Ministerio Luz y Verdad, edificando el Cuerpo de Cristo.

¿Cual es el significado de la frase “caña cascada” y “pábilo que humea” que aparece en Isaías cap. 42:3?

Este pasaje aparece tabién en Mateo 12:1-21 aplicado a Jesús, después de la sanidad de un hombre que tenía la mano seca. Esto nos muestra a las claras que Isaías está hablando proféticamente de Jesucristo. Este pasaje nos revelan tres aspectos de la vida y actividad de Jesús: uno tiene que ver con sus relaciones con Dios, el otro con su carácter, y otro con su actitud hacia la necesidad espiritual del hombre caído.

Con respecto a sus relaciones con Dios, nos dice Isaías que su vida piadosa traía contentamiento en el alma de Dios. En dos ocasiones, en el N. T, se oye la voz del Padre desde el cielo diciendo:”Este es mi hijo amado en el cual tengo complacencia”

También nos dice Isaías que el Espíritu de Dios estaba puesto sobre él, aspecto que lo ponía en capacidad para ejercer su ministerio de una forma efectiva en medio de este mundo necesitado, pues él traería justicia a las naciones.

En cuanto a su carácter, sería una persona discreta. Este aspecto lo resalta Mateo en 12:16, después de la sanidad del hombre de la mano seca, cuando dice: “Sabiendo esto Jesús, se apartó de allí; y le siguió mucha gente, y sanaba a todos, y les encargaba rigurosamente diciendo que no lo descubriesen, para que se cumpliese lo que dijo el profeta Isaías cuando dijo....” (Mat. 12:18-21)

En cuanto a su actitud hacia el hombre pecador y necesitado nos dice: “No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humea”. El hombre golpeado por el pecado, cual caña frágil se debate entre la vida y la muerte, en un medio hostil donde la acción indiscriminada del hombre puede terminar partiéndola y matándola. En esta condición el hombre pecador se compara con el pábilo de la vela que le queda solo en la punta un pequeño punto de luz y el humo que revela que está por terminar su existencia. Por regla general, cuando la vela está así, con nuestros dedos aplastamos el pábilo, y terminamos con la poca luz que tiene y el humo deja de salir.

En medio de la miseria espiritual del hombre, expuesto a muerte y perdición, Jesús manifiesta una actitud de amor, misericordia y paciencia , que le impide aplicar juicio y condenación prematuros sobre el hombre en agonías, con el propósito de terminar con él. El hombre golpeado y cascado por el pecado inspira la compasión del Señor, y éste, en un acto de amor y misericordia viene al hombre pecador, se identifica con él, muere por él dándole la oportunidad de levantarse de su condición terminal.

Si tú estás como la caña casada, quebrado por el pecado, como el pábilo que humea y a punto de extinguir la poquita luz que tiene, acude a Jesucristo del cual dice la Biblia: “No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humea”... El ha sido puesto para “abrir los ojos a los ciegos,, para sacar de la cárcel a los presos y de las casa de prisión a los que moran en tinieblas”.

Mimisterio Luz y Vedad edificando el Cuerpo de Cristo.

Hab 2:4 He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá.

Este es uno de los versículos mas alentadores de la Biblia, retomado por el apóstol Pablo para demostrar, una verdad plasmada a través de la Biblia: que la fe es la fuente de inspiración, de confianza para el creyente verdadero y la reguladora de la vida de aquellos que en todas las circunstancia han aprendido a depender de su Dios.

En primer lugar analicemos las circunstancias en que Dios le da estas palabras inspiradas a Habcuc: En relación a la condición espiritual de la nación, mas o menos y la misma que describe Miqueas. Pero es este caso Habacuc es portador de un mensaje muy fuerte para la nación.

No es fácil para el profeta, no solo ver la condición espiritual del pueblo de Dios, sino también conocer las revelaciones de juicio que sobre ella habrían de venir. Dios habría de utilizar los caldeos para destruir y cautivar la nación. Él podía ver, por adelantado la condición de de humillación a l cual serían sometidos sus reyes, los poderosos, los jóvenes, ancianos y niños.

La dureza de corazón de sus gobernantes, la corrupción de los potentados y la miseria de los mas pobres.

Pero sobre todas las cosas, es la Palabra lo que le hacía temblar y temer: “ Oí, y se conmovieron mis entrañas; A la voz temblaron mis labios; Pudrición entró en mis huesos, y dentro de mí me estremecí”.

En medio de la turbulencia que se habría de desatar, él podía adoptar dos posiciones: 1. Dejar que el miedo lo invadiera y anulara su vida espiritual y su ministerio, 2do. Depender plenamente de parte de Dios y como hombre justo afianzar su fe en aquél que lo había llamado en semejante condición.

Sus palabras son de gran inspiración para todo creyente en todos los tiempos: “Si bien estaré quieto en el día de la angustia, Cuando suba al pueblo el que lo invadirá con sus tropas”. Fíjese, “tranquilidad en el día de la angustia”. ¿Cómo se puede conjugar una actitud y una situación contradictorias completamente?. Sólo Dios puede poner en capacidad al justo para esto. La clave está en su fe, porque aún en medio del desastre, “el justo por su fe vivirá”. Rom. 1:7 ella es fuente y principio de la vida espiritual. Habacuc: “Más el justo por su fe vivirá” Hab. 2:4 Es el sustento de la vida cristiana; Hebreos: “Más el justo por fe vivirá” Heb. 11:6, Es el motor impulsor que mueve la vida cristiana; El comienzo de la vida cristiana. Gálatas 3:11, Rom. 1:7; Efesios 2:28 ; la vida del creyente gira alrededor de la fe. Hab. 2:4; Heb. 11.

Con esta perspectiva podemos entender a Habacuc: Hab 3:17-19 “Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación.

Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar”.

Se acercan días difíciles para el pueblo de Dios. Se cercan días difíciles para el creyente en lo personal. El mundo va en decadencia y la descripción de la Palabra nos hace ver que estamos viviendo ya en los umbrales del tiempo del fin. El juicio de Dios viene sobre la tierra inexorablemente. En muchos países el evangelio es visto mal y los creyentes son perseguidos y asesinados. Sólo una fe genuina en la Palabra puede someter a prueba al justo para que salga victorioso.

Nuestra confianza está en “Jesucristo el autor y consumador de la fe”. Su venida es inminente, o creemos o desfallecemos. “He aquí, yo estoy con vosotros hasta el fin”. Son palabras alentadoras de Jesús para la Iglesia y para ti. “No temáis, manada pequeña, porque al Padre le ha placido daros el reino”.

Mimisterio Luz y Vedad edificando el Cuerpo de Cristo.

Miq 7:2-4 Faltó el misericordioso de la tierra, y ninguno hay recto entre los hombres; todos acechan por sangre; cada cual arma red a su hermano. Para completar la maldad con sus manos, el príncipe demanda, y el juez juzga por recompensa; y el grande habla el antojo de su alma, y lo confirman. El mejor de ellos es como el espino; el más recto, como zarzal; el día de tu castigo viene, el que anunciaron tus atalayas; ahora será su confusión.

La violencia es una de las características mas expresivas de un estado pecaminoso potenciado en el hombre sin Dios. Es el pecado la fuente de la violencia. Lamentablemente la violencia se manifiesta en todos los ámbitos de la vida de cada persona y va dirigida, por regla general al mas débil, al mas pobre y especialmente a aquellos que quieren vivir de acuerdo a la voluntad de Dios. . Hay dos palabras que resaltan en este pasaje, estas palabras son: “misericordia” y “rectitud”. Tal parece que estas dos virtudes determinan las actitudes y acciones de los hombres. Misericordia es compasión, conmiseración por la miseria humana; “ la palabra rectitud permite referir a la integridad y severidad y por ello es que este sentido de la palabra suele vincularse a cuestiones como ser: justicia, equidad, honradez, integridad e imparcialidad”. (Dic. Definiciones ABC)

La falta de misericordia, la falta de rectitud, inducen a actuar con maldad, a obrar injustamente y a hablar altaneramente. Estas falencias deterioran la vida espiritual y moral del pueblo y afectan poderosamente la nación trayendo castigo y confusión.

Cuando Pablo declara la apostasía que se produciría en los últimos tiempos, (1 Tim. 4: 1-4) no hace mas que tomar una “foto” descriptiva de la condición moral y espiritual del hombre que se aparta del camino recto y se desvía por los trillos creados por el humano. Fíjese tanto Miqueas, como Pablo, contextualizan sus palabras dentro del marco del pueblo de Dios. Es el pueblo de Dios el que apostata, el que se desvía, el que obra injustamente. El mundo no puede apostatar porque no ha creído a Dios, el mundo no puede desviarse porque está desviado, pero el pueblo que anduvo en el camino recto si puede desviarse; el justo, puede abandonar su estado de justo y darse a la injusticia; y eres tu, hermano querido, el llamado a mantener hoy tu estatus de hijo de Dios, el llamado a sanear espiritual y moralmente la Iglesia y no permitir que el espíritu del mundo penetre tu corazón. Cuando el creyente busca los intereses del reino, supedita todo lo demás a éste, no permitiendo que los intereses del reino sean menoscabados por actitudes egoístas.

Uno de los pecados que resalta Miqueas es el soborno. El soborno hace a los jueces injustos, porque venden la verdad para hablar mentiras por dinero. Esto denigra el carácter y afecta la moral, quedando afectadas las personas que esperan que se les haga justicia y no sienten el respaldo de los que tienen autoridad para obrar. Pero a veces no es el dinero, el soborno puede darse apelando a la amistad que une a dos personas y una apela a esa amistad para que la otra mienta a favor de ella. La verdadera amistad no coloca al amigo en semejante dilema no lo hace partícipe del pecado personal. Cada cual tiene que arreglar sus propios errores, humillarse, pedir perdón, pero nunca usará la amistad para tapar sus pecados.

Recordemos, que sobre nosotros está “El Juez de toda la tierra”. A él vamos a dar cuenta. Y en ese día, la justicia será recompensada, y la injusticia recibirá su castigo. ¿Cómo actuamos, como hablamos?. Dios nos ayude.

Ministerio Luz y Verdad edificando en Cuerpo de Cristo.

Miqueas 7:1 !!Ay de mí! porque estoy como cuando han recogido los frutos del verano, como cuando han rebuscado después de la vendimia, y no queda racimo para comer; mi alma deseó los primeros frutos.

¿Hasta qué punto el pecado circundante y aún dentro de la Iglesia puede afectar a aquellos que hacen la voluntad de Dios?. Creo que precisamente, cuanto mas cerca de Dios estamos, mas sensibles somos ante la ausencia de santidad del pueblo. Miqueas sufría, en lo profundo de su espíritu el pecado de su pueblo. Él era parte del todo, por lo cual sentía la condición espiritual en la cual había caído todo Israel. Es hermosa la figura que utiliza para describir la los efectos del pecado dentro del pueblo. Después de la vendimia, todo queda desolado, todo queda arrasado, todo ha sido cosechado. No hay fruto para rebuscar. Es precisamente el anhelo del fruto fresco, tomado directamente del planta lo que le satisfacía, pero ya todo había desaparecido.

Jesús, hablando, precisamente del fruto del creyente nos dice que toda planta es conocida por su fruto, pues por nuestro fruto vamos a ser conocidos. (Mateo 7:16). El fruto del creyente es producto de un verdadero arrepentimiento (Mateo 3:8), Nos exhorta a producir el máximo de frutos (Jun 12:24) y este fruto tiene que permanecer por la eternidad (Juan 4:36).

La parábola de la higuera estéril nos enseña que Dios viene a buscar fruto de nosotros. La esterilidad espiritual nada produce. Dios no mira la apariencia del árbol lleno de hoja, mira el fruto, porque el fruto es el fin para lo que está hecho el árbol.

El fruto es sumamente importante, porque éste es el que perpetúa y multiplica la especie. El creyente no solo productor de frutos, sino multiplicador. Cuando por su testimonio otros llegan a conocer a Cristo, este creyente está multiplicando “la especie”. La iglesia crece, se fortalece y de esta manera llega a muchos más. Es una reacción en cadena. No permitas que la cadena se rompa por los malos testimonios.

Como pueblo de Dios, como creyentes, podemos cubrir nuestras falencias espirituales con una “apariencia de piedad, pero la falta de fruto anula la eficacia de ella”. La falta de fruto impide que podamos bendecir y edificar a otros y aún mas, podemos afectar espiritualmente a otros.

El Espíritu Santo quiere restaurar el fruto en la vida del creyente. Él es el productor de ese fruto, por lo cual es necesario acudir a la fuente para ser restaurados y bendecir al Cuerpo de Cristo.

Ministerio Luz y Verdad, llegando a tu corazón..

Desde el punto de vista filial, el parentesco más cercano entre los hombres es el de padre hijo o madre hijo. Los hijos se sienten honrados cuando tienen un padre o una madre de cierto renombre, o prestigio o posición social y con un viso de cierto orgullo dicen: Mi mamá es fulana o mi papa es fulano.

Como el hombre está consiente de la realidad del mundo espiritual y pudiéramos decir que el hombre, como ser espiritual necesita una filiación de carácter espiritual para satisfacer las necesidades del alma, buscan, de alguna forma, encontrar a un algo que los haga sentirse honrados con su amistad y protección; y es en esa búsqueda del hombre que Satanás se aprovecha para hacerle una provisión falsa que haga el papel de una aspirina para un mal incurable.

Para que entiendan bien quiero poner algunos ejemplos reales: En el área del caribe y dentro de los pueblos afro-americanos, y como producto de introducción de prácticas de hechicerías y de brujerías proveniente del continente africano se introdujeron en América la adoración a una serie de dioses conformando todo un sistema bien definido de adoración idolátrica y pagana que unido a los sistemas de adoración que los indígenas de América tenían ya establecido y sincretizado con el sistema de adoración idolátrica que trajeron los españoles en su conquista de América y en nombre de un falso cristianismo, ha dado como resultado nuevas formas de adoración paganas canalizadas a través de los sistemas de adoración de los umbandiatas, macumbas, quinbandas y las formas más refinadas del espiritismo moderno bajo el nombre de parasicología.

Ante los nombres de los 500 mil dioses y diosas que los latinoamericanos tienen y a los cuales rinden culto y adoración, entre algunos más importantes tenemos a CHANGÓ, OBATALA, UCUM, como dioses masculinos y como diosa madre tienen a YEMYA. Las gentes que Adoran a estos dioses, tienen la costumbre de dedicar a sus hijos cuando nacen, al dios de su preferencia, pero por sobre todas las cosas la dedicación del chico a la diosa madre es importantísimo, ya que YEMAYÁ constituye la piedra fundamental, en todo ese sistema de adoración paganoidolátrico. Desde el momento que el chico o la chica tienen uso de razón, se les hace creer que ellos son hijos de CHANGÓ, o hijos de OBATALÁ, y sobre todo, hijos de YEMAYÁ, la cual está exaltada al pedestal de diosa.

Entre dioses y diosas, cuyas estatuas está en todos los altares de este sector del pueblo religioso, también sobresalen todas las estatuas e ídolos de todas aquellas personas que consideran santos o santas y en esos altares, que por cierto algunos alcanzan considerables proporciones, se pueden contemplar a san Lázaro, Santa Bárbara, y hasta no deja de faltar la imagen de la Virgen María y la de nuestro Señor Jesucristo. Conocí personalmente personas que cuando les iba a predicar el evangelio, lo frenaban a uno diciendo: Yo no puedo aceptar eso por que yo soy Hijo de San Lázaro, o yo soy hija de Santa Bárbara, o yo soy hija o hijo de María. Lo que si me llamó siempre la atención que nadie se hacía llamar hijo o hija de Dios y en el caso de Jesucristo solo su imagen COMO una figura decorativa sin significado de ninguna clase. Ellos sentía orgullo de ser hijos O hijas de alguno de esos ídolos, le rendían culto ofreciéndoles arroz maíz, y adornándolos muy hermosamente para conseguir de ellos la ayuda y la protección. En algunos casos tenían que ofrecerles la sangre de algún ave que por regla general era la de un gallo y para que el dios de ellos no se muriera de sed tenían que tenerle permanentemente un vaso con agua. Con la continuación de los días el agua, de una forma natural se iba evaporando y cuando quedaba poco en el vaso, ellos decían que el santo se la tomaba. (Pobre santo y pobre gentes. Recuerdo también que en ocasiones las gentes que tenían preferencia por uno de sus santos, salían en grupos llevando en sus hombros al ídolo o estatua que lo representaba. Usted preguntará ¿y por que lo llevaban en los hombros? Bueno esto es fácil de de deducir: el asunto es que como el ídolo tiene ojos pero no ve, tiene iodos pero no oye tiene manos pero no palpa, tiene cabeza, pero no piensa, tiene pies pero no puede caminar, su impotencia es tal que son las gentes las que tienen que llevarlos o guiarlos. Y Esto con mucho cuidado, porque si se cae, pobre ídolo, este se quiebra. Dios tilda a estas personas, como a los constructores de sus ídolos, de necios.

Cuando usted abre su Biblia y comienza a estudiarla con el deseo sincero de conocer la verdad de Dios, usted se dará cuenta de cuanta razón tenía san Pablo al exhortar a los cristianos de Corinto diciéndole: "No os hagáis idólatras, por lo tanto huid de la idolatría". Y razón tenía Pedro cuando exhortaba a los creyentes diciéndoles: "Ya es bastante tiempo que habéis pasado obrando conforme al querer de los gentiles viviendo en desenfrenos, liviandades, crápulas, orgías y en cultos ilícitos a 1os ídolos" (1 Cor. 10:14 y 1 Pedro 4:3 Biblia de Jerusalén). Esa misma Biblia, que es Paladra de Dios, nos habla de la posición más elevada más hermosa y armoniosa que el pueda tener el campo espiritual. Esa posición es la de "HIJOS DE DIOS".

Hijos del Dios viviente, Hijos del Dios que no fue hecho ni creado por mentes ni manos humanas. Hijos del Dios que creó el cielo y la tierra y todo lo que en ellos hay. Esa posición o calidad de hijos de Dios Se obtiene mediante el acto de aceptación de Jesucristo cómo el medio de salvación y reconciliación con Dios. San Juan, en su evangelio nos dice: "Vino a su casa, y los suyos no le recibieron, pero a todos los que le recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre. O sea que es el mismo Dios, no el hombre, el que ha implementado la forma: el camino de reconciliación del hombre con Dios para su salvación y el que ha determinado la forma, en que el hombre puede llegar a ser un hijo o hija de Dios. Muchos han tratado de suplantar a Dios, al verdadero Dios, por otros dioses u otras diosas pero el mismo Dios condena tal acritud. Muchos han querido suplantar el papel dé Jesucristo como Mediador entre Dios y los hombres por otros mediadores o mediadoras, pero Dios condena tal actitud, porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto. "San Pablo dice a los creyentes: “Pues todos somos hijos de "Dios por la fe en Cristo Jesús" (Galatas 3:26. B. J)Dios, en su Palabra, nos habla de Dos posiciones en esta calidad de hijos, nos habla de dos relaciones en la calidad de de hijos: La Biblia nos habla que somos, o HIJOS DE DIOS o Hijos de SATANÁS. No hay términos medios ni otras relaciones filiales reales ni lícitas.

El mismo Jesucristo, dirigiéndose a los fariseos de su tiempo dijo: "Si Dios fuera vuestro padre me amarías a mi… ?Por que no conocéis mi lenguaje?. Porque no podéis escuchar mi palabra. Vosotros sois de vuestro padre el diablo y queréis cumplir los deseos de vuestro padre" (Evangelio de Juan 8: 41-44 (B.J.). Aquellos que rechazan el evangelio el misino Jesucristo le llama: “hijos de ira”, y Pablo le llama Hijos de perdición. Esta es una posición que Dios reconoce pero como una posición contraria a la real. La Verdadera posición, la de HIJOS DS DIOS. Y a estos mismo Jesucristo los describió con frases muy he hermosas y elocuentes descubriendo la naturaleza y características de su posición. Pablo dijo que éramos "hijos de la fe” E1 mismo Apóstol San Pablo enseña que los hijos de Dios son guiados por el Espíritu de Dios (Rom. 8:14). En los verdaderos hijos de Dios, es el Espíritu Santo el que les da testimonio interno de que son hijos de Dios. Es el Espíritu Santo el que les da e interno de que son hijos de Dios y pueden llamar a Dios Padre (Rom. 8:16) y como hijos somos herederos de todas las promesas y coherederos con Cristo del reino (Gálatas 4:7 B. J.) Los pri¬vilegios de los Hijos de Dios son incalculables: Protección, dirección, ayuda, consuelo, esperanza y sobre todo la seguridad de salvación por la fe en Cristo Jesús. Yo te pregunto: ?De quien te consideras hijo o Hija tu?. Si todavía no has experimentado la satisfacción y felicidad que se siente el ser un hijo de Dios, ven a Cristo: “Mas, a todos los que lo recibieron les dio el poder de ser hechos hijos de Dios”

(Ministerio Luz y Verdad llegando a la Iglesia Local)

Quiero hacerte una pregunta que quizás te tome de sorpresa pero es necesario hacerla porque ella te va a ayudar a reflexionar sobre cuál es tu verdadera posición y actitud que debemos adoptar delante de la presencia de Dios.

La pregunta es: ¿Le tienes , tu, miedo a Dios o le temes tu a Dios?. Quizás algunos de los oyentes con una mente ágil me responderá con otra pregunta, ¿y acaso temer a Dios y tenerle miedo a caso no es lo mismo?. Sin vacilar te respondo que no, no es lo mismo miedo a Dios que temor de Dios. Te explico: La Biblia, en Proverbios Capitulo 1 y versículo 7 nos dice: "El principio de la sabiduría es el temor de Jehová, los insensato» desprecian la enseñanza y la sabiduría".

El miedo es una sensación de intranquilidad interna y expectación tal producido ante un peligro o la inminencia do un castigo. Lamentablemente y por regla general la religiones tienden a infundir en el corazón de los nombres un sentimiento de miedo hacia un ser supremo que está atento y vigilante para levantar su vara y dejarla caer sobre todo aquel que hace algo que le desagrada En esta forma desfiguran la verdadera naturaleza del Dios verdadero, produciendo perjuicio en las gentes, una reacción negativa y rebele, viendo en Dios un ser desposeído completamente de compasión.

A diferencia de miedo a Dios infundido por el hombre, la Biblia nos habla de un sentimiento más noble al cual le llama "temor de Dios". Fíjese que no dice "temor a Dios", sino "temor de Dios”. ¿Qué es el temor de Dios? El temor de Dios es un sentimiento de respeto reverente, de consideración al Ser Supremo, a Dios, que nos inhibe o impide que nosotros pequemos contra Él. Nace en Dios y es Él el que lo imparte al corazón del hombre. El temor de Dios está impregnado de un sentimiento de amor hacia Dios tan profundo que considera el pecado como una traición e infidelidad hacia aquel que ha colocado toda su confianza en nosotros.

Una de las diferencias marcadas entre el que profesa nominalmente el cristianismo y aquel que realmente es precisamente que, mientras en los primeros la falta de temor de Dios le es una puerta abierta al pecado, en los segundos, el temor de Dios en sus corazones es un cerco que le impide hacer lo malo.

El primer hombre que tuvo la sensación de miedo hacia Dios fue Adán. Su pecado, su transgresión de la ley de Dios lo dejó descubierto completamente de la Justicia divina y en un estado de expectación del juicio. Nos dice el libro del Génesis en el cap. 3; que en una tarde que Dios se paseaba por el huerto del Edén, Adán y Eva escucharon la voz de Dios llamándole. En esos momentos su reacción no fue la misma de siempre, sino que en esa ocasión, y a causa de su desobediencia, se escondieron de Dios, porque tuvieron miedo. El pecado produce miedo. Es precisamente la vida apartada de Dios, la vida sin Dios, la vida ajena a Dios, lo que sume al ser humano en ese estado de miedo y expectación que llega a afectarle emocionalmente y psicológicamente. Se sabe pecador. Sabe que está haciendo lo malo, sin embargo sigue haciendo aquello de lo cual está consciente que merece el Juicio de Dios.

Un ejemplo hermoso de lo que es el temor de Dios, lo encontramos en el caso de José. En el mismo Libro de Génesis Cap. 39, la Esposa do Potifar, dueño y Señor de la casa donde al estaba trabajando se enamoró de él. Quiso que durmiera con ellla. Diariamente le presionaba a cometer el acto da adulterio. José, en aquellas circunstancias le contesta a aquella mujer malvada: “No hay otro mayor que yo en esta casa, y mi amo ninguna cosa ha reservado sino a ti, por cuanto eres su mujer, ¿Como, pues, haría yo ese grande mal y pecaría contra Dios?». Aunque tuvo que sufrir las calumnias de esta mujer infame, provocando esto que Potifar lo mandara a la cárcel, su temor a Dios era superior que las consecuencias que pu¬diera provocar su fidelidad al Señor.

La Biblia nos dice: "He aquí él temor del Señor es la sabiduría, y apartarse del mal, la inteligencia" Prov. 28:28. En Prov. 8:13: "E1 temor de Jehová es aborrecer el mal; la soberbia, la arrogancia, el mal camino y la boca perversa, aborrezco" dice el Señor” y sigue diciendo Prov. 19:23: "El temor de Jehová es para vida y con él vivirá lleno de reposo el hombre; no será visitado del mal”. Sigue diciendo: "Riquezas, honra y vida son la remuneración (el pago) de la humildad y el temor de Jehová” Prov. 22:4. Muchos otros versículos mas de la Biblia pudiéramos citar, pero con estos versículos bastan para hacernos entender cuan beneficioso es el temor de Dios en el corazón del Hombre.

¿Tienes miedo a Dios tienes temor de Dios?. Si en estos momentos le abres el corazón al Señor, lo primero que él va hacer es eliminar la causa de tu miedo o sea el pecado, saturará tu alma de una sensación de paz, tranquilidad y pondrá en tu vida temor de Dios, sentimiento que te ayudara a hacer su voluntad y vivir santamente delante de su presencia.

(Ministerio Luz y Verdad llegando a la Iglesia

"YO ESTOY A LA PUERTA Y LLAMO"

En esta hora quisiera emplear un ratito con ustedes y reflexionar sobre un Versículo de la Biblia que recoge unas palabras muy hermosas de Parte de Jesucristo Nuestro Señor. Palabras que aunque se pueden aplicar a todo el mundo necesitado, sin embargo son dirigidas especialmente a la Iglesia, y en lo particular a cada creyente como parte integrante de la Iglesia de Jesucristo. Estas palabras se encuentran, registradas en el Cap. 3 y v. 20 del Libro de Apocalipsis y dice: "He aquí yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré en él y cenaré con él y el conmigo". Al analizar estas palabras de Jesús lo prime¬ro que salta a la vista es que el esta hablando a la Iglesia como un todo, pero a la vez está hablando a cada cristiano en particular. Nos presenta las características de la Iglesia de Laodicea a quien va dirigida esta carta. Para poder entender bien las palabras de Jesús es necesario que sepamos que la Iglesia de Laodicea en su as¬pecto dispensacional e histórico representa a la Iglesia apóstata al final de esta era: relapsa, indiferente, mundana, sin vida y formalista" El quebrantamiento del yugo y la tiranía romana representada por la Iglesia de Tiatira, trajo por resultado la autoridad de la palabra de Dios representada en la Iglesia de Sardis. Pero si la voluntad de Dios tal y como se revela en la Palabra de Dios, no se recibe, produce como resultado la anarquía espiritual. La opinión popular ocupa el lugar de la Palabra de Dios, cada uno difiere del otro peleando cada uno contra su hermano, como dice la misma Palabra. Lo cierto es que en estas palabras de Jesús, a él se le ve afuera. Afuera de la puerta. El hecho de que él se encuentra afuera nos dice a las claras que una vez estuvo dentro de la Iglesia y que hubo causas que lo desplazaron siendo sustituido por otras cosas que la misma Iglesia absorbió de fuera de tal forma que Jesús quedó relegado a un lugar sin importancia. Una Iglesia sin Cristo no es Iglesia, porque la Iglesia la hace Jesucristo. Jesucristo o está dentro de la iglesia y se le encuentra dentro de la Iglesia o está definitivamente fuera de la Iglesia. No hay términos medios. La pregunta que pudiéramos hacernos en estos momentos es ¿cuáles fueron las causas del desplazamiento de Jesús en la Iglesia de estos últimos tiempos representada por la Iglesia de Laodicea?. Lo primero que vemos es "tibieza espiritual". Esto nos revela un estado de conformidad e indiferencia hacia los valores espirituales de suprema importancia para la vida interna del pueblo de Dios. Descuido de la vida espiritual, descuido de la lectura de la Biblia y su estudio, descuido de la oración como medio de comunicación con Dios, descuido de la asistencia a las reuniones de adoración, descuido de la visión misionera; no le importan las almas perdidas, la Iglesia se sume en un espíritu egoista, piensa más en ella, en que nada falte para su funcionamiento, pero esto trae como consecuencia "autosuficiencia y orgullo espiritual llegando a decir: "yo soy rica, y me he enriquecido y no tengo necesidad de nada".

Cuando dentro de la Iglesia faltan todos los factores espirituales que la vitalizan, Iglesia se ve en la necesidad de sustituir el vacío con una serie de actividades de aparente espiritualidad para entretener a las gentes, las cuales a la postre quedan frustradas y decepcionadas al no poder alcanzar los objetivos de su vocación dentro del cuerpo. Pero Jesús deja oír su voz diciendo: 'He aquí yo estoy a la puerta y llamo". El no se ha ido. Aunque él ha sido echado, él todavía sigue a la puerta de lo que es posesión suya llamando a tu vida, llamando a la Iglesia, esperando que alguien sensibilice sus oídos espirituales reconozca la voz del que llama y se disponga a permitir que él entre. Ahora sí, y escucha bien, si eres capaz como Iglesia, o como creyente en particular, de permitir la entrada de Jesús a tu vida, permitiéndole, nuevamente que él ocupe el lugar soberano que él merece como dueño y señor, te digo que te prepares a estar dispuesto que arranque de tu vida toda la ornamentación ficticia y vana que tu has metido dentro; tienes que permitir que, quizás, con el látigo en la mano, vuelque las mesas y limpie el templo para que realmente "su casa sea lo que el quiere que sea "casa de oración". Hay algo muy importante que debes saber y es que el nunca ha de forzarte a hacer algo que tu no quieres. La puerta del corazón es como las demás puertas, tiene el cerrojo por dentro. El llama, o le abres voluntariamente para que el tome su lugar, o lo sigues teniendo fuera dando voces al aire pero consechando las consecuencias desastrosas que trae esa actitud.

¿Por qué no oyes la voz de Jesús". "Si oyereis hoy su VOZ no endurezcas tu corazón". Si tu le permites que él se meta en tu vida él lo cambia todo; si permites que el entre a tu casa, el lo cambia todo. Si le permites que tome las riendas de la Iglesia, él lo cambia todo. El es la solución. No busques aguas en las fuentes rotas y secas que te brindan los pantanos de este mundo. Jesucristo es el camino y la fuente de agua que salta para vida eterna.

(Ministerio Luz y Verdad llegando a la Iglesia)

UN MENSAJE QUE RENOVAR
Lucas 24:46-47

Antes que Jesús ascendiese a los cielos, llamó a sus discípulos, a los cuales, durante cuarenta días les estuvo hablando acerca del establecimiento del Reino de Dios para estos efectos, él les encomendó una tarea, una obra para realizar en tanto que él regresara a reinar como Rey de reyes y Señor de señores. Si analizamos las palabras de Jesús dirigidas a sus discípulos en los diferentes evangelios, nos daremos cuenta que en todas ellas hay tres principios que sobresalen y que se pueden resumir también con palabras sencillas y muy conocidas. Éstas son: ENCOMENDÓ, DEFINIÓ y ENVIÓ. Analicemos estos tres principios:

Primeramente: ENCOMENDÓ. ¿Qué fue lo que Jesús les encomendó?. Jesús les encomendó la predicación de un mensaje; mensaje que llenaría al mundo y pondría de manifiesto el propósito y la causa para la cual Jesús vino a este mundo. El mismo Jesús dijo: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones y entonces vendrá el fin. (Mat. 24:14); y como parte de la gran comisión registrada en el Evangelio de Marcos cap. 16:15, Jesús les dijo: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”. A estas palabras sin las que comúnmente le llamamos “La Gran Comisión”, porque sintetizan el propósito para lo cual los creyentes existen como Iglesia: Dar a conocer el mensaje del evangelio.

A través de la Historia Satanás ha tratado por todos los medios de desviar a la Iglesia de su verdadera vocación, haciéndole perder de vista su llamamiento. Es verdad que la Iglesia, como institución humano-divina se mueve en medio de un mundo lleno de necesidades materiales, de tal forma que en ocasiones nos sentimos impotentes para poder resolver de una manera efectiva los problemas que nos rodean, y hasta cierto punto el mismo enemigo de nuestras almas nos hace sentir con cierto grado de culpabilidad haciéndonos creer que sobre la Iglesia recae la responsabilidad absoluta para resolver los problemas materiales de las gentes. Esto ha hecho que muchas Iglesias hayan volcado sus esfuerzos hacia el aspecto social empleando todos sus recursos en obras de filantropía, pero en esta actividad han perdido de vista el propósito principal que es ministrar por sobre todas las cosas a las necesidades espirituales de las gentes. En estos casos, la predicación de las buenas nuevas de salvación ha quedado relegada a otros planos inferiores, reduciéndose algunas de ellas a meras instituciones benéficas, pero sin poder transformador. Ahora bien, aquí cabe una pregunta: ¿No es parte de la labor de la Iglesia dar pan al hambriento, ayudar a los pobres, socorrer al desvalido?. A esta pregunta yo respondería sin temor a equivocarme, que la responsabilidad de la Iglesia en esta sentido es en parte. La Iglesia en sentido general siempre se ha preocupado por ayudar a los pobres, suplir necesidades a los desvalidos. Hay muchas instituciones cristianas que en estos momentos están trabajando entre los niños de la calle, chicas de la calle, drogadictos, alcohólicos, madres solteras, mujeres y niños abusados, comedores comunitarios y la lista sería interminable. Esta labor, la Iglesia, la he hecho siempre con gozo, alegría y responsabilidad y más allá de sus fuerzas.

La necesidad está a la puerta pero es bueno hacer entender a las gentes y a las autoridades que la responsabilidad de resolver los problemas sociales, económicos, de salud, de seguridad, etc. recae directamente sobre el ESTADO que es la institución puesta por Dios y por el pueblo y la que tiene a su disposición todos los recursos materiales, todos los mecanismos institucionales, control sobre los recursos monetarios, para resolver definitivamente y eficazmente toda la situación imperante.

La Iglesia puede ayudar en algo, puede constituirse en vehículo para que esos recursos lleguen con equidad a los necesitados, pero Dios no ha responsabilizado a la Iglesia para resolverle los problemas materiales a las gentes, sino que ha responsabilizado a aquellos que gobiernan, que administran los bienes materiales del país; mientras que la Iglesia realiza su labor de tipo espiritual, que aunque quizás pase inadvertido y no sea reconocido por algunos, sin embargo, la Iglesia como “sal de la tierra” y como “luz del mundo”, deja sentir su poder saneador en medio de una sociedad que se desintegra social, moral y económicamente. Para esto Jesús ENCOMENDÓ y recomendó la predicación de un mensaje, el EVANGELIO al cual el apóstol San Pablo lo llamó “potencia de Dios para salvación a todo aquél que cree”. Concluyo, pues este aspecto que, mientras que la Iglesia alimenta, sostiene y sana el espíritu, los que gobiernan tienen que alimentar el cuerpo y cubrir al cuerpo, aunque la Iglesia tenga intervenir en esta labor también.

La otra palabra que aclara lo que Jesús enseñó es: DEFINIÓ. Aquí cabe otra pregunta: ¿Qué definió Jesús? Si el trabajo de la Iglesia es preponderantemente espiritual y esto involucra la predicación del evangelio, entonces debemos definir la naturaleza de este mensaje y sus aspectos más importantes. En el Evangelio de Lucas cap. 24:45 dice que Jesús “abrió el entendimiento para que comprendiesen las Escrituras”. Esto quiere decir, que el entender las palabras de Jesús nos ayuda a determinar las características del mensaje contenido dentro del evangelio y seguidamente en los vs. 46 y 49 el Señor Jesús hace una relación de enseñanzas básicas implícitas dentro del mensaje y que es lo que hacen al mensaje algo integral y potente. 1ro. La necesidad de que Jesucristo padeciese. Aquí está incluida su pasión y muerte por el pecado de toda la humanidad, haciendo del sacrificio de Jesucristo un verdadero sacrificio expiatorio capaz de resolver la problemática del pecado del hombre y los problemas que de ello se derivan. En 2do. lugar dice: “Y que resucitase de los muertos”. Dentro del mensaje del evangelio está incluido la realidad de la resurrección de Jesús. haciendo de este mensaje algo completamente diferente a las religiones y filosofías cuyos líderes humanos yacen en sus tumbas frías y a los cuales se les recuerda solamente como grandes hombres o grandes filósofos.

La predicación de la resurrección de Jesús fue uno de los mensajes que caracterizaron la predicación de los apóstoles y lo que hace diferente a la Iglesia de Cristo de las demás religiones del mundo. Mientras que los líderes de otras religiones y movimientos filosóficos están muertos, Jesucristo, el fundador de la Iglesia está vivo hoy y a la vez está sentado a la diestra de la Majestad en las alturas dando vitalidad, poder y sentido a su pueblo. En 3er. lugar: Jesús dijo que se predicaste en su Nombre “arrepentimiento y perdón de pecados a todas las naciones”. Fue el pecado, la causa de la expulsión de nuestros primeros padres del Jardín del Edén, por esa causa el pecado “pasó a todos los hombres” y San Pablo, inspirado por el Espíritu Santo nos declara: “Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios”. Fue el pecado del hombre lo que indujo a Dios y movido por su amor, enviar a Jesucristo para que muriese por todos los hombres, por esa causa Dios demanda de cada hombre, de cada mujer en todos los lugares que se arrepientan de sus pecados y que se vuelvan a Él en fe para alcanzar perdón y salvación.

En este aspecto del mensaje a predicar, el Diablo ha trabajado muchísimo con astucia en algunos sectores de la Iglesia, cuyo mensaje, desvanecido en una locuacidad humanística y si poder transformador ha despojado al mensaje de aspectos tan vitales, tan importantes como lo es la necesidad del arrepentimiento de pecados para poder facilitarte al hombre pecador la posibilidad del perdón de Dios. Es como querer vender pollos con una envoltura que diga “carne de conejo”. Es verdad que la doctrina del pecado no es en la actualidad muy bien recibida, es causa de burla y menosprecio, pero es precisamente ese estado hombre llamado pecado, en que el y que él mismo rechaza y no reconoce, eso precisamente, es la causa de todos sus males. Esta situación nos impone una necesidad y una responsabilidad delante de Dios y es la de decirle a las gentes que no son tan buenas como ellos se piensan, que es Dios el que los clasifica y los declara como pecadores necesitados de arrepentimiento y perdón. Es verdad también que el sacrificio vicario de Cristo resulta para otros como algo inverosímil, fantasioso, y hasta repugnante, negándolo, desvirtuándolo, haciéndolo innecesario, pero es, precisamente, ese sacrificio rechazado la solución para el pecado del hombre. Es verdad que la resurrección de Jesús es rechazada por algunos científicos y motivo de burla de algunos seudo religiosos que no han entendido ni entienden el plan de Dios para sus vidas, pero es precisamente ese Cristo resucitado, triunfante, glorioso, sentado a la diestra de su Padre y ejerciendo toda la plenitud de su soberanía, el que está rigiendo y dirigiendo los destinos de la humanidad para un fin glorioso y maravilloso.

Y por último, la palabra final que resume todos los mandamientos de Jesús antes de ascender es: ENVIÓ. Cuando Jesús dijo: “ID” lo compromete a usted como creyente, como cristiano, como hijo de Dios. Aunque él dijo Id a todo el mundo, sin embargo el determinó un punto de partida, Jerusalén, siguió con Judea, después Samaria y hasta lo último de la tierra. Si lo aplicas a tu persona, puedes podríamos transcribir el texto como sigue: “Me serás testigo en tu casa, en tu barrio, en tu pueblo, en tu distrito, en tu departamento, en tu provincia, en tu país y hasta lo último de la tierra. El asunto es que tiene que comenzar y tu punto de partida es donde estás y aquellos que te rodean. Imposible es que alcances toda la tierra si no has intentado alcanzar a los tuyos. Este mandamiento no va dirigido solamente al pastor, o al misionero solamente, sino a todo aquél que por la gracia de Dios ha experimentado la salvación de su alma, el perdón de sus pecados y siente en su corazón que Dios ha hecho algo en su vida.

En esta hora, hermano quienquiera que seas, ubícate en el lugar que Dios tiene para ti dentro de tu Iglesia, para hacer lo que Dios quiere en tu vida, y mira hacia fuera, donde está el verdadero trabajo, donde están las gentes necesitadas y, comenzando desde tu Jerusalén, comienza a ganar las gentes para Cristo. “El que gana almas es sabio” (Libro de los Proverbios)

(Ministerio Luz y Verdad llegando a la Iglesia)

Te hago una pregunta: ¿Qué parte de tu tiempo dedicas en el día parta leer tu Biblia?. ¿Cuánto tiempo le dedicas a Dios para que él te hable por medio de Su Palabra?. Estas preguntas te las hago para hacerte reflexionar, reaccionar y animar para que diariamente apartes tiempo para nutrirte de la fuente de la fe. Pablo dijo que: “La fe viene por el oír de la Palabra de Dios”. Si quieres que tu fe se robustezca y puedas crecer en la gracia de Dios, dedícale tiempo diario a la lectura de la Palabra de Dios.

Es precisamente de esta Palabra divina que quiero tomar, en esta tarde, unos versículos para comentarlos con usted. El Apóstol Pablo hablándole a su hijo espiritual Timoteo le dice lo siguiente en su segunda carta y en el cap. 4 vs. 1 al 5. En este pasaje, Pablo está mirando al futuro. A un futuro lejano, a los últimos tiempos. Como con una cámara fotográfica toma una fotografía profética de la condición espiritual y la crisis que en el orden religioso, se habría de producir, justo, en esos mismos tiempos y en los cuales estamos viviendo ahora.

Sin embargo, era necesario que Timoteo le pusiera atención a un hecho sumamente importante, ya que desde los mismos albores de la Iglesia, ésta se vio invadidas de falsos maestros que trataban de introducir enseñanzas extrañas al evangelio dentro de la Iglesia, de tal forma que desviaban de la verdad doctrinal a alguno hermanos, por lo que Pablo le amonesta a que "predique la Palabra, que inste a tiempo y fuera de .tiempo; que reprendas y exhortes con toda paciencia y enseñanza”, y todo esto con el propósito de prevenir a la Iglesia de de la realidad de la invasión de doctrinas heréticas que falsos maestros de la Palabra habrían de introducir dentro de ella, para menoscabar y socavar su autoridad espiritual y el poder de Dios. “Cuida de ti mismo y de la doctrina”, le aconsejó Pablo.

A través de toda la historia la Iglesia Cristiana, ésta ha tenido que luchar incesantemente para mantener vigente la sana doctrina y la verdad del Evangelio, tal y como lo predicó Jesús y sus Apóstoles.

Satanás ha utilizado muchos métodos para hacer valer sus falsedades. Algunas veces como una enseñanza inocente, con apariencia de piedad pero cuya finalidad ha sido enseñorearse del rebaño para destruirlo. Otras veces matizando la mentira con una envoltura de verdad donde las gentes incautas la aceptan, cosechando después las consecuencias de su desvío. Otras veces Satanás ha utilizado la fuerza para imponer prácticas y enseñanzas que nada tienen que ver con el cristianismo ni con Cristo, esclavizando a miles de personas a cultos satánicos y sistemas de adoración semi paganas, en las cuales, los incautos, por desconocimiento de la verdad contenida en la Biblia, han aceptado y practicado.

Lo lamentable del caso es que en muchos casos, estas personas que han caído en los lazos del diablo y están enredados en esta tipo de prácticas, cuando se les lleva la luz del evangelio y la enseñanza correcta que predicó Jesús, dice Pablo “que no pueden sufrir la sana doctrina” o sea que no pueden resistir la verdad que se les predica, y al rechazarla, oportunidad que aprovechan los falsos maestros, para desviarlos. Dice Pablo “que se amontonan maestros conforme a sus propias concupiscencias apartando de la verdad el oído que se vuelven a fábulas y cuentos de hadas” como si fueran verdad. Fábulas e historietas sin fundamento que aceptan como verdad, y, sin embargo, la verdad del evangelio rechazan es rechazada como mentira.

Precisamente, y pensando en la situación actual en relación a la crisis religiosa que esta viviendo la humanidad en estos últimos tiempos, miles de personas, defraudados con las enseñanzas de un cristianismo sin sentido real ni poder espiritual, defraudados con un culto muerto y formalista, defraudados con una religión que no satisface las ansias espirituales del pueblo, muchas de estas personas caen en las garras de Satanás que les brinda soluciones espirituales, morales y religiosas que las sumen en la mas absoluta oscuridad espiritual.

Por ejemplo, cuando vemos gentes que se dicen cultas, creyendo en extraterrestres que vienen a la tierra a salvar a las gentes, creyendo en la ficción de platillos voladores que vienen del espacio sideral, creyendo en revelaciones personales del “mas allá”, creyendo en los milagros engañosos de la parapsicología, la hechicería, brujería. Cuando oímos y vemos algunas sectas creando y vendiendo nuevas modalidades de adoración tales como pasar “por el camino de la sal”, bañarse con el jabón bendecido con el nombre de Jesús gravado., etc,;

Cuando vemos el sincretismo moderno de cristianismo con religiones africanas y orientales. Cuando vemos un cristianismo resucitando viejas prácticas judaizantes, el gnosticismo de los primeros siglos. Cuando vemos y oímos a predicadores proclamando un cristianismo facilista, sin demandas ni compromisos. Cuando vemos un cristianismo plagado de chantas que se aprovechan de la bondad de los creyentes para sacarles alevosamente la plata del bolsillo; cuando vemos dirigentes de grandes movimientos religiosos viviendo en mansiones millonarias a costa de la indigencia de una Iglesia esquilmada “tomando la piedad como fuente de ganancia”, entonces es que el verdadero cristiano entiende las palabras de Pablo cuando dijo: “Pero el Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios, de hipócritas y mentirosos, cuya conciencias está cauterizada…” (1Tim. 4:1-2). Otros, que “teniendo comezón de oír… se volverán a las fábulas apartando su oído de la verdad del evangelio”. Entonces es que el que el verdadero cristiano entiende las palabras de Pablo cuando dice que “el dios de este siglo (Satanás) cegó el entendimiento de ellos”, y producto de no querer creer a la verdad se volvieron a la mentira trayendo condenación para ellos mismos.

Pero a pesar de toda la amalgama de mentiras de Satanás y sus portavoces, en medio de miles de voces que tratan de callar la voz de Dios, todavía esa voz se deja oír, diáfana como el día soleado, por muchos que sensibles y obedientes a esa voz divina entienden que solo Jesucristo es capaz de satisfacer plenamente todas las necesidades y disipar las ansiedades del hombre. Hombres y mujeres que, valientemente, no se dejan impresionar por la altilocuencia de los falsos profetas, saliéndoles al encuentro, desenmascarándolos y denunciando con la verdad del Evangelio.

Hay una necesidad espiritual en el hombre que no la satisfacen los platillos voladores, ni los extraterrestres, ni las brujas y hechiceros, ni los falsos predicadores con sus promesas de prosperidad. Esa necesidad solo la satisface Jesucristo, cuando viene con poder al corazón arrepentido del hombre pecador. Solo Cristo puede transformar el corazón perverso del hombre sin Dios, si éste lo reconoce y recibe como su personal salvador y libertador.

En esta hora te invito a que te vuelva por la fe a Jesucristo, que reconozcas tu necesidad de él, y lo recibas sinceramente como tu salvador, dueño y Señor. ¡Por favor, no sigas por donde vas!. ¡Vuélvete de tu camino y ven a Cristo! ¡Vuelve en ti!, ¡Él te espera!