(Ministerio Luz y Verdad llegando a la Iglesia)
Cuando un cuerpo esta sano:
En el ensayo anterior, hable acerca de la capacidad del cuerpo humano en ejercer su influencia sanadora, haciendo que, algunos los miembros enfermos, sean sanados.. Sin embargo, dentro de esas mismas capacidades, el cuerpo humano tiene otra capacidad y es la de repeler los elementos extraños que eventualmente invaden el organismo. Esta tiene que ver con las implantaciones de prótesis, ajenos a la naturaleza constitutiva del cuerpo, y que se colocan con el propósito de sustituir a otros que se han perdido; también cuerpos externos que se introducen violentamente, tales como un clavo, una púa de madera, tierra, etc. y que producto de esa incursión dentro del cuerpo, producen infecciones y malestares múltiples.
El asunto es que todo aquello que no se avenga a la naturaleza del cuerpo, le imposible convivir con el resto, y de alimentase con los nutrientes de los cuales se nutre todo el cuerpo y cada órgano y miembro en particular. O sea, es una especie de ley fisiológica y defensiva que tiene el cuerpo para libertarse de todo aquello que trata de causarle daño, que le molesta y que es imposible que cambie de naturaleza.
Cuando pensamos también en la Iglesia como Cuerpo, y en sus relaciones con el resto de sus miembros, nos damos cuenta que los elementos que componen la Iglesia y de los cuales son coparticipantes cada miembro, conviven de una forma natural, funcionan de una forma natural, y con esa capacidad hay una atracción natural entre ellos y una disposición mutuas de ayuda y edificación.
Sin embargo, tenemos que comprender que a veces elementos extraños invaden la Iglesia. Los falsos hermanos, los falsos maestros, los falsos pastores, los falsos evangelistas los falsos profetas, los falsos apóstoles, etc. A estos la Biblia los califica de “lobos rapaces que no perdonarán al rebaño”.
Cuando la Iglesia está enferma se nota una permisión de convivencia y actividad. Estos “virus” nocivos campean libremente dentro de ella y como el cuerpo está dañado y las defensas están bajas, de pié a cabeza, le es imposible reaccionar positivamente para repeler y sanar al Cuerpo.
Vemos entonces las guerras intestinas, bandos divididos, peleas, murmuraciones, celos, etc. que cual cáncer carcomen la vida espiritual de los miembros reduciendo a la Iglesia a un grupo de minusválidos incapacitados para realizar sus funciones corporales.
Pero cuando la Iglesia está sana, cuando en una Iglesia Jesucristo es la Cabeza, cuando dentro de la Iglesia los ministerios, dones y capacidades son reconocidos y usados, cuando funcionan normalmente y con capacidad edificadora, cuando sus miembros llegan al agrado de madurez y de adultes, todo elemento espiritual nocivo es detectado, tratado y rechazado y no permiten que tomen lugar en medio del pueblo de Dios.
Como el mar, que tiende a expulsar y depositar en la orilla todo elemento que cae en éste y que no pertenecen a éste, así, la Iglesia, desarrolla su capacidad expulsora, echa fuera el pus maloliente y deja libre de impurezas a sus miembros.
Cuando el Cuerpo no reacciona.
El cuerpo humano es una maquinaria diseñado perfectamente por Dios. Ha sido dotado de múltiples capacidades que proporcionan bienestar general y funcionamiento perfecto a todo este complejo y que hacen del individuo una persona capaz.
Entre las capacidades inherentes del cuerpo, tenemos lo que llamamos los cinco sentidos: la visión, el olfato, el gusto, el tacto, la audición y el hablar.
Entre las capacidades de los miembros, tenemos el poder tomar las cosas con nuestras manos, el poder masticar los alimentos con nuestra boca, el poder caminar con nuestros pies, etc. etc.
Pero hay una capacidad que es parte necesaria e imprescindible al cuerpo, que en ocasiones pasamos por alto y que a la vez de suprema importancia: la capacidad auto sanativa y curativa de la cual Dios ha provisto al cuerpo. En este acto intervienen los miembros más adecuados para el caso y la reacción normal del cuerpo a sanar el daño.
Por ejemplo: vamos por la calle, nos damos una caída y nos quebramos el brazo. Sentimos un dolor muy grande y la otra mano, automáticamente va a auxiliar el brazo.
De ahí en adelante y con la asistencia adecuada, el cuerpo comienza su labor curativa soldando los huesos quebrados, auto eliminando el dolor, sintiendo el auxilio de los otros miembros para la restauración completa y cabal del miembro afectado.
Cuando el cuerpo humano funciona mal y pierde su capacidad inherente de sanidad de sus miembros afectados, dichos miembros se inutilizan, se empeoran y en ocasiones es cuando se hace necesario extirparlos de lo contrario afecta al todo del cuerpo.
El cuerpo no reaccionó correctamente y se perdió el miembro.
Pablo compara a la Iglesia con el cuerpo humano compuesto por muchos miembros. (1 Cor. 12). Desde el punto de vista espiritual, Dios ha capacitado a la Iglesia para ejercer su ministerio de restauración cuando algún miembro sufre alguna dolencia o enfermedad espiritual.
Es ahí, cuando la Iglesia tiene la oportunidad de ejercer toda su capacidad restauradora y sanadora a los miembros que necesitan la asistencia necesaria para su completa restauración dentro de la Iglesia. La Iglesia tiene la obligación de permitir que Cristo ejerza su influencia sanadora a través de las capacidades de los otros miembros y los miembros de la Iglesia colocarse incondicionalmente para ayudar a la restauración dentro de ella.
Cuando una Iglesia pierde de vista este aspecto de su vocación y no tiene ministerio para la restauración de sus miembros es que algo anda mal en esa Iglesia. Cuando una Iglesia solo tiene ministerio para los sanos y no provee para la sanidad del miembro dañado, es porque algo anda mal en esa Iglesia.
Cuando el ministerio de la Iglesia se convierte en un ministerio de amputación, es porque algo anda mal en esa Iglesia.
Cuando una Iglesia ejerce el ministerio luzbélico de juicio y condena, es porque algo anda mal en el Iglesia.
Cuando la Iglesia Local no da oportunidad al pecador para su restauración, es porque algo anda mal en esa Iglesia.
Es más fácil ministrar a los sanos que ministrar a los que están enfermos.
Es más fácil sacarse de encima a “los dolores de cabeza”, que no ejercer un ministerio efectivo que elimine el dolor sin eliminar la cabeza.
Es bueno que entendamos que a los débiles siempre los tendremos, a los pobres siempre los tendremos, a los niños siempre los tendremos, a los jóvenes siempre los tendremos, a los viejos siempre los tendremos y junto con los sanos componen la Iglesia de Jesucristo.
Le escuché a un predicador decir en cierta oportunidad: “El que no quiera tener estiércol en la caballeriza, que no tenga caballos”.
Me parece que, una Iglesia sana, donde Cristo está, tiene la capacidad para “dar nueva nuevas a los pobres, sanar a los quebrantados de corazón, pregonar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos y predicar el año agradable al Señor”.
SOLO CREER, ES EL DESAFÍO
Quisiera meditar y reflexionar con ustedes unos instantes leyendo en la palabra de Dios unos versículos del relato de un hombre, oficial del ejército romano cuyo hijo estaba enfermo a tal punto que su vida estaba en peligro. Ante esta situación critica acudió urgentemente a Jesús, PORQUE ÉL TENÍA LA CERTIDUMBRE QUE Jesús podía sanar a su hijo y transformar la angustia en alegría y el dolor y la tristeza en gozo y paz.
Dice la Biblia en San Juan Cap. 4:43 al 54, pero especialmente los vs. 48 al 50 que dicen: “Jesús le respondió y le dijo: Si no viereis señales y prodigios no creerás” y el oficial le dijo: “Señor, desciende antes que mi hijo muera. Y Jesús le dijo: Ve, tu hijo vive. Y el hombre creyó a la palabra que Jesús le dijo y se fue, y cuando descendía, sus siervos salieron a recibirle y le dieron nuevas, diciendo: tu hijo vive y la consecuencia de esta sanidad la vemos en el v. 53 y nos dice la Palabra: “Y CREYÓ ÉL Y TODA SU CASA”
Aquí la Biblia nos presenta un drama de carácter familiar. Un problema muy común en el cual con toda seguridad usted se ha visto envuelto en una u otra ocasión: ver a un familiar y todavía mucho más agudo, ver a uno de los chicos enfermo, quizás, llorando desesperadamente, con fiebre alta y usted queriendo aliviar la situación, se ha turbado y -no ha sabido que hacer. El recurso que a su mano vino fue llamar o llevar urgentemente a su hijo al médico para que determine las causas y aplique la medicación correcta para contrarrestar la enfermedad. O sea un conflicto que alteró la paz y la tranquilidad interna de los miembros de la familia y que colocó al hogar en el borde de la "desesperación”.
En el mundo en que vivimos, en esta era de tantas preocupaciones, de tantas presiones, de tantos conflictos de salud, económicos, de relaciones sociales y muchos más, en múltiples ocasiones nos vemos sumidos, como la misma Palabra dice: "En el lodo cenagoso y en el pozo de la desesperación". En medio de la vorágine vemos el día tan oscuro y la situación tan extrema y desesperante que "creemos que no vamos a sobrepasar dicha prueba. Sin embargo en este pasaje de las Escrituras nosotros podemos apreciar al menos dos principios elementales y alguna actitudes que pueden servirnos como pautas a seguir y un ejemplo a imitar pudiendo producir los mismos efectos liberadores dentro de nosotros y en el entorno en que nos movemos.
En primer lugar y el v. 49 dice que este hombre, cuando oyó que Jesús había llegado a Galilea vino a él y le rogó que descendiese y sanase a su hijo..." Es digno de resaltar que este hombre importante, no vino a Jesús cuestionando sobre el porqué su hijo estaba enfermo, ni preguntándole el por qué tenía que ser él a quien le ocurriera este tipo de situación..., nos dice que vino a Jesús rogando y en una actitud de oración y súplica le pidió que sanase a su hijo. Lo más importante para él, en esos momentos era resolver la situación que producía tanta tristeza en el hogar, eliminar las causas que tenían a su hijo en esas condiciones y se acercó a Jesús con la certeza de que la intervención de Jesús sería decisiva para la solución de su situación. Es bueno que tu sepas amado amigo o hermano que los problemas no se resuelven con lamentos, ni preguntas, ni asumiendo una actitud de preocupación desmedida, ni poniéndote las manos en la cabeza y diciendo qué voy a hacer.. Como en el casó de este hombre, la situación se resuelve yendo a buscar a Jesús. Por la gracia de Dios, en la actualidad no tenemos que esperar a que Jesús un día de estos pase por nuestro pueblo como en el tiempo de su limitación física, sino que hoy lo podemos encontrar en cualquier lugar y en cualquier momento, ya que él no está limitado a un cuerpo físico. A él solo lo puedes limitar tu con tus lamentos y falta de fe. La solución de tu problema se encuentra en un lugar y es tu sitio de oración, en ese lugar que siempre ha sido tu punto de contacto con Dios y que quizás en tu turbación lo has abandonado, allí está la solución.
Yo te animo que vayas a tu cámara secreta y ores a tu Padre que te ve en secreto, derrama tu corazón ante él, cuéntale a él tus angustias, tus sufrimientos, y permite que él haga algo en ti y por ti. Estoy plenamente convencido que cuando le des tiempo a Dios te vas a levantar diferente, la paz de Dios ha de inundar tu corazón y vas a ver la victoria pronto para ti.
Pero hay algo muy importante que la Biblia nos enseña, que se repite en este caso y que a la vez sucederá en ti: DIOS PRUEBA NUESTRA FE. En el v. 48 Jesús le dio unas palabras que pudieran parecer de reproche por falta de fe, sin embargo fueron palabras dirigidas a producir e incentivar la fe de este hombre: SI NO VIEREIS SEÑALES Y PRODIGIOS, NO CREERÉIS” La reacción del oficial fue insistir: “Señor desciende antes que mijo muera”. A lo que Jesús contestó: “Ve, tu hijo vive”. Fíjese que la respuesta vino, en primer lugar de una forma muy diferente a la que él pensaba: El esquema que él se había formado en su mente fue: “Jesús irá allá y lo sanará”. Pero Jesús le cambió el esquema y le dijo: "Ve tu hijo vive". Es precisamente en este punto donde se probaría la fe de él. O se aferraba a la forma que él decía, o de lo contrario creía a la palabra de Jesús aunque no fuera físicamente. Pero para la gloria de Dios, este hombre en un acto de fe, dice la Biblia: “Y el hombre creyó la palabra de Jesús y se fue". ¿Qué es creer a la palabra de Jesús?. Sencillo: obedecer las órdenes sin cuestionar aunque la obediencia a él rompa nuestros esquemas y choque contra nuestras preconcepciones.
Yo sé positivamente, porque a mi me ha pasado, que por regla general, en medio de la prueba, como seres humanos comenzamos a pensar las posibles formas en que la situación se pudiera revertir..", y decimos, si Dios hiciera esto o aquello o en esta u otra forma, y en nuestra mente es como si le estuviéramos dictando a Dios los patrones, actitudes y formas que tiene que adoptar para satisfacer nuestra mente carnal y humana. Por regla general la: solución viene por otra vía, Dios utiliza diferentes medios, pero lo más importante es que él obra y toda la gloria él se la lleva. El Hombre creyó a la palabra de" Jesús.
La pregunta conclusiva sería: ¿Cuáles fueron los resultados de este acto de fe? Fueron dos: En primer lugar el muchacho fue sano en el mismo momento en que Jesús le dijo al hombre desde lejos: “Ve, tu hijo vive”, y en segundo lugar, diría yo el más importante, que a causa de esta sanidad dice la Palabra que "creyó él toda su casa". Se produjo la conversión de la familia allegada, de los criados y posiblemente de otros más que presenciaron el milagro.
Yo se que el hombre tiene muchos métodos o ha inventado muchos medios para tratar de resolver toda la problemática que le envuelve, pero sólo la fe genuina afianzada en las promesas libertadoras de Dios hechas reales a través de
Jesucristo en la vida de la persona, sólo esa fe viva y eficaz es capaz de remover
montañas, de secar higueras, de abrir el mar, de detener las aguas turbulentas del- Jordán y hacer pasar adelante y victorioso a aquellos que se atreven a creer a
la palabra de Jesús.
Con toda seguridad hoy por la mañana usted se despertó recibiendo las felicitaciones de sus hijos, de su esposa y quizás de otros familiares y amista¬des por el hecho de que usted es padre o un padre de familia. Es precisamente esta circunstancia la que quiero aprovechar para hacerlo reflexionar en su condición de Padre.
Quiero comenzar haciéndote una pregunta: ¿qué es ser Padre? Posiblemente la respuesta varíe de acuerdo a la persona a quien se le pregunte. El asunto es que para dar respuestas apropiadas hay que tener conceptos apro¬piados y si estos conceptos no se han formado realmente es imposible dar una respuesta satisfactoria. Es precisamente lo que pasa con esta palabra, o con esta condición, la condición de ser Padre.
Usted podrá decirme: Padre es aquel que ha tenido la capacidad y el pri-vilegio de haber engendrados hijos e hijas. Sin embargo el hecho de que usted tenga muchos o pocos hijos no quiere decir que usted sea necesariamente Padre, porque la palabra padre no involucra solamente el acto de la procreación.
Si nos regimos por este principio, un caballo también es padre, un chivo también es padre porque tienen la misma capacidad que tiene usted de procrear, sin embargo ni el caballo reconoce al potro que engendró ni el chivo al chivito que procreó. Tal parece, que el concepto de padre, aunque usted no lo entienda involucra algo más que engendrar. Yo conozco chicos que con mucho orgullo le llaman Padre a un hombre que no necesariamente¬ lo engendró, sin embargo lo conocen corno tal.
A medida que ha pasado el tiempo y al igual que ha sucedido con otros conceptos, éste, el de Padre, se ha ido deteriorando a tal extremo que en muchos casos el hombre, tomando una actitud meramente animalesca, sin conceptos de lo que implica el traer una criatura al mundo se convierten en algo menos que un Padre. Tal parece que son simples padrillos sin importarles después el resultado de la unión con su mujer. Esto nos lleva a pensar, a recapacitar y a indagar y para poder ayudar, buscar el concepto verdadero, resca¬tar el verdadero principio qua implica ser padre.
Si vamos a la Biblia, la palabra de Dios, nos daremos cuenta en¬seguida que ser padre más que una capacidad reproductiva, es una condición, es una actitud regida por principios básicos, elementales que si se pasan no podemos ejercer esa vocación a cabalidad. No podremos darnos cuenta del papel que jugamos como tales dentro de la sociedad y más aun dentro de los planes de Dios.
Dentro de la enseñanza general de la Palabra de Dios, hay cuatro elementos básicos que tiene que tener en cuenta un hombre cuando se dispone con su esposa a traer una criatura al mundo; cuatro elementos que lo constituyen en Padre, aún cuando no sea precisamente el progenitor de la criatura.
En primer lugar tiene que tener la capacidad de cuidar y proteger. El verdadero padre cuida y protege a su hijo. Para esto tiene que reconocerlo como tal. El cuidado y la protección implica una responsabilidad sumamente grande, especialmente delante de Dios, porque demanda tiempo y trabajo. El verdadero padre tiene que estar conciente de los peligros a los cuales está expuesto su hijo o hija. Estos peligros son de varios matices, físicos, espirituales, mo¬rales. El verdadero Padre tiene que estar conciente de la incapa¬cidad de sus hijos para percibir y entender el peligro que se cier¬ne sobre ellos en determinadas circunstancias y debe ser el, el Padre, quien le brinde la protección, le dé el cuidado para no per¬mitir que sea dañado en estos peligros. Desde un niño pequeño que juega con una tijera o un cuchillo; el chico que por estar en la “onda” fuma sus cigarrillos para creerse que es hombre, el joven que frente al televisor llena su mente se películas pornográficas; los otros que con sus grupos de amigos consumen la marihuana y otros tipos de drogas, otros que corren y recorren las calles sin rumbo fijo a expensas de los corruptores de meno-res. Es, en esas circunstancias, donde tu, padre que lees, tienes la obligación, ante Dios y la sociedad de proteger a tu hijo, orientarlo, enseñarle, darle protección y si es necesario ponerle mano fuerte para su beneficio y tu beneficio. Yo se que es más fácil desentenderse o dejarlos a sus propias expensas. Yo se que tu tiempo es limitado, pero por sobre todas las cosas tú eres Padre y esta labor te corresponde a ti y no al vecino.
Desde el punto de vista moral y espiritual, Dios espera de ti que seas capaz de dedicar tiempo a enseñarle principios morales y espirituales cristianos; para poder hacerlo, tú tienes que ser un ejemplo para ellos. Para ser un ejemplo para ellos tienes que vivir la vida cristiana tal y como lo establece Dios en su Palabra y para vivir la vida cristiana verdadera tienes que ser un verdadero cristiano. A partir de tu experiencia de salvación a partir de tu conversión a Cristo es que te encuentras en capacidad para conducir a tus hijos hacia Cristo y ellos también puedan vivir la vida cristiana.
En segundo lugar, para ser un verdadero Padre tienes que brindar amor paternal. Amor paternal no es paternalismo lastimoso que provoca en el hijo un sentimiento de impotencia, un falso concepto de sus capacidades personales, un estado de dependencia perenne en el chico en menoscabo de su propia personalidad e identidad. El amor Paternal se manifiesta, cuando el Padre es capaz de sacrificarse por su hijo con el propósito de que logre objetivos concretos en la vida. El amor paternal se manifiesta cuando es capaz de renunciar a su tiempo, gustos, bienestares para procurar un futuro estable para su hijo. El amor paternal se manifiesta cuando el padre es capaz de comunicar con su hijo, entenderlo, identificarse, apoyarlo y con sus palabras y acción, inyectar en el chico una visión correcta de las cosas y un concepto claro de lo que se propone. El amor paternal, da tiempo, trabajo y emplea recursos materiales para que salga adelante, ayudándolo a forjarse en la vida.
El amor paternal no anula la iniciativa del muchacho, sino que la incentiva para que este corresponda a la altura del amor que se le prodiga. El amor paternal sabe llorar y sabe reír por y con el hijo.
En tercer lugar para ser un verdadero Padre tienes que saber aplicar la disciplina correcta a tu hijo. La disciplina es el arte de saber corregir produciendo actitudes positivas en el individuo. Si la disciplina que aplicas tu hijo no surte efecto tiene que reconsiderar la situación, estudiar y probar nuevas formas. Alguna dará resultado. Pero no puedes dejar de hacerlo. La disciplina es una actividad que le corresponde al verdadero Padre y el descuidarla trae por consecuencias chicos torcidos, desubicados no solo en el hogar, sino en la sociedad; repudiados por todos, sin capacidad para conocer autoridad y mucho menos para sujetarse a ella. Si no aplicas la disciplina a tiempo estarás cosechando un candidato a drogadicto, a la cárcel o al cementerio.
Ahora, cuando hablo de corrección no me refiero a la actitud de algunos Padres que antes que correctores de errores de convierten en verdugos implacables de sus hijos. Esta actitud produce los mismos efectos que la falta de disciplina. La disciplina hay que aplicarla en tiempo y forma. A destiempo no produce efecto. La disciplina hay que aplicarla sabiamente, con medida, con templanza, sin violencia y con tino. Así podrás ver, como Padre, tu hijo caminando por camino derecho.
Y en cuarto y último lugar, para ser un verdadero Padre, Dios te responsabiliza a darle la verdadera orientación espiritual a tu hijo. Para esto tienes tú que serle de ejemplo. Tienes que guiarlo a la iglesia, pero tiene tú que ir con ellos. Tienes que infundir amor por la lectura de la Biblia, pero tienes tú que ser un lector amoroso de la Biblia. Tienes que enseñarlo a orar, pero tienes que ser tú un ejemplo de hombre de oración. Quieres que digan la verdad, no seas tu un mentiroso. Quieres que no roben, tienes tú que ser honesto con el dinero ajeno y con el propio.
Tienes tú como Padre que ser la punta de lanza en todo, así ellos te seguirán y podrás cosechar hijos que amen a Dios y te respeten a ti a su madre.
Padre, hoy, cuando todos te felicitan, ¿pudieras tú decir que Dios sería capaz de felicitarte a ti por tu actitud como Padre? En esta hora reflexiona, levanta tu vista al cielo y recibe de parte de Dios la capacidad plena para ejercer tu carrera como padre. Él quiere y puede ayudarte. Dios te bendiga.
FELICIDADES PAPÁ
Te deseamos, Luís y Melba Llanes
Hay un tema muy importante que trata la Biblia, cuyo desconocimiento ha llevado a muchos por caminos torcidos y han cosechado los efectos desastrosos de la ignorancia que produce no conocer los planes eternos de Dios revelados al hombre. El tema del cual quiero hablar es ¿qué nos espera en el futuro?. Antes de entrar de lleno en el tema debemos descubrir qué cosa es el futuro. Si tomamos un diccionario en nuestras manos veremos que esta palabra se define de la siguiente forma: “Que está por venir”. O sea, que al futuro pertenecen las cosas que están por acontecer.
El ser humano siempre ha deseado conocer por adelantado las cosas que están por ocurrir. El empresario quiere saber como le irá dentro de dos o tres años. La persona que va a hacer un viaje quisiera saber como se desarrollará su viaje; la pareja que se casa quisiera saber como les irá en su vida matrimonial; el enfermo quiere saber si su enfermedad es terminal o pasajera... y cuantas cosas más quisiera saber el hombre. Podemos decir que el hombre está esclavizado a su futuro y todos sus planes se proyectan para lograr un futuro mejor.
Pero de lo que no se dan cuenta muchos es que de estas ansias de encontrar por adelantado soluciones para un futuro mejor, y de este deseo de saber por adelantado las cosas que están para suceder, que de este sentimiento de curiosidad e intriga se aprovecha Satanás para engañar de una forma miserable el hombre que no conoce a Dios, al verdadero Dios, al Dios que tiene en sus manos el futuro de cada persona. Es precisamente que Satanás se aprovecha de la ignorancia del hombre en cuanto a los planes y objetivos de Dios para el mundo y para cada individuo en particular, y les provee formas herradas e implícitas, condenadas por Dios, para que el hombre, en vez de buscar en Dios su objetivo en la vida, acuda a medios falsos, para conocer su destino.
El problema grande es, que la persona que nunca ha tenido una experiencia de salvación real con Dios está a expensas y es susceptible a todas las fórmulas que propone Satanás para que busque en ellas el conocimiento de las cosas y la supuesta seguridad en el porvenir. Por esto es que vemos tantos gentes infelices pagando para ser engañado por medio del brujo, la curandera, los espiritistas, los parasicólogos que bajo el manto de una falsa ciencia engañan a las gentes para alejarlos mas y mas de la verdadera solución que Dios propone. Junto con estos, están los cartománticos, agoreros, astrólogos, adivinos y una sarta mucho mas grande de instrumentos de Satanás cuya influencia ata y esclaviza a la persona que va a consultarlos.
Cuando alguien acude a una de estas personas que les promete resolver sus problemas, sanarlas de sus enfermedades, pronosticarles el futuro, y esta persona permite que esos instrumentos del diablo le ministren, automáticamente se produce en el mundo espiritual un lazo, una atadura por medio de un pacto directo con Satanás que, ya consciente lo inconsciente, hizo al ceder su voluntad a la voluntad del enemigo; al encargarle a Satanás que tomara las riendas de su vida presente y futura..
Es bueno que tu sepas, amigo y amiga que me lees que el diablo impone ataduras y condiciones. El diablo es engañador y al principio, quizás, parece que todo marcha bien, pero pronto Satanás comienza a cobrar las cuentas y el tumor benigno se transforma en cáncer, los problemas económicos se agudizan, los conflictos en el hogar aumentan, todo se convierte en un infierno y el desplome de la vida familiar viene galopante porque Satanás no ayuda a nadie y él solo quiere destruirte a través de estos instrumentos que parecen inofensivos.
La prueba de estas realidades está en que cuando una persona ha caído en esta condición y reacciona, renuncia a eso, y viene al nuestras reuniones y acepta a Jesucristo como su salvador y señor de su vida, esta persona experimenta la liberación completa, Dios desata las ligaduras y comienza a sentir una sensación de paz, tranquilidad, y seguridad que jamás había sentido antes.
Es necesario, en primer lugar la renunciación incondicional al pacto hecho con Satanás, renunciación a las relaciones que formalizó con él y la aceptación de la obra salvadora de Cristo haciendo un nuevo pacto, pero ahora con Jesucristo, entregándole toda su vida a él, rindiendo tu voluntad a la voluntad de Dios. Jesús dijo: “Al que el Hijo del hombre libertare, será verdaderamente libre”. ¿Quieres saber tú, que realizas todas esas prácticas de ocultismo lo que Dios dice al respecto?. Escucha bien. Dios le habla a su pueblo en el A. T. para prevenirlo de las prácticas de las naciones paganas que ellos conquistarían: “A la hechicera no dejarás que viva” . En aquel tiempo Dios mismo mandó a erradicar a todos loe hechiceros de en medio del pueblo. Sobre los adivinos y encantadores dice: “No os volváis a los encantadores ni adivinos, no los consultéis contaminándoos con ellos, Yo Jehová vuestro Dios os lo digo”. A la persona que le gusta ir tras aquellos para que les adivinen el futuro, escucha bien lo que Dios dice: “La persona que atendiere a encantadores y adivinos para prostituirse tras ellos, yo pondré mi rostro contra tal persona, y la cortaré de entre su pueblo”
Escucha ahora tu, que practicas el espiritismo, lo que Dios mandaba a hacerlos a aquellos que practicaban lo que tu practicas en tu ignorancia hoy: “Y el hombre o la mujer que invocare espíritus de muertos o se entregue a la adivinación, ha de morir, sean apedreados, su sangre será sobre ellos.
Como la idolatría, que es la adoración y honra a imágenes y esculturas de cualquier tipo que sea, (ya sea de objetos, animales, humanos, etc.), esto, relacionado con el augurio del futuro, (ya que las gentes se postran ante su ídolo, o dios, o su escultura, como quieras llamarle, pero al fin y al cabo todo es lo mismo, por mucho que quieras justificarlo); Dios reconviene a su pueblo por medio del profeta Isaías y se revela desafiando a los dioses e ídolos de las naciones que fueron adoptados por Israel y dice: “Alegad por vuestra causa” dice Jehová; presentad vuestras pruebas”, dice el Rey de Jacob. Que se acerquen y nos anuncien lo que ha de venir: que nos digan lo que ha pasado desde el principio, y pondremos nuestro corazón en ello; y sepamos también su final. ¡Hacednos entender lo que ha de venir!. . Dadnos noticias de lo que ha de ser después, para que sepamos que vosotros sois dioses. A lo menos haced algo, sea bueno o malo, para que tengamos algo que contar y, al propio tiempo, nos maravillemos. He aquí que vosotros sois nada, y vuestras obras, vanidad; abominación es el que os escoge….Yo soy el principio, que he enseñado estas cosas a Sión, y a Jerusalén daré un mensajero de alegres noticias . He aquí que todos (los dioses falsos) son vanidad y sus obras son nada, ¡viento y vanidad son sus imágenes fundidas!. (Isaías 41:21-29).
Ahora bien, algunos alegan que Dios le dio esos mandamientos a Israel en el A. T. por estar rodeados de naciones paganas; sin embargo es bueno preguntarse: ¿es que acaso las naciones y el hombre en su estado normal no han seguido tan paganas como en los tiempos del Israel del A. T.?
Pablo y Pedro tuvieron que luchar contra el paganismo férreamente como nosotros en la actualidad. San Pablo nos da un cuadro triste de la condición religiosa de su tiempo como lo expone en Rom 1:18-25. El mismo San Pablo, amonestando sobre la idolatría a su Iglesia dice en Romanos 1:18-25, “No seáis idolatras” y en los vs. 14 en adelante dice: “Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que le agrada a los gentiles, andando en abominables idolatrías”, y en Apoc. 20:8 que el fin de los idolatras es el lago de fuego conde están el anticristo, el falso profeta y Satanás. ¿Por qué menciono esto?, porque la idolatría esta vinculada estrechamente a todas las manifestaciones antiguas y modernas del paganismo canalizadas y unificadas, en estos últimos tiempos bajo el movimiento llamado LA NUEVA ERA, que de nuevo no tiene nada, pues es tan antigua como su fundador: SATANAS.
La Biblia enseña que, el único que tiene capacidad de conocer el pasado, el presente y el futuro es Dios, porque él es eterno y omnisciente. No solamente esto, sino que “el es el Soberano y Señor”. El tiene control sobre la Historia y sobre los individuos y nos ha revelado en la Biblia la única forma de conocerlo y cual es el futuro luminoso que le espera a todos aquellos que le hemos recibido como nuestro salvador personal. NO TENEMOS QUE CONSULATAR A SATANAS, a través de sus instrumentos humanos, pues Dios no nos ha dejado ignorantes del futuro, nos ha dejado su Palabra eterna: La Biblia.
¿Es la misericordia que lo mismo que la clemencia?. Esta es una pregunta muy importante, porque resalta atributos hermosísimos de Dios. Hay varios versículos que conjugan la misericordia y la clemencia. Pero para entender qué es clemencia y qué es misericordia tenemos que entender qué es justicia. Son tres palabras que tenemos que tener bien en mente ya que ellas son palabras de corte judicial. Palabras que se utilizan frecuentemente en los juicios. Por ejemplo, cuando un reo está frente al juez y antes de dictar el veredicto, el abogado se da cuenta que no hay solución y la condena viene inexorablemente. Todas las pruebas están en contra del reo. En esos momento el abogado defensor apela a la clemencia del juez y después de reconocer que, efectivamente el reo es culpable, sin embargo le pide que tenga clemencia por ser la primera vez que mi defendido comete el delito. Pero debemos conocer que cosa es justicia para entender la clemencia.
La justicia es la retribución equitativa para resarcir el pecado, pues es la exigencia de la ley para dar retribución al malhechor. La justicia lleva inmerso un elemento que se llama equidad: a tal grado de mal, tal grado de sanción, o, condena al que delinque y absuelve al justo. Ahora bien, ¿qué es la misericordia?.
La misericordia es el carácter compasivo. En el caso de Dios, es el carácter compasivo del amor de Dios y tiene que ver con la condición mísera del hombre pecador que está delante del juez, que no sabe que hacer, no tiene nada que alegar y entonces la misericordia es la compasión, producto del amor de Dios que tiene que ver con la conmiseración por el hombre pecador. Entonces, la clemencia tiene que ver con una de las virtudes que se perfecciona en Dios. Es la virtud que atenúa la justicia de Dios sobre el hombre pecador. Mientras que la justicia le da con todo al pecador, la misericordia se compadece y la clemencia suaviza el rigor de la justicia de Dios sobre el pecador.
Hay muchos versículos que hablan de la misericordia vinculada con la clemencia. Parece que las dos cosas van unidas. Por ejemplo. En Éxodo 33:19 Moisés le dijo a Dios: “Te ruego que muestres tu gloria . Jehová le respondió: yo haré pasar toda mi bondad delante de tu rostro y proclamaré el nombre de Jehová delante de mi y tendré misericordia del que tendré misericordia y me y seré clemente para con el que seré clemente. El salmo 86:15: “Mas tú Señor,. Dios misericordioso y clemente, lento para la ira, grande en misericordia y verdad”. La expresión “lento para la ira” expresa la aplicación de la clemencia de Dios. El pecador merecedor, pero que sea suave al ejecutar juicio aplicando su clemencia. 2 Crónica 30:9: Nehemías 9:17; y en Jonás 4:2, cuando Jonás se enoja con Dios dice: Pero Jonás se apesadumbró en extremo y se enojó (Porque Dios perdonó a Nínive) y oró a Jehová y dijo: ‘Ahora, oh Jehová, no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra, por eso me apresuré a huir a Tarsis, porque yo sabía que tu eras Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, grande en misericordia y que te arrepientes del mal’. Esto es para los que dicen que bajo la ley Dios inmisericorde con el pecador. Dios siempre fue misericordioso, Dios siempre fue clemente, siempre dio oportunidad, siempre fue paciente, porque la paciencia es un aspecto de la clemencia como vamos a ver ahora cuando detallemos un poco mas.
Entonces asentemos tres premisas: la justicia que es la retribución equitativa para resarcir el pecado; es la exigencia de la ley para retribuir al malhechor. La misericordia es el carácter compasivo de Dios que tiene que ver con la condición mísera del hombre y la clemencia es la virtud que atenúa la justicia de Dios sobre el pecador. Ahora bien, en primer lugar, la clemencia de Dios se manifiesta en la aplicación de su paciencia en el trato con el mundo, la Palabra dice que él es paciente y misericordioso no queriendo que ninguno se pierda sino que todos procedan al arrepentimiento. En el Cap. 6 de Génesis, en 1 Ped. 3:20: 2:5 vemos la manifestación de la paciencia y la clemencia de Dios sobre el mundo, porque el pecado del hombre reclamaba la aplicación de la justicia divina y Dios dio el veredicto, sin embargo, su clemencia dio oportunidad para que las gente reaccionara. Por ejemplo tenemos el caso de Noé en su tiempo. La tierra se había corrompido, el pecado había llegado al cielo, ya había rebosado la copa de la ira de Dios, y sin embargo, antes de Dios aplicare el juicio contra aquella civilización Dios levantó a un hombre llamado Noé, le dio un mensaje para ese tiempo, hizo provisión para la salvación de todos los hombres. El que quiso perderse fue porque lo eligió, porque Dios les dio oportunidad a todos para que se salvaran. ¡Como atenuó la justicia de Dios? ¿Cómo el juez aplicó su clemencia?: dándole oportunidad a aquella generación y haciendo provisión para que pudieran salvarse.
En segundo lugar su clemencia se manifiesta perdonando al pecador arrepentido, como en el caso de Jonás en Nínive. Dice la Biblia que la maldad de Nínive había subido hasta la presencia de Dios. Sin embargo, a pesar de todo eso, a pesar que esa situación revelaba la naturaleza pecaminosa y la condición moral y espiritual de esta ciudad , ¿qué es lo que hace Dios?, al igual que siempre lo ha hecho, levantó un hombre, Jonás, con un mensaje definido, un mensaje de salvación, no un mensaje de destrucción, porque Dios siembre le da oportunidad al hombre para que se salve. Vemos los efectos de la predicación de Jonás. ¿Qué pasó?, desde la cabeza hasta los pies , desde el rey hasta las bestias ayunaron, oraron, se arrepintieron y al orar, ayunar y arrepentirse, Dios retrajo su castigo sobre Nínive dándole una nueva oportunidad para que arreglaran sus cosas. Vemos, entonces que Dios es paciente, Dios es misericordioso y Dios es clemente.
Ahora bien, lo mas importante para nosotros es como Dios manifiesta su clemencia en la actualidad. Pedro nos dice: “Dios no tarda su promesa como algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente y misericordioso, no queriendo que ninguno se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento”. ¿Cómo Dios aplica su clemencia? Por medio de su paciencia. Esperando, esperando, esperando. Hace ya mas de dos mil años que Dios está esperando el arrepentimiento del hombre. Muchos no han aceptado, muchos ha rechazado, muchos no han aprovechado la paciencia de Dios, sin embargo vemos que, de igual manera que lo hizo en el pasado, Dios, en esta época también obra y actúa. Ahora no es solamente para hacer provisión a un solo hombre, a una sola nación, Dios hace provisión para el mundo. Para este propósito Dios ha levantado un pueblo completo que predica, la Iglesia de Jesucristo. Dios ha levantado un pueblo con un mensaje, una Iglesia con un mensaje. La Iglesia es "linaje escogido, real sacerdocio, para anunciar las virtudes de Jesucristo", las buenas nuevas de salvación y de esa manera, proclamando el mensaje de la Palabra de Dios, viviendo la vida de santidad que Dios demanda de nosotros, testificamos a este mundo acerca de un Dios misericordioso, Dios paciente, Dios clemente que quiere salvarles.
Tenemos un mensaje que dar, el mensaje se concreta en esas palabras de Cristo en Juan 3:16: “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todos aquél que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna”.. La clemencia de Dios se manifiesta en estos momentos de una manera muy definida, por medio de la paciencia de Dios esperando que tu te arrepientas, y por medio del mensaje de salvación que se predica en las Iglesias para que tu conozcas el plan de Dios y la forma de acercarte a Él. Hay algo muy curioso también en relación a esto: mencionamos a Nínive, y a Jonás. El Señor Jesucristo alude a Nínive y a los tiempos de Jonás para enseñarnos que en el último tiempo, en el día del juicio, “los hombres de Nínive se levantarán en juicio contra las gentes de esa generación y la condenarán, porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás y he aquí, mas que Jonás en este lugar. Y la reina del Sur se levantará en juicio, porque cuando oyó la fama de Salomón, vino desde lejos para verlo, y ella se levantará contra esta generación y la condenará , porque ella vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón y he aquí uno mayor que Salomón en este lugar”. Quiero decir que, si los hombres por cuestiones humana están dispuestos a hacer cualquier cosa: gastar la plata, viajar para escuchar cosas que son pasajeras, Dios reclama también ese mismo esfuerzo y ese mismo sacrificio para ir a donde haya que ir para escuchar el mensaje de salvación cuyos efectos repercutirán en la eternidad. Esto tendrá repercusiones trascendentales: lo liberará del infierno y hará provisión para una entrada amplia y gloriosa en el reino de Dios. Aquí se muestra la clemencia y la misericordia de Dios. Dios no condena a nadie, es la persona la que se condena a sí misma. Cuando la persona no se acoge a la clemencia y misericordia de Dios se está sometiendo voluntariamente al juicio divino. La justicia es justicia.
Hoy, por ser el día de la madre, quisiera hablarles un poquito sobre esa persona, ese ser humano, esa mujer a quien le llamamos madre. Quisiera, en primer lugar hablarte a ti madre, en segundo lugar quisiera hablarte a ti hijo en relación a tu madre y en tercer lugar, quiero hablarte a tí, esposo, que fuiste el instrumento utilizado por Dios para hacer madre a esa mujer que Dios te regaló.
En este día muchas mujeres tienen la alegría de ser el objeto de regalos, de palabras de elogio y del cariño de los suyos. Pero. ¿te has preguntado alguna vez, mamá, como Dios te ve? ¿Cómo te considera Dios?, ¿qué propósito tiene Dios contigo en este mundo?, ¿Has pensado en alguna ocasión que tu eres un instrumento en las manos de Dios y está en ti el serlo para bendición y gloria de tu hogar y del reino de Dios?.
En primer lugar quiero que sepas que tu capacidad maternal, la posibilidad de ser madre, fue el mismo Dios quien la diseñó. Fue Dios quien te hizo con una naturaleza capaz de engendrar a tus hijos, por lo cual el tener a tus hijos te dio el privilegio de ser madre. Esta capacidad que Dios te ha dado es más que un mero instinto. Es una tendencia innata impresa por Dios en tus genes y como tendencia, a diferencia de un mero instinto, esta actividad está controlada: por dos factores muy importantes que la razón y el afecto. La razón, por la conciencia personal de lo que tu eres, y el saber concientemente que tú eres madre, te coloca en una posición superior a cualquier otro ser creado, pues hay un reconocimiento racional del fruto de tu vientre; sabes que aquello es tuyo, que ese ser al cual tú has hecho participante de tu vida es digno de toda la atención, de todo el cariño, de todo el cuidado y con conciencia plena de lo que haces te preocupes por su bienestar. Pero en esta actividad materna interviene otro elemento muy importante de tu personalidad y es la parte afectiva. Dios te ha da¬do la capacidad de amar de una forma muy diferente y ahora esa criaturita centra toda la magnitud de tu actividad emotiva a tal extremo que no solo le profieres palabras de cariño, cuidados, sino que estás dispuesta a dar tu vida si en ello estriba la vida y la felicidad de tu hijo. ¿Has pensado en la magnitud del amor con el cual Dios te ha dotado para que puedas ejercer tu ministerio materno a cabalidad?. Por otra parte quiero traer a tu mente los momentos felices que tus hijos te han proporcionado; el gozo de su nacimiento, recuerda la alegría que sentiste cuando por primera vez dijo papá o mamá. Aquellos primeros pasitos que dio previos a caminar que fueron motivo de noticias. ¿Recuerdas?... ¿y cuando se largó a caminar?... mucho más. ?Te acuerdas mamá cuando tu o tus hijos cumplieron el primer añito de vida?. La máquina fotográfica ya estaba de antemano preparada, su KAKE, su velita, sus vestidos; y entre risas y algazaras le cantaste "cumpleaños feliz”. Tu que ya los tienes grandes, con cuanto orgullo contaste sus logros en la escuela, sus logro en el trabajo; en fin, tantos y tantos recuerdos que te hacen sentir en este día, cuando nuevamente ellos te proporcionan la felicidad de estar junto a ti. Todo esto te hace sentir feliz. Vale la pena, valió la pena, ¿no es verdad?
Ahora, algunos dirán: Sí, pero yo he pasado mucho trabajo en criarlos, y, de algunos un poco traviesos, te harán recordar momentos difíciles... - que uno vino con la cabeza rota, otro que tuvo un problema con el vecino, el mas grande que perdió la plata que le diste para que comprara, etc.. Por otra parte sacrificios para vestirlos, calzarlos, darles de comer, la falta de plata para medicamentos, las pocas posibilidades para progresar, y muchas cosas mas podrán decir.... pero al fin y al cabo ¿no los ves ya grandes, responsables, cada uno de ellos encaminados, inclusive con sus respectivas familias ya formadas?. Quién te dio la capacidad para sufrir?: el mismo que te la dio para gozarte. Tu capacidad para el sufrimiento Dios te le dio a la medida de tu amor por ellos; por eso hoy, madre, Dios recompensa todas tus vicisitudes con la alegría presente de verlos a tu lado, correspondida por aquellos por los cuales tu supiste darlo todo. Una buena madre, cosechara buenos hijos.
Pero para ti, hijo, que hoy recuerdas a tu madre con especial interés. ¿No te has dado cuenta que esa mujer que te dio el ser se constituye para ti en uno de los regalos más grandes y más hermosos que Dios pueda concederle al ser humano para disfrutar aquí en la tierra?. Quiero recordarte a ti, hijo, que ella fue la que te impartió la fe necesaria para que lucharas en la vida. La que te forzó y obligo a estudiar, la que te levantaba de la cama temprano para ir a la escuela, aun cuando sentías el deseo de seguir durmiendo y ella, en su fuero interno no deseando hacerlo, sin embargo, ella, mirando a tu futuro quiso enseñarte los principios de disciplina y responsabilidad tan necesarios en la vida para triunfar. Si eres un hombre o una mujer de honestidad, fue porque ella te enseño los principios de moral cristiana necesarios para triunfar en la vida, fue ella la que en tus momentos de frustración, te alentó y confortó para que siguieras adelante y lograr lo que eres hoy, fue ella la que corrió por ti, la que se preocupo por ti, la que enjugó tus lágrimas, la que se quito de si misma para darte a ti, la que renunció a su tiempo de descanso y sueño para que tu descansaras y durmiera... y ¿que mas pudiéramos decir?, la lista sería interminable.
Yo te pregunto ahora, hijo: ¿qué haces por tu madre?, ¿la tienes en cuenta, aún cuando tu crees que ya no necesitas de su cuidado y atención?. En Proverbios 32:22 dice: “Cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies”. Dios dejó un mandamiento, que si lo pones en práctica, dos grandes bendiciones serán tuyas. Dice: “Honra a tu padre y a tu madre para que te vaya bien y seas de larga vida sobre la tierra”. ¿Qué es honrar a tu madre?. Es respetarla, obedecerla, considerarla, ayudarla, darle el lugar que tiene dentro del hogar, no considerarla como tu esclava, no menoscabarla, no hablarle en voz alta y faltarle al respeto. Honrarla es defenderla, cercarla, cuidarla, aliviarla en sus trabajos. Honrarla es lo que tu has hecho en este día: reconocerla con tu presencia, con tus regalos, con un beso, con una palabra cariñosa, con algo que la haga feliz y contribuya a su comodidad. Yo quiero que tu sepas, hijo, que hay madres en estos momentos que sufren, y algunas mueren de soledad, porque teniendo hijos, estos no se ocupan de ella. Cualquier otra actividad en la vida, por trivial que sea, tiene más valor que su madre. No se dan cuenta de que su madre sufre por ellos, que piensa en ellos y que daría cualquier cosa porque sus hijos estén un rato con ella. No seas así, hónrala para que te vaya bien y seas de larga vida sobre la tierra. En estos momentos hay muchos hijos cuyas madres han partido con Dios y desearían tenerla a su lado para besarla, compartir y charlar con ella; decirle cuánto la quieren. Quisieran tenerla viva, para en vez de ir al cementerio ir a su casa a llevarle flores, las que mas le gustan.
Ahora quiero dirigirme a ti, esposo; a ti que la convertiste en madre. ¿Cual es tu actitud hacia aquella que te ha regalado tus hijos?. ?Solo te acuerdas de darle un beso anualmente?, ?un regalo cuando llega el día de las madres?. Hombre, quiera que sepas que la Biblia, la palabra de Dios expone de una forma clara cuál debe ser tu actitud hacia ella, si tú como padre no le das el ejemplo a tus hijos con palabras y hechos, recuerda que ella va a cosechar de sus hijos lo mismo que tu estás sembrando. Dios te manda: "Maridos amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella. Los maridos deben amar a sus mujeres como su propio cuerpo, el que ama a su mujer a sí mismo se ama".
¿Cuál es el ejemplo de medida que Dios estableció?: 1ro. A la medida del amor de Cristo por la Iglesia y segundo a la medida de tu amor por ti mismo. El amor es un sentimiento subjetivo es decir, que para que se vea hay que traducirlo a palabras y hechos constantes y permanentes. Estas palabras y acciones deben ser una constante en tus relaciones con ella. Un padre que ama a su esposa va a sembrar hijos que amen a su madre y su sus futuras esposas, un padre que respeta a su esposa va a cosechar hijos que amen a su madre y a sus futuras esposas; padres que traten bien a su esposa, van a cosechar hijos que traten bien a sus madres y futuras esposas, porque es como dice el dicho: "De mi padre lo aprendí". Se ha com¬probado, de una forma amplia que el maltrato del hombre hacia su esposa ha traído como consecuencia gran parte de la delincuencia infantil. El padre es el ejemplo, patrón y referente de vida de sus hijos. Tu estás marcando a tu hijo con tu actitud y palabras. Asienta una base ^cristiana en tu hogar, permi¬te que el amor rija tu mente y corazón y verás a tus hijos crecer sanos moral y espiritualmente y verás en tu esposa no como una cosa, sino alguien por la cual velar, alguien a la cual respetar, alguien por la cual vivir.
El hogar está constituido básicamente por ti como padre, por tu esposa como madre y por tus hijos; y para esta triade familiar dice la Biblia: "Si alguien de afuera, prevaleciere contra alguno de ustedes,"dos le re¬sistirán y cordón de tres dobleces no se rompe pronto". Madre, padre, hijos, mediten en esta palabra y hagan de este día un día que se prolongue el año entero y no permitan que uno de los dobleces del cordón afloje.
¡FELICIDADES!
Quisiera meditar y reflexionar con ustedes unos instantes leyendo en la palabra de Dios unos versículos del relato de un hombre, oficial del ejército romano cuyo hijo estaba enfermo a tal punto que su vida estaba en peligro. Ante esta situación critica acudió urgentemente a Jesús, PORQUE ÉL TENÍA LA CERTIDUMBRE QUE Jesús podía sanar a su hijo y transformar la angustia en alegría y el dolor y la tristeza en gozo y paz.
Dice la Biblia en San Juan Cap. 4:43 al 54, pero especialmente los vs. 48 al 50 que dicen: “Jesús le respondió y le dijo: Si no viereis señales y prodigios no creerás” y el oficial le dijo: “Señor, desciende antes que mi hijo muera. Y Jesús le dijo: Ve, tu hijo vive. Y el hombre creyó a la palabra que Jesús le dijo y se fue, y cuando descendía, sus siervos salieron a recibirle y le dieron nuevas, diciendo: tu hijo vive y la consecuencia de esta sanidad la vemos en el v. 53 y nos dice la Palabra: “Y CREYÓ ÉL Y TODA SU CASA”
Aquí la Biblia nos presenta un drama de carácter familiar. Un problema muy común en el cual con toda seguridad usted se ha visto envuelto en una u otra ocasión: ver a un familiar y todavía mucho más_ agudo, ver a uno de los chicos enfermo, quizás, llorando desesperadamente, con fiebre alta y usted queriendo aliviar la situación, se ha turbado y -no ha sabido que hacer. El recurso que a su mano vino fue llamar o llevar urgentemente a su hijo al médico para que determine las causas y aplique la medicación correcta para contrarrestar la enfermedad. O sea un conflicto que alteró la paz y la tranquilidad interna de los miembros de la familia y que colocó al hogar en el borde de la "desesperación”.
En el mundo en que vivimos, en esta era de tantas preocupaciones, de tantas presiones, de tantos conflictos de salud, económicos, de relaciones sociales y muchos más, en múltiples ocasiones nos vemos sumidos, como la misma Palabra dice: "En el lodo cenagoso y en el pozo de la desesperación". En medio de la vorágine vemos el día tan oscuro y la situación tan extrema y desesperante que "creemos que no vamos a sobrepasar dicha prueba. Sin embargo en este pasaje de las Escrituras nosotros podemos apreciar al menos dos principios elementales y alguna actitudes que pueden servirnos como pautas a seguir y un ejemplo a imitar pudiendo producir los mismos efectos liberadores dentro de nosotros y en el entorno en que nos movemos.
En primer lugar y el v. 49 dice que este hombre, cuando oyó que Jesús había llegado a Galilea vino a él y le rogó que descendiese y sanase a su hijo..." Es digno de resaltar que este hombre importante, no vino a Jesús cuestionando sobre el porqué su hijo estaba enfermo, ni preguntándole el por qué tenía que ser él a quien le ocurriera este tipo de situación..., nos dice que vino a Jesús rogando y en una actitud de oración y súplica le pidió que sanase a su hijo. Lo más importante para él, en esos momentos era resolver la situación que producía tanta tristeza en el hogar, eliminar las causas que tenían a su hijo en esas condiciones y se acercó a Jesús con la certeza de que la intervención de Jesús sería decisiva para la solución de su situación. Es bueno que tu sepas amado amigo o hermano que los problemas no se resuelven con lamentos, ni preguntas, ni asumiendo una actitud de preocupación desmedida, ni poniéndote las manos en la cabeza y diciendo qué voy a hacer.. Como en el casó de este hombre, la situación se resuelve yendo a buscar a Jesús. Por la gracia de Dios, en la actualidad no tenemos que esperar a que Jesús un día de estos pase por nuestro pueblo como en el tiempo de su limitación física, sino que hoy lo podemos encontrar en cualquier lugar y en cualquier momento, ya que él no está limitado a un cuerpo físico. A él solo lo puedes limitar tu con tus lamentos y falta de fe. La solución de tu problema se encuentra en un lugar y es tu sitio de oración, en ese lugar que siempre ha sido tu punto de contacto con Dios y que quizás en tu turbación lo has abandonado, allí está la solución.
Yo te animo que vayas a tu cámara secreta y ores a tu Padre que te ve en secreto, derrama tu corazón ante él, cuéntale a él tus angustias, tus sufrimientos, y permite que él haga algo en ti y por ti. Estoy plenamente convencido que cuando le des tiempo a Dios te vas a levantar diferente, la paz de Dios ha de inundar tu corazón y vas a ver la victoria pronto para ti.
Pero hay algo muy importante que la Biblia nos enseña, que se repite en este caso y que a la vez sucederá en ti: DIOS PRUEBA NUESTRA FE. En el v. 48 Jesús le dio unas palabras que pudieran parecer de reproche por falta de fe, sin embargo fueron palabras dirigidas a producir e incentivar la fe de este hombre: SI NO VIEREIS SEÑALES Y PRODIGIOS, NO CREERÉIS” La reacción del oficial fue insistir: “Señor desciende antes que mijo muera”. A lo que Jesús contestó: “Ve, tu hijo vive”. Fíjese que la respuesta vino, en primer lugar de una forma muy diferente a la que él pensaba: El esquema que él se había formado en su mente fue: “Jesús irá allá y lo sanará”. Pero Jesús le cambió el esquema y le dijo: "Ve tu hijo vive". Es precisamente en este punto _ donde se probaría la fe de él. O se aferraba a la forma que él decía, o de lo contrario creía a la palabra de Jesús aunque no fuera físicamente. Pero para la gloria de Dios, este hombre en un acto de fe, dice la Biblia: “Y el hombre creyó la palabra de Jesús y se fue". ¿Qué es creer a la palabra de Jesús?. Sencillo: obedecer las órdenes sin cuestionar aunque la obediencia a él rompa nuestros esquemas y choque contra nuestras preconcepciones.
Yo sé positivamente, porque a mi me ha pasado, que por regla general, en medio de la prueba, como seres humanos comenzamos a pensar las posibles formas en que la situación se pudiera revertir..", y decimos, si Dios hiciera esto o aquello o en esta u otra forma, y en nuestra mente es como si le estuviéramos dictando a Dios los patrones, actitudes y formas que tiene que adoptar para satisfacer nuestra mente carnal y humana. Por regla general la: solución viene por otra vía, Dios utiliza diferentes medios, pero lo más importante es que él obra y toda la gloria él se la lleva. El Hombre creyó a la palabra de" Jesús.
La pregunta conclusiva sería: ¿Cuáles fueron los resultados de este acto de fe? Fueron dos: En primer lugar el muchacho fue sano en el mismo momento _en que Jesús le dijo al hombre desde lejos: “Ve, tu hijo vive”, y en segundo lugar, diría yo el más importante, que a causa de esta sanidad dice la Palabra que "creyó él toda su casa". Se produjo la conversión de la familia allegada, de los criados y posiblemente de otros más que presenciaron el milagro.
Yo se que el hombre tiene muchos métodos o ha inventado muchos medios para tratar de resolver toda la problemática que le envuelve, pero sólo la fe genuina afianzada en las promesas libertadoras de Dios hechas reales a través de
Jesucristo en la vida de la persona, sólo esa fe viva y eficaz es capaz de remover
montañas, de secar higueras, de abrir el mar, de detener las aguas turbulentas del- Jordán y hacer pasar adelante y victorioso a aquellos que se atreven a creer a
la palabra de Jesús.
¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma?
Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.
La tendencia humana y su actitud ante Dios es tratar de hacer algo para agradarlo. Las obras buenas, en cumplimiento de las normas divinas, el esfuerzo y sacrificio propio, han sigo los obstáculos mas grandes para llevar al hombre a una experiencia espiritual y real con Dios. Su conciencia le da testimonio interno que algo anda mal y le reclama cambios, rectificación, pero cuando el hombre no ha tenido una experiencia espiritual con Dios, se va por la tangente y comienza a crear su propia forma, su propio camino pensando que todo ese sistema que se ha creado lo va a acercar a su Creador. Todos sus actos son una especie de anestesia que calman por unos instantes su alma, pero cuando pasa el efecto, caen en el mismo estado de necesidad espiritual. Mientras que las relaciones con Dios estén cortadas, nada de lo que haga el hombre satisfará las demandas de Dios. El individuo se convierte en un mero religioso, pero de ahí no pasa.
Hay dos aspectos que se pueden apreciar en las palabras de Miqueas: 1ro. Miqueas, su pueblo, vivía rodeado de naciones paganas que habían torcido la verdad original de los sacrificios para acercarse a Dios. Practicaban actos aberrantes, tales como los sacrificios humanos, de niños, etc. que aún Israel llegó a ser afectado por ello. “Las idolatrías practicadas en el reinado de Acaz concuerdan con los males groseros, denunciados por Miqueas”, absorbidos por Israel en medio de su apostasía.
Esta situación religiosa apóstata se ha proyectado a través de la historia religiosa del hombre desde los principios y hasta el día de hoy se ve en muchos lugares manifestaciones de estas prácticas paganas, aún viviendo en este nuevo siglo. O sea, Miqueas y su pueblo vivía bajo la influencia y presión de ese estado espiritual circundante.
2do. Nos muestra la actitud del mismo pueblo de Dios en medio de su apostasía. Lejos de Dios, en desobediencia, pensaban que realizando todos los sacrificios, observando las ceremonias acostumbradas, con eso iban a sedar a Dios mientras seguían en su desobediencia.
Es aquí, cuando se levanta la voz profética de Miqueas, se coloca en lugar del pueblo y exclama: ¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo? ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año?
¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma?.
Aunque Dios le había dado leyes ceremoniales que habían sido instituidas por él, sin embargo, no satisfacían Sus demandas. Mucho menos, el sacrificio de criaturas inocentes, como lo hacían sus vecinos. El profeta les hace ver que sacrificios sin justicia es abominación a Jehová, holocaustos sin amor es rechazado por Dios, oblaciones sin misericordia desagradan a Dios, y libaciones de aceite sin humildad Dios no las recibía.
Ellos habían pecado contra Dios y hasta que no hubiera un verdadero arrepentimiento sincero y una conversión genuina aquellas cosas no tenían sentido para Dios. “Porque Dios mira lo que el hombre no puede mirar, Dios mira el corazón”
Considerando los principios morales inalterables y permanentes que rigen a Dios en su trato con el hombre, nos damos cuenta que eso nos toca en la actualidad como Iglesia.
En ocasiones, muchos quieren cubrir sus pecados mostrando una falsa piedad. Quieren complementar sus falencias espirituales con una falsa consagración al estilo fariseo. Quieren ocultar su falta de santidad con formas externas y normas humanísticas. Cambios de hábitos que parecen ser, pero en el fondo, el pozo está seco. La tendencia, cuando no se quiere arreglar con Dios, es colocarse una vestimenta aparente: el injusto trata vestirse de con un manto de justicia y se convierte en un azote para el justo; el carnal, trata de colocarse una vestimenta de espiritual, y se convierte en un “espiritualoide”, que le hace la vida imposible a los espirituales; la falta de amor la manifiestan haciendo algunas cosas buenas, pero con propósitos egoístas, en fin todo es fachada.
Y es aquí, en este punto que Dios se deja oír: “Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: “solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios”.
Estos son elementos necesarios para poder agradar a Dios, pero, realmente tenemos que reconocer que solamente el hombre transformado por Su Espíritu, con una nueva naturaleza espiritual, puede ser capaz de ejercer la justicia, el amor, la misericordia y la humildad, pues estas cosas no son parte la naturaleza caída del hombre. El hombre sin Dios o apartado de Dios puede imitar la justicia, puede aparentar amar, puede hacer actos de aparente misericordia y puede mostrar una humildad aparente, pero detrás de todo esto no está Dios, la fuente de donde emanan estas virtudes son carnales, no son inspiradas por Él.
Sometamos nuestras vidas a Dios, dejemos que su Espíritu fluya en nosotros y estas virtudes serán parte integral de nuestra vida cristiana, se van a manifestar normal y modestamente y vamos a ser de bendición a muchos y sobre todo, vamos a tener el respaldo y la complacencia de Dios.