Dios exhorta al hombre que se convierta de su mal camino. Esta conversión produce, primero: un cambio de condición (Luc. 1:17; Sant. 5:20). Es dejar de ser una cosa para ser otra (Hechos 2:20; MaT. 4:1319). En el orden moral y espiritual es convertirse de la maldad para convertirse en un santo (Hechos 3:26); dejar de adorar ídolos, para adorar al Dios vivo (1 Tes. 1:9); la tristeza convertida en gozo (Juan 16:20). Se describe como un cambio situación (Hechos 26:18; Efe. 5:8;); un traslado (2 Pedro 2:9 y 15; Col 1:13).
“Arrepentios y convertios para que sean borrados vuestros pecados...” (Hechos 3:19). Fueron las palabras de Pedro en el Pórtico de Salomón después de la curación del cojo. Y fue el tenor del mensaje y enseñanza apostólica constantemente. (Hechos 3:.26; 14:15; 26:18; 2 Cor. 3:16). El arrepentimiento verdadero tiene necesariamente que producir conversión, de lo contrario todo fue un formulismo externo, superficial, que dejó al pecador en las mismas condiciones que antes.
LA SALVACIÓN: EL ASPECTO HUMANO
Aunque es verdad que la salvación es un acto inicial de Dios, que Dios lo ha provisto todo para hacerla real en el hombre; y como medio objetivo de salvación el hombre no puede hacer provisión de nada, sin embargo hay un aspecto subjetivo que involucra la mente y el corazón, que el hombre si tiene que hacer. La Biblia establece dos requerimientos por parte del hombre para que este pueda alcanzar y recibir lo que ha sido hecho para él.
La salvación es algo tan valioso que las riquezas de este mundo no alcanzan para comprarla: “De qué le vale al hombre si ganare todo el mundo y perdiere su alma? o ¿qué recompensa dará el hombre por su alma” (Mateo 16:26). Sin embargo Dios lo hace posible al hombre el obtenerla a través de dos elementos que están en él y que solo tiene que ponerlos en acción. Estos elementos son: LA FE Y EL ARREPENTIMIENTO.
1. La fe como medio para alcanzar la salvación.- El Apóstol Pablo hizo algunas declaraciones contundentes que eliminan cualquier otra posibilidad de apropiarse de la salvación. Él dijo: “Porque por gracia sois salvos, por medio de la fe y esto no de vosotros, pues es don de Dios, no por obras, para que nadie se gloríe”. (Efe. 4:8). Estas palabra establecen un medio, la fe, contraponiéndola contra las obras. Dice: “No por obras”.
¿Por qué recalca inmediatamente la contrapartida?.- Por la tendencia humana de apelar a su propia justicia para sustituirla por la justicia de Dios. Nuestros primeros padres trataron de buscar cobertura humana, cubriendo ellos su desnudez (Gén. 3:7), como símbolo de sus excusas por haber pecado contra Dios; Caín trató de sustituir “el sacrificio cruento” establecido por Dios” para el perdón, por una “ofrenda incruenta”, símbolo de las formas falsas y humanas de adoración. Caín estableció el método de adoración del culto a las obras de justicia humanas, pero Dios lo rechazó. Todo el sistema adoracional que destituye la forma exclusiva que Dios ha dictaminado para el hombre Judas lo definió como “el camino de Caín”. (Judas 11).
Pablo atacó severamente a aquellos que querían justificarse por medio de las obras colocando bajo pecado a todo el mundo (Rom. 3:19-20 y 23) para que se manifestase “la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen....siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús a quién Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre para manifestar su justicia....a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesucristo (Rom. 3:21-26) “Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda, más al que no obra pero cree en aquél que justifica al impío, su fe le es contada por justicia” (Rom. 4:4-14);. ( también Rom. 10:5-13).
Cuando el hombre pecador es capaz de entender el amor desinteresado y generoso de Dios y logra ejercer su fe en la provisión amplia de Dios en el sacrificio de Jesucristo y se atreve a creer, no se dilata el perdón y se hace efectiva su salvación. (Juan 3:116-17)
2. El arrepentimiento.- Son decenas y decenas de versículos en la palabra donde se nos habla acerca de la necesidad de un verdadero arrepentimiento para alcanzar perdón. El mensaje de Juan el Bautista fue un mensaje de arrepentimiento. Jesús comenzó su ministerio predicando y diciendo “arrepentíos porque el reino de os cielos se ha acercado” y los apóstoles retomaron el menaje de Jesús y predicaron la necesidad del arrepentimiento para perdón de pecados. (Mateo 3:8; 3:11; 9:13; Marc. 1:4; Luc.3:3; 3:8; 5:32; Hech. 5;31, etc.)
a) ¿Qué es arrepentimiento?: En su forma más sencilla es; cambio de actitud, volverse del mal camino. Pero “el arrepentimiento que es para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo” (Hechos 20:21) involucra algo mas que un mero cambio de actitud. El verdadero arrepentimiento bíblico involucra a toda la personalidad: mente, afecto y voluntad son afectados produciendo “frutos dignos de arrepentimiento” (Mat. 3:8)
En una ocasión iba a hacer un viaje de San Rafael a Malargüe (Prov. de Mendoza). Había dos ómnibus estacionados. Uno decía, Mendoza y otro Malargüe. Corrí al ómnibus. En el trayecto me interceptó un pastor que en el saludo me hizo perder dos minutos, cuando volví mi rostro el ómnibus que salía. Entré rápidamente en él. Tan rápido que el mismo conductor ni se fijó en mi boleto. Me senté cómodamente y comencé a contemplar el paisaje de la ciudad. El ómnibus debía doblar por la avenida Ballofet para tomar la ruta a Malargüe y no lo hizo. Al darme cuenta me intranquilicé un poco pensando que quizás, por alguna razón tomaría otra calle paralela para salir a la ruta, pero saliendo de la ciudad, me inquieté tanto que fui corriendo al chofer para preguntarle. Me contestó: “Señor usted ha tomado un ómnibus equivocado, este va a Mendoza”, urgente le pedí que me dejara ahí mismo y me bajé.
Este incidente me ilustró los mecanismos sicológicos que se producen en un verdadero arrepentimiento. Creemos que vamos bien en el camino de la vida. Cuando nos damos cuenta que vamos mal (análisis mental de la situación) comenzamos a sentir cierto estado de intranquilidad (parte afectiva), al constatar la realidad de nuestra equivocación nos hace tomar una decisión (acción de la voluntad), y retornar a la situación original.
Para que haya un verdadero arrepentimiento, este tiene que ir precedido de una información correcta en relación a la condición y situación del pecador. Él no se da cuenta que va mal. Cree que esta y va bien. Por eso Pablo nos exhorta diciendo: “Cómo invocarán a aquél en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquél de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique”. El rico en el infierno reconoció esto y le dijo a Abraham: “No, padre Abraham, pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. Más Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán si alguien se levantare de entre los muertos” (Luc. 16:30) Antes de ascender al cielo, camino de Emaús, Jesús dijo a aquellos discípulos: “Así estaba escrito a así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones” (Luc. 24:46-47). La gran comisión es el motor impulsor para dar información del plan de Dios: “Id...y predicad...”.
b) El fruto del arrepentimiento:
Aspecto Humano: Confesión y restitución
Confesión.- El acto de la confesión es importantísimo dentro del proceso del arrepentimiento.
La confesión es la capacidad que da Dios, en su gracia para con el hombre, de poder expresarle a Él, el o los pecados cometidos. Para esto es necesario revestirnos de toda sinceridad ya que el conoce la mente y el corazón. Nada podemos tapar, no puede haber reservas, ni rezagos ocultos en el corazón, porque “Dios escudriña la mente y el corazón”, el sabe y conoce, por lo cual Él está dispuesto a oír, para PERDONAR. Otro aspecto en el acto de la confesión es la disposición interna de no volver a pecar. Esto nos ayudará a permanecer en la gracia y bendición de Dios. (Esd. 10:1; Prov. 28:13; 1 Juan 1:9).
Pero aquí se plantea una pregunta: ¿a quién confieso?. .- Diremos, antes que nada, que todo pecado cometido es una ofensas contra Dios, por lo cual, cualquier tipo de pecado que el hombre cometa, debe ir directamente a Dios a confesarlo para recibir perdón. (Lev. 5:5; 2 Cron. 6:26; 1 Juan 1:9). Sin embargo Dios tiene en cuenta el pecado que cometemos contra nuestro prójimo. El perdón de este tipo de pecado está acondicionado a la capacidad que tengamos de pedir perdón y perdonar. Tenemos, pues, que arreglar, primero, nuestras cuentas con el prójimo, antes de pedir y recibir perdón de Dios. (Mat. 6:12 al 15; 18;21; Marc. 11:25; Luc. 6:37; Efe. 4:32; Col. 3:13; Sat. 5:15)
Restitución.- Restituir es el acto de devolver lo que injustamente hemos quitado, adquirido. Esta idea está incluida dentro del sistema de sacrificios del A. T. (Lev. 6). No solo bastaba con arrepentirse, confesar y pedir perdón, era necesario devolver lo encontrado y quintuplicado aquello que la persona había robado. Aquí estaban incluidos los pecados morales, sociales, etc. Cuando Zaqueo el publicano tuvo el encuentro con Jesús (Luc. 19:1-9) dijo: “He aquí la mitad de mis bienes doy a los pobres y si en algo he defraudado a alguien lo devuelvo cuadruplicado”.
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